Tras su época de auge, ¿hay futuro para la Bonarda?
Enólogos, analistas y empresarios analizan el presente y futuro de esta variedad, que todavía se mantiene a la sombra del Malbec
Durante décadas, la variedad Bonarda había estado relegada a un segundo plano. Se la utilizaba principalmente como vino de corte para alumbrar ejemplares de calidad media y baja.
Sin embargo, bodegueros y enólogos, confiados en la nobleza de esta cepa, se embarcaron en un proyecto ambicioso: aprovechar las miles de hectáreas que había en la Argentina y revalorizar viejos viñedos, naturalmente equilibrados, para alumbrar etiquetas de más alta gama.
Si bien en un principio se pensaba que, por sus similitudes, la Bonarda que se cultivaba en la Argentina era la italiana, luego se confirmó -tras un largo trabajo de la Universidad Nacional de Cuyo-, que en realidad no era otra que la Corbeau, una cepa de origen francés.
Y fue recién a fines de 2011 cuando esta uva, perfectamente adaptada a los diferentes terroirs albicelestes, fue “independizada” por el Instituto Nacional Vitivinícola y distinguida como Bonarda Argentina.
En el texto que acompañaba la resolución, el organismo destacaba que “el vino elaborado con el mencionado cepaje ha adquirido prestigio y reconocimientointernacional debido a las características por él alcanzadas en nuestro medio”.
En esa época ya había numerosas bodegas que, luego de años de trabajo, comenzaron a alumbrar sus primeros Bonarda “high-class”. Para ello, aplicaron tanto en el viñedo como en la sala de elaboración, métodos de producciónque antes estaban reservados a cepas de mayor prestigio, como Malbec o CabernetSauvignon.
Parecía que había llegado la reivindicación definitiva para la Bonarda como uva y para el Bonarda como vino. Incluso, en esos años, hubo empresarios que aseguraban que estaba el terreno preparado para que este varietal acompañara alMalbec en la conquista de los mercados internacionales.
El problema es que, desde sus épocas de apogeo, hace unos cinco años, la Bonardano ha podido escapar del bajón general de la industria, que se vio afectada por unmenor dinamismo exportador y por una contracción del consumo interno en determinados segmentos de precios.
Para el consultor Javier Merino, director de Área del Vino, el intento por posicionar a la variedad Bonarda como una cepa de clase mundial tuvo la mala suerte de chocar contra la crisis que le tocó vivir a la industria en estos últimos años.
“El vino Bonarda no pudo escapar de la tendencia que afectó a todo el sector. Salvo el Malbec, casi todo el resto ha tenido una performance negativa a nivel interno y externo”, resumió Merino, quien acotó que hubo excepciones, como la del Cabernet Franc, pero que “no mueven el amperímetro” por el escaso volumen que todavía representa en el total del negocio.
En definitiva, los problemas para reposicionar a la Bonarda coincidieron con la mayor “Malbequización” de la vitivinicultura argentina.
“En momentos de crisis la presencia del Malbec se potenció. Esto demuestra que elMalbec todavía tiene una fuerza propia que supera al promedio de la industria y que los consumidores siguen teniendo preferencia por esta cepa. Y, en segundo lugar, demuestra que, en épocas de crisis, las bodegas apuestan por lo seguro”, agregó.
Evolución de las exportaciones
Al analizar la performance de los vinos Bonarda en los mercados externos se observa que en 2015 los envíos tocaron uno de los niveles más bajos de los últimos años, de la mano de 3,4 millones de litros.
En 2007, por ejemplo, la Argentina llegó a exportar casi 5,2 millones de litros bajo esa denominación varietal.
En el arranque del año, el panorama tampoco luce muy alentador para esta cepa: entre enero y abril, según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, se exportaron1 millón de litros, casi 30% menos que en igual período del 2015.
Como contrapartida, las ventas al mundo de vinos con denominación varietal experimentaron una baja notablemente menor, del orden del 10% en el mismo período.

