Núñez: 9 lugares para descubrir el nuevo polo gastronómico


Entre cafecitos, pastelerías, rotiserías y bares, el barrio ubicado al norte de la ciudad se está convirtiendo en un paraíso terrenal para sibaritas. Estas son las direcciones que tenés que anotar para conocerlo.
Para los que no suelen recorrer esta parte de la ciudad, Núñez no es más que un punto lejano y poco transitado de la Capital. Para los vecinos y los foodies más atentos, se está convirtiendo en un pequeño circuito que tiene cada vez más para ofrecer con una variedad de pequeños cafecitos, take-outs, casas de té y patisseries, junto a restaurantes y bares a puertas cerradas. A continuación, los lugares que vale la pena visitar para descubrir este incipiente polo gastronómico y, de paso, escaparle al cliché palermitano.

LA MARGUERITE: un poco de amor francés
En una antigua casa reciclada justo en el límite entre Núñez y Belgrano –ardua discusión si las hay–, abrió sus puertas hace un tiempo La Marguerite, una cálida patisserie atendida por sus dueños que sorprende por la calidad de sus panificados y de sus exuberantes tortas ($55). El menú ofrece desayunos (entre $52 y $58), brunchs (promedio $95, abundantes; muy bueno el que lleva papas rosti, salmón ahumado, queso crema, palta, huevos revueltos, jugo exprimido e infusión) y teanners. Como es de esperarse, la especialidad son algunas preparaciones tradicionales tipo crèpes, tartines y croissants. Destacan los vesouls (scones clásicos dulces y salados) y los chaumont (palitos salados de queso y con hierbas). Las tortas no se quedan atrás: nuestra favorita es la Alencon, con discos de sableé de almendras, crema, dulce de leche y frutos rojos. En uno de los salones de la casa, con impronta bien femenina al igual que el resto de los espacios, se pueden celebrar eventos. El detalle: las preciosas campanas de vidrio y la cristalería de color, de la colección personal de su dueña. Es el lugar perfecto para un té de sábado por la tarde o un brunch dominguero, con opción de take-out. Abre todo los días, desde el mediodía hasta las 20 horas.
(11 de Septiembre 2620 / T. 4783-3408)

 

HOUDINI PUBLIC BAR: nