Bares Historicos Del Tango por OleoDixit
Hace poco el tango perdió a una de sus máximas figuras. Mariano Mores fue toda una leyenda, compositor de clásicos como “Cafetín de Buenos Aires”, “Uno” o “Gricel”. La desaparición física de alguien tan crucial para la cultura y la música porteña es también una buena oportunidad para recordarlo y valorizarlo. En Guía Oleo la especialidad no es la música sino la gastronomía, y por eso nuestro homenaje, a Mariano Mores y al tango mismo, es recorrer brevemente los bares, cafés y restaurantes de la ciudad donde la música ciudadana aún impera, parte de una historia ilustre y de una identidad que a pesar de los cambios y el paso del tiempo, se mantiene en el corazón de Buenos Aires.
Av. Pres. Roque Saenz Peña 1125, Centro
El Obelisco es un símbolo de la ciudad usado hasta el hartazgo en series y películas. Ya es todo un cliché ver su imagen acompañada de algún tango, y es por eso que no pocos lugares apelan a esta mística pero desde un lugar for export, para turistas. Sin embargo, existe un bar que es la expresión original de este símbolo porteño. El Bar de Julio, con sus ventanas fileteadas, fue lugar obligado de veladas tangueras con figuras como Edmundo Rivero o el Polaco Goyeneche. Hoy sigue fiel a su espíritu, con música en vivo a la gorra por las tardes que reúne a excelentes profesionales y amateurs. La comida, bien típica porteña, está a buen precio, para asegurar que la gorra de los músicos sea tan abultada como merecen.
Av. de los Constituyentes 4099, Villa Urquiza
Mezcla entre típico café de Buenos Aires (integra la lista de Bares Notables de la ciudad) y club social del barrio de Villa Urquiza, El Faro, abierto en 1931, es como un viaje en el tiempo. Aquí la gente se reúne a leer el diario y a charlar, como ocurría antes de la internet y las redes sociales. Tiene shows de tango los viernes por la noche (y a veces los sábados), y es el lugar ideal para hacer la previa y después ir a alguna de las grandes milongas del barrio, como la Sunderland o la Sin Rumbo. En cuanto a la comida, carta escueta pero rendidora, con platos abundantes y un especial del día por el que vale la pena consultar.
Defensa 1575, San Telmo
Toda una institución, en el Tasso, frente a Parque Lezama, han actuado grandes leyendas del tango como el mismo Mariano Mores, Horacio Salgán o Leopoldo Federico, entre muchos otros artistas no solo de tango sino de Folklore y otros géneros nacionales y de países vecinos. Con una nutrida agenda musical que sigue teniendo al tango como estrella, el ambiente es ideal para una comida a la luz de las velas. Los platos cumplen, aunque no destacan, pero lo principal aquí es disfrutar de los shows diarios, de gran calidad artística.
Bulnes 331, Almagro
Su nombre oficial es 12 de Octubre, pero ya nadie lo sabe. Desde que Roberto Medina le pusiera letra a un tango en su honor, se llama El Boliche de Roberto. Abrió en 1893 como almacén, y los años lo transformaron en este pequeño bar de bajofondo. Era el lugar preferido Osvaldo Pugliese, y es fácil imaginarse por qué. Sus paredes descascaradas, mesas de madera, pizarrones y adornos, su mostrador antiguo, son elementos míticos que muestran una parte del alma de Buenos Aires. Por las noches el tango, sin micrófonos, cobra vida, como siempre lo hizo en esa esquina. Aquí no es necesario andar con muchos lujos: unas empanadas, una cerveza frío o un vino con soda, y a disfrutar de la magia.
Iriarte 2290, Barracas
En el barrio de Barracas se encuentra este bar abierto en 1893 que todavía hoy sigue siendo un punto de encuentro para tangueros. Es un local viejo, de techos altísimos y baldosas antiguas donde se bailan milongas con discos de vinilo y siempre hay músicos y cantores dispuestos a sumarse y tocar. La comida es típica de bodegón, abundante y reconfortante, y la bebida perfecta es el vino tinto, preferentemente
Comentarios