Mercado interno
En el plano doméstico, los despachos desde las bodegas a los principales centros de consumo tampoco se mostraron muy dinámicos.
El año pasado sí hubo un leve crecimiento, de la mano de 24,3 millones de litros, lo que representó un alza del 3% respecto a los niveles de 2014.
Sin embargo, este nivel permanece muy lejos de los 36,4 millones de litros que llegaron a comercializarse en el mercado interno en 2008.
Además, el primer cuatrimestre culminó con una caída del 16% respecto a igual período de 2015, con un nivel de 6,1 millones de litros.
Esta tasa de caída, por cierto, sobrepasa ampliamente a la contracción del orden del 1,5% que experimentaron los despachos de vinos varietales en general.

“Personalmente pienso que es una variedad interesante y muy noble pero definitivamente la gente todavía no la asocia con vinos de alta gama. Aún está más vinculada a vinos estándar”, afirmó el enólogo Juan Carlos Muñoz, presidente de la prestigiosa bodega Viña Las Perdices.
Por su parte, Alfredo Sáenz, propietario de la distribuidora Umami y de la cadena de vinotecas EnoGarage, afirmó que “todos los años vemos que hay cepas o estilos que resurgen y se instalan en los medios y las góndolas. Luego de un tiempo, vuelven a su consumo habitual o despegan con respecto a su consumo histórico”.
“De alguna manera, Argentina, al tener tantas hectáreas de Bonarda, intentó posicionar a esta uva dentro de su espectro de oferta tanto nacional como internacionalmente, pero hasta ahora no ha tenido mucho éxito en este desafío. Los últimos años han aparecido vinos de alta calidad obtenidos a partir de la Bonarda pero la categoría en sí no ha tenido un incremento sustancial de su consumo, por lo tanto no creo que se transforme en un furor”, recalcó.
En este sentido, agregó que actualmente poseen cerca de 20 etiquetas de Bonardaen los distintos rangos de precios. Y si bien mantienen la categoría “porque respetamos a los consumidores que vienen a buscar su Bonarda”, afirmó que “larealidad es que hace un par de años que no hay lanzamientos importantes de esta cepa”.
Merino coincidió: afirmó que “cuando el consumo cae, las bodegas se refugian en loseguro. Y hoy lo seguro es el Malbec. También, cuando aprieta el bolsillo, la agente se arriesga menos. Y lo que más conoce es Malbec”.
Así, indició que “hoy las góndolas de los supermercados están pobladas conMalbec y cada vez con más vinos de corte pero no se ven muchas novedades con respecto a la Bonarda”.
Saénz apuntó que “ahora los blends a base de Malbec son las vedettes de laindustria y hacia donde apuntan los enólogos y bodegas”.
Por cierto, si bien la apuesta hace tiempo dejó de correr por el lado del volumen, la “Malbequización” de la industria es más que evidente si se tiene en cuenta que en2002, cuando estaba gestándose el boom exportador tras la megacrisis que padeció el país, en el país había 18.200 hectáreas con Malbec y casi 16.000 hectáreasplantadas con Bonarda.
¿Cómo es la relación actual? El Malbec realmente explotó: en 2015 se contabilizaron más de 39.000 hectáreas, protagonizando un salto de más del100%. En tanto, la superficie con Bonarda se expandió un 23% en ese mismo lapso.
Sin embargo, en la industria todavía hay optimismo. Fernando Losilla, enólogo de Viña Las Perdices, consideró que “es normal que cuando una industria está en crisis, las bodegas apunten los cañones a lo ya conocido que tiene éxito. Pero esto es algo momentáneo”.
“Es un varietal que cada vez se conoce más y el consumidor lo valora. Seguramente necesite más tiempo y esfuerzo de las áreas comerciales para que se consolide”, concluyó.
