APRENDER La madera “dentro” del vino

APRENDER El Origen del Enoturismo


Desde la Antigua Roma hasta la Revolución Francesa y el Nacimiento de los Restaurantes

CARLOS AGUILA MUÑOZ


El enoturismo, o turismo del vino, es un fenómeno moderno que une el amor por el vino con el placer de viajar, permitiendo a los visitantes explorar la cultura, la historia y el paisaje de las regiones vinícolas. Sin embargo, sus orígenes se remontan mucho más allá de lo que podríamos imaginar, con raíces en épocas tan diversas como la antigua Roma y la Revolución Francesa. Este artículo explora cómo estas épocas moldearon los inicios del enoturismo y cómo la emergencia de los restaurantes y los menús contribuyeron a su desarrollo.

El Enoturismo en la Antigua Roma

La tradición de disfrutar del vino en la antigua Roma no solo era una parte integral de la vida social y religiosa, sino que también marcó los primeros pasos hacia lo que hoy entendemos como enoturismo.

Siglo II a.C.: Con la expansión romana hacia Asia Menor, los romanos entraron en contacto con la sofisticación de las cortes helénicas, lo que influyó en su cocina y consumo de vino. La producción de vino se volvió más refinada, y aunque el enoturismo como concepto no existía, el acto de viajar para disfrutar de diferentes vinos era común entre la élite. Los romanos apreciaban los vinos de distintas regiones, como los de Campania, que eran famosos por su calidad.

Siglos I al IV d.C.: Durante este período, escritores como Marco Gavio Apicio con su "De re coquinaria" y Petronio en su "Satiricón" documentaron la importancia del vino en los banquetes romanos. Los romanos practicaban la "- " (aperitivo), que incluía vino, antes de las comidas principales, y el vino era tan valorado que se realizaban viajes específicos para adquirir o degustar vinos especiales. Aunque no había turismo organizado, estas prácticas reflejan un interés temprano en la experiencia vinícola más allá del consumo local.

Los monasterios como guardianes del vino

En la Edad Media, los monasterios fueron los principales productores de vino en Europa, gestionando vastos viñedos. Sin embargo, durante la edad media, el vino fue un privilegio de las élites. Los nobles disfrutaban de los mejores vinos, mientras que las clases populares tenían acceso limitado y solían consumir vinos de menor calidad.

La expansión del comercio vinícola: En los siglos XVI y XVII, regiones como Burdeos, Borgoña y Champaña comenzaron a exportar sus vinos, consolidando su reputación entre la aristocracia europea.

La Revolución Francesa y el Nacimiento del Enoturismo Moderno

La Revolución Francesa no solo redefinió la política y la sociedad francesa; también tuvo un impacto profundo en la cultura gastronómica y el vino, sentando las bases para el enoturismo moderno.

  • 1789-1799: La Revolución Francesa provocó la caída de la aristocracia, liberando a muchos chefs y sommeliers de sus trabajos en las grandes casas nobles. Estos profesionales, sin empleo, comenzaron a abrir sus propios establecimientos, lo que marcó el inicio de los restaurantes como los conocemos hoy.
  • 1765: Uno de los primeros establecimientos de este tipo fue el de Monsieur Boulanger en París, que utilizaba un eslogan en latín para atraer a clientes con "restaurantes" o sopas saludables. Aunque no era un destino enoturístico per se, el concepto de ir a un lugar específico para comer y beber vino comenzó a tomar forma.
  • Finales del Siglo XVIII: Con la Revolución, la burguesía que ahora tenía acceso a bienes y  servicios antes exclusivos de la nobleza, también comenzó a interesarse en el vino. Los restaurantes se convirtieron en lugares donde se podía disfrutar de vinos de diferentes regiones de Francia, promoviendo un interés en la "experiencia vinícola".

El Surgimiento de los Restaurantes y los Menús

El desarrollo de los restaurantes y la estandarización de los menús fueron fundamentales para la evolución del enoturismo:

  • 1782: Antoine Beauvilliers abrió "La Grande Taverne de Londres" en París, uno de los primeros establecimientos que podríamos considerar un restaurante moderno, ofreciendo un menú fijo donde se podía elegir entre varios platos, incluido el vino.
  • Revolución Francesa: La democratización de la comida y la bebida significó que los menús escritos se popularizaran, permitiendo a los comensales elegir platos y vinos específicos, lo que era una novedad. Esto también facilitó la apreciación y la difusión de la cultura vinícola entre un público más amplio.
  • Siglo XIX: Los restaurantes comenzaron a especializarse y a destacar por sus ofertas de vino, con chefs y propietarios que viajaban a distintas regiones para seleccionar los mejores vinos para sus cartas. Esta especialización incentivó visitas no solo por la comida sino también por el vino.

La Evolución del Enoturismo en el Siglo XIX y XX

A medida que avanzaba el tiempo, el enoturismo se fue consolidando:

  • Siglo XIX: Las ferias de vino y las exposiciones internacionales ayudaron a difundir el conocimiento sobre los vinos regionales. La industrialización y los avances en transporte permitieron a más personas viajar a regiones vinícolas para explorar y aprender sobre el vino.
  • Siglo XX: Con la mejora en las comunicaciones y el aumento del interés por la cultura y el ocio, comenzó el enoturismo organizado. En Francia, regiones como Borgoña y Burdeos se convirtieron en destinos donde los visitantes podían participar en degustaciones, aprender sobre la viticultura y el envejecimiento del vino, y adquirir directamente de las bodegas.
  • 1970s - Hoy: El enoturismo se ha convertido en una industria global. La promoción de "rutas del vino", museos dedicados al vino, y experiencias como la vendimia o la vinoterapia han enriquecido la oferta turística. En España, por ejemplo, organizaciones como la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) han impulsado este sector desde mediados de los 90.

El enoturismo ha recorrido un largo camino desde los banquetes romanos hasta convertirse en una parte vital de las economías locales de las regiones vinícolas. La Revolución Francesa, con sus cambios sociales y culturales, fue un punto pivotal que democratizó el acceso al vino y la comida, dando origen a los restaurantes y a la noción de viaje por el placer de la experiencia vinícola. Hoy, el enoturismo no solo es una forma de disfrutar del vino sino también una manera de conectar con la historia, la cultura y las tradiciones de los lugares donde se produce. Este viaje histórico nos muestra cómo algo tan simple como el amor por el vino puede evolucionar en una experiencia turística compleja y rica, que sigue evolucionando con cada generación.

Carlos Aguila Muñoz
Winelover y escritor especializado en enoturismo, enología e historia del vino.

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