Espumantes: una de los cambios más trascendentes de la industria


El desarrollo del segmento de vinos espumantes ha sido sin lugar a dudas el de mayor dinamismo de la industria del vino en la última década creciendo de una venta total de 2,4 millones de cajas en 2006 a 5,4 millones en 2015, con una tasa de expansión anual del 9,6%.


El gran dinamizador fue el mercado interno que, salvo la caída experimentada en 2010 muestra un crecimiento constante, en especial en los últimos años. El mercado externo, aunque creciente desde 2006, mostró como casi todas las exportaciones su máximo histórico en 2012 aportando aproximadamente el 10% de las ventas totales.

La afirmación de que se trató del segmento más dinámico de la industria se basa en el hecho de que la venta total de vino argentino en volumen disminuyó a una tasa del 0,8% anual siendo el segmento más dinámico la exportación de vino fraccionado con una expansión anual del 2,7%, muy inferior a la expansión de los espumantes.  

El crecimiento de las ventas de espumantes tiene su correlato en los cambios de hábitos que tuvo el consumo mundial y argentino de vinos con una preferencia por este tipo de vinos, los blancos, los rosados y los cosecha tardía de la mano de las generaciones jóvenes y el consumo femenino. El espumante dejó de ser un vino sólo de alta gama de precios sino que se expandió en las franjas de precios medios. A nivel mundial el fenómeno más destacado fue el del Prosecco italiano que ha pasado a convertirse en el vino espumante de mayor venta desplazando a los clásicos Champagne y Cremant franceses o el Cava español.






En la década del ’90 en Argentina había sólo un puñado reducido de bodegas que producían espumante mientras que en 2005 esa cifra alcanzaba un total de 57 empresas y en 2014 la cifra se había duplicado hasta las 110 empresas lo cual revela que el fenómeno dejó de ser sólo aprovechado por unas pocas firmas sino que se generalizó en la industria y en la actualidad la mayoría de las bodegas que actúan tanto en el mercado nacional como internacional con vinos fraccionados han incorporado al espumante en sus portfolios de vinos.

A lo anterior se agrega que la mayoría de las empresas que sumaron espumantes a sus portfolios son Pymes.

Materia prima
La materia prima es casi toda comprada a productores y como muestra el cuadro, las dos principales variedades utilizadas en la producción de espumantes (Pinot Noir y Chardonnay) han tenido un fuerte crecimiento en las últimas décadas mientras que la caída de variedades demandadas no han tenido un gran ajuste como si sucedió con variedades de uvas poco demandadas en la producción de vinos.



Tal cual se observa el mercado de uvas para vinos espumantes, especialmente en las dos variedades más utilizadas (Pinot Noir y Chardonnay) tuvieron un sustancial crecimiento en la última década comparada con los años previos lo cual revela no sólo la expansión de demanda por estas uvas sino también el hecho de que las bodegas recurren a productores de uvas para su abastecimiento.



En lo relativo al precio pagado por estas variedades han seguido la tendencia general del mercado de uvas y en la temporada 2015 se ubicaron en valores similares a su mínimo histórico a pesar de la expansión del consumo.


Esto revela con claridad que los efectos negativos de la macroeconomía son trasladados en forma casi directa al precio de la materia prima. En la temporada 2015 los precios no alcanzaron en la mayoría de los productores a pagar los costos de producción.

El mercado más desarrollado de materia prima en la última década ha sido el del Malbec dado que muchos inversores han llegado al sector atraídos por las buenas cotizaciones y poca fluctuación de demanda. En este varietal las bodegas en promedio se abastecen con dos tercios de producción propia y un tercio de uva comprada. Como puede verse en la comparación ocurre algo similar en Pinot Negro y Chardonnay mientras que en las otras variedades el mercado es más chico.



Dos conclusiones importantes se pueden extraer del gráfico de abastecimiento:
1.    Para Pinot Noir, Chardonnay y Chenin el mercado de uvas abastecidas por productores es muy importante. En Pedro Giménez y Ugni Blanc el mercado es menor pero la demanda para espumantes los ha mantenido activos.
2.    La caída observada en los últimos años da cuenta que con condiciones de mercado o macroeconómicas más agresivas las bodegas optan por abastecimiento propio antes que de terceros. Salvo en Chenin en todas las otras variedades el porcentaje comprado a productores disminuyó su participación.

Por tratarse de una materia prima cuyo uso alternativo es nulo para la elaboración de otros productos y como ha quedado demostrado en los últimos años los impactos de distintas medidas externas al sector o el aumento de costos en insumos que tienen otros usos alternativos directamente recae sobre la materia prima.

Se puede concluir que la elaboración y venta de espumantes ha sido una de las grandes innovaciones de la industria mundial de vinos a la cual nuestro país se sumó con éxito y generó una expansión empresarial importante, generación de valor agregado y empleo.

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