© Por Juan Diego WasilevskyEditor Vinos & Bodegas iProfesional
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Twitter: @juandiegow / @vinosargentinosFacebook: iprofesional.vinosybodegas
Fuente: http://vinosybodegas.iprofesional.com/2016/07/04/bonarda/
Sin embargo, bodegueros y enólogos, confiados en la nobleza de esta cepa, se embarcaron en un proyecto ambicioso: aprovechar las miles de hectáreas que había en la Argentina y revalorizar viejos viñedos, naturalmente equilibrados, para alumbrar etiquetas de más alta gama.
Si bien en un principio se pensaba que, por sus similitudes, la Bonarda que se cultivaba en la Argentina era la italiana, luego se confirmó -tras un largo trabajo de la Universidad Nacional de Cuyo-, que en realidad no era otra que la Corbeau, una cepa de origen francés.
Y fue recién a fines de 2011 cuando esta uva, perfectamente adaptada a los diferentes terroirs albicelestes, fue “independizada” por el Instituto Nacional Vitivinícola y distinguida como Bonarda Argentina.
En el texto que acompañaba la resolución, el organismo destacaba que “el vino elaborado con el mencionado cepaje ha adquirido prestigio y reconocimientointernacional debido a las características por él alcanzadas en nuestro medio”.
En esa época ya había numerosas bodegas que, luego de años de trabajo, comenzaron a alumbrar sus primeros Bonarda “high-class”. Para ello, aplicaron tanto en el viñedo como en la sala de elaboración, métodos de producciónque antes estaban reservados a cepas de mayor prestigio, como Malbec o CabernetSauvignon.
Parecía que había llegado la reivindicación definitiva para la Bonarda como uva y para el Bonarda como vino. Incluso, en esos años, hubo empresarios que aseguraban que estaba el terreno preparado para que este varietal acompañara alMalbec en la conquista de los mercados internacionales.
El problema es que, desde sus épocas de apogeo, hace unos cinco años, la Bonardano ha podido escapar del bajón general de la industria, que se vio afectada por unmenor dinamismo exportador y por una contracción del consumo interno en determinados segmentos de precios.
Para el consultor Javier Merino, director de Área del Vino, el intento por posicionar a la variedad Bonarda como una cepa de clase mundial tuvo la mala suerte de chocar contra la crisis que le tocó vivir a la industria en estos últimos años.
“El vino Bonarda no pudo escapar de la tendencia que afectó a todo el sector. Salvo el Malbec, casi todo el resto ha tenido una performance negativa a nivel interno y externo”, resumió Merino, quien acotó que hubo excepciones, como la del Cabernet Franc, pero que “no mueven el amperímetro” por el escaso volumen que todavía representa en el total del negocio.
En definitiva, los problemas para reposicionar a la Bonarda coincidieron con la mayor “Malbequización” de la vitivinicultura argentina.
“En momentos de crisis la presencia del Malbec se potenció. Esto demuestra que elMalbec todavía tiene una fuerza propia que supera al promedio de la industria y que los consumidores siguen teniendo preferencia por esta cepa. Y, en segundo lugar, demuestra que, en épocas de crisis, las bodegas apuestan por lo seguro”, agregó.
Evolución de las exportaciones
Al analizar la performance de los vinos Bonarda en los mercados externos se observa que en 2015 los envíos tocaron uno de los niveles más bajos de los últimos años, de la mano de 3,4 millones de litros.
En 2007, por ejemplo, la Argentina llegó a exportar casi 5,2 millones de litros bajo esa denominación varietal.
En el arranque del año, el panorama tampoco luce muy alentador para esta cepa: entre enero y abril, según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, se exportaron1 millón de litros, casi 30% menos que en igual período del 2015.
Como contrapartida, las ventas al mundo de vinos con denominación varietal experimentaron una baja notablemente menor, del orden del 10% en el mismo período.
