En los últimos años, el sector del vino se ha encontrado en una coyuntura crucial. Con un notable descenso del consumo mundial de alcohol, impulsado en gran medida por las preferencias y comportamientos de las generaciones del milenio y Z, el futuro del consumo de vino pende de un hilo. Estas generaciones más jóvenes beben menos que sus predecesoras, y sus razones son múltiples: preocupaciones por la salud, influencia de las redes sociales, búsqueda de variedad y elección, e inseguridades económicas. Sin embargo, a pesar de estos retos, existen vías claras para que la industria del vino se adapte y prospere, alineándose con los valores y estilos de vida de estas cohortes más jóvenes.
Las tendencias de salud y bienestar están influyendo significativamente en los hábitos de consumo de alcohol, con un énfasis creciente en la moderación o incluso la abstinencia. Este cambio se debe en parte a los mensajes contundentes sobre las consecuencias negativas del consumo de alcohol para la salud y a la mayor concienciación de los jóvenes sobre su salud y bienestar. Esta concienciación se refleja en sus elecciones de consumo; por ejemplo, una parte significativa de la Generación Z y de los Millennials en EE.UU. percibe el consumo moderado de alcohol como poco saludable, y una fracción notable de la Generación Z en el Reino Unido se abstiene por completo del alcohol.
Las redes sociales también desempeñan un papel fundamental, ya que configuran las percepciones del éxito y de una buena vida, a menudo asociadas con estar en forma, sano y tener éxito. Este entorno en línea, donde cada momento es documentado y escudriñado, ha hecho que las generaciones más jóvenes sean más cautelosas sobre cómo el consumo de alcohol puede afectar a su imagen pública y a su salud.
Los contextos sociales en los que se consume vino también están evolucionando. El volumen de ventas ha disminuido en los bares y restaurantes tradicionales, mientras que ha aumentado el consumo en el hogar. Este cambio refleja una evolución más amplia de los patrones de socialización, en los que la interacción digital sustituye a menudo a las reuniones físicas. Sin embargo, cuando se producen interacciones en persona, se valoran más y existe un fuerte deseo de compartir vino y comida de calidad.
El sector debe afrontar estos cambios reconociendo las diversas preferencias y valores de los consumidores más jóvenes. La tendencia emergente de "beber menos pero beber mejor" sugiere una tendencia hacia la premiumización, impulsada por la voluntad de gastar más en calidad que en cantidad. En este cambio influyen tanto la coyuntura económica como el deseo de productos que reflejen la ética y los valores personales, como la sostenibilidad, la procedencia y la autenticidad.
Además, el sector del vino se enfrenta a la competencia de una plétora de opciones de bebidas, incluidas las alternativas sin alcohol o con bajo contenido de alcohol e incluso el cannabis en las regiones donde es legal. Estas alternativas ofrecen nuevas experiencias y sabores, poniendo en jaque la cuota de mercado del vino entre los consumidores más jóvenes.
Para adaptarse a las "generaciones del estilo de vida", el sector del vino debe innovar y alinearse con sus valores y estilos de vida. Esto incluye adoptar la sostenibilidad, explorar formatos alternativos y participar a través de los canales digitales preferidos. El vino debe presentarse como parte de un estilo de vida equilibrado y ambicioso, en lugar de asociarse con la indulgencia excesiva.
El camino a seguir por la industria vitivinícola pasa por aceptar el cambio y encontrar formas de conectar con las generaciones más jóvenes en sus propios términos. Al reconocer sus preferencias y valores, la industria puede reinventarse y garantizar que el vino siga siendo una parte relevante y apreciada de sus vidas. Esta transición puede no ser fácil, pero ofrece la oportunidad de redefinir el consumo de vino para el futuro, haciéndolo más inclusivo, sostenible y alineado con los estilos de vida contemporáneos.
Artículo internacional de Vinetur, consulta la versión original.
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