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Por sus características, el vino es posiblemente el mejor regalo con el que puedes obsequiar a alguien
Según un reciente estudio realizado por la consultora Nielsen publicado este mes de diciembre por el Observatorio Español del Mercado del Vino, el 70% de los españoles mayores de edad se declaran compradores y consumidores de vino. Además algo más de la mitad de ellos se declaran amantes del vino o bien consumidores interesados en el vino a los que les gusta experimentar.
El vino, por tanto, es un regalo con el que acertarás, que sorprende y fascina a partes iguales, que sirve para cualquier edad y sexo, para familiares, amigos o para clientes y empleados. Es versátil, elegante y posee una amplia gama de tipos y precios.
Pero, si eres una persona a la que le cuesta tomar decisiones y todavía no tienes claro si obsequiar a alguien con una magnífica botella, te enseñamos a continuación los motivos por los que regalar vino es siempre una buena elección.
1. Porque es original.
¿Cuántas veces te han regalado vino? Admitámoslo, cuando alguien piensa en un regalo rápidamente salen a la luz los típicos perfumes y colonias, las aburridas prendas de vestir y complementos, o las habituales joyas y relojes. Si lo que de verdad quieres es sorprender prueba con el vino. El vino siempre sorprende agradablemente a quién lo recibe, incluso a aquellos que no son consumidores habituales.
2. Porque siempre es apropiado.
El vino es un regalo unisex. Regalar vino queda bien en todo tipo de intercambios: Ella a él, él a ella, ella a ella, el a él,... nunca es inapropiado.
Se trata de un regalo con el que siempre quedarás bien sea quién sea tu perceptor. Además, por encima de los 18 años, el vino tampoco tiene edad. Puedes regalárselo a tu novio, a tu esposa o a tu madre, puedes regalárselo a tu hija a tu hermana o a tu mejor amiga,... no existe, como en otro tipos de productos, una limitación en este sentido.
3. Porque es personal.
El vino además de ser original, como hemos visto, es un regalo que deja impronta, deja tu marca personal y esto añade mucho valor al regalo. Comprar un vino requiere reflexión conocer a quién va dirigido e intentar que sea de su agrado y acertado, pero al mismo tiempo supone entregar algo de ti al buscar ese vino tan especial que diga "lo he seleccionado para ti". Además el vino es único, y si te desplazas siempre podrás llevar contigo un pedacito de tu tierra embotellada.
Además la otra parte cuando lo abra y lo disfrute se acordará siempre de ti (estés o no en ese momento presente). Obsequiar a alguien con vino es la esencia misma del regalo, donde no se busca tanto lo material como la entrega de algo muy personal.
4. Porque es versátil.
El vino es enormemente versátil como regalo, es de los pocos productos que existen en donde tienes una amplia gama de estilos con los que adaptarse a los gustos personales (y a tu bolsillo). Hay vinos dulces, semidulces, secos, espumoso, tranquilos, generosos, blancos, tintos, rosados, azules, naranjas,... y un largo, largo etcétera. Pero además el vino tienes una amplia gama de precios sin renunciar a la calidad; existen muy buenos vinos desde apenas unos pocos euros hasta lo que te quieras gastar.
Por otro lado, el vino se adapta a cualquier tipo de situación y de emoción, puede representar amor, gratitud, amistad,... así, el vino es igual de perfecto para regalar tanto en una velada romántica, como a los clientes de tu empresa, en el cumpleaños de tu madre o en una cena con amigos, el vino siempre se adapta al entorno en se encuentre.
5. Porque es elegante.
No es casual que a las personas de alto estatus desde siempre se agasaje a menudo con un vino. Desde reyes, jefes de estado o ministros, hasta políticos y empresarios, pasando por artistas y deportistas, el vino siempre ha estado presente a la hora de obsequiar.
El vino es por sí mismo elegante: su envase, su servicio, su degustación,... pero además es uno de los alimentos más agradecidos a la hora de empaquetar y regalar. Si a todo lo visto hasta aquí: originalidad, personalidad, versatilidad, le sumamos el particular, tradicional y arduo método de elaboración de esta bebida, y le añadimos una caja muy especial, un refinado envoltorio o simplemente una dedicatoria sincera, nos encontramos, posiblemente, ante el regalo perfecto.
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