Mercado interno
En el plano doméstico, los despachos desde las bodegas a los principales centros de consumo tampoco se mostraron muy dinámicos.
El año pasado sí hubo un leve crecimiento, de la mano de 24,3 millones de litros, lo que representó un alza del 3% respecto a los niveles de 2014.
Sin embargo, este nivel permanece muy lejos de los 36,4 millones de litros que llegaron a comercializarse en el mercado interno en 2008.
Además, el primer cuatrimestre culminó con una caída del 16% respecto a igual período de 2015, con un nivel de 6,1 millones de litros.
Esta tasa de caída, por cierto, sobrepasa ampliamente a la contracción del orden del 1,5% que experimentaron los despachos de vinos varietales en general.
“Personalmente pienso que es una variedad interesante y muy noble pero definitivamente la gente todavía no la asocia con vinos de alta gama. Aún está más vinculada a vinos estándar”, afirmó el enólogo Juan Carlos Muñoz, presidente de la prestigiosa bodega Viña Las Perdices.
Por su parte, Alfredo Sáenz, propietario de la distribuidora Umami y de la cadena de vinotecas EnoGarage, afirmó que “todos los años vemos que hay cepas o estilos que resurgen y se instalan en los medios y las góndolas. Luego de un tiempo, vuelven a su consumo habitual o despegan con respecto a su consumo histórico”.
“De alguna manera, Argentina, al tener tantas hectáreas de Bonarda, intentó posicionar a esta uva dentro de su espectro de oferta tanto nacional como internacionalmente, pero hasta ahora no ha tenido mucho éxito en este desafío. Los últimos años han aparecido vinos de alta calidad obtenidos a partir de la Bonarda pero la categoría en sí no ha tenido un incremento sustancial de su consumo, por lo tanto no creo que se transforme en un furor”, recalcó.
En este sentido, agregó que actualmente poseen cerca de 20 etiquetas de Bonardaen los distintos rangos de precios. Y si bien mantienen la categoría “porque respetamos a los consumidores que vienen a buscar su Bonarda”, afirmó que “larealidad es que hace un par de años que no hay lanzamientos importantes de esta cepa”.
Merino coincidió: afirmó que “cuando el consumo cae, las bodegas se refugian en loseguro. Y hoy lo seguro es el Malbec. También, cuando aprieta el bolsillo, la agente se arriesga menos. Y lo que más conoce es Malbec”.
Así, indició que “hoy las góndolas de los supermercados están pobladas conMalbec y cada vez con más vinos de corte pero no se ven muchas novedades con respecto a la Bonarda”.
Saénz apuntó que “ahora los blends a base de Malbec son las vedettes de laindustria y hacia donde apuntan los enólogos y bodegas”.
Por cierto, si bien la apuesta hace tiempo dejó de correr por el lado del volumen, la “Malbequización” de la industria es más que evidente si se tiene en cuenta que en2002, cuando estaba gestándose el boom exportador tras la megacrisis que padeció el país, en el país había 18.200 hectáreas con Malbec y casi 16.000 hectáreasplantadas con Bonarda.
¿Cómo es la relación actual? El Malbec realmente explotó: en 2015 se contabilizaron más de 39.000 hectáreas, protagonizando un salto de más del100%. En tanto, la superficie con Bonarda se expandió un 23% en ese mismo lapso.
Sin embargo, en la industria todavía hay optimismo. Fernando Losilla, enólogo de Viña Las Perdices, consideró que “es normal que cuando una industria está en crisis, las bodegas apunten los cañones a lo ya conocido que tiene éxito. Pero esto es algo momentáneo”.
“Es un varietal que cada vez se conoce más y el consumidor lo valora. Seguramente necesite más tiempo y esfuerzo de las áreas comerciales para que se consolide”, concluyó.
© Por Juan Diego WasilevskyEditor Vinos & Bodegas iProfesional
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Fuente: http://vinosybodegas.iprofesional.com/2016/07/04/bonarda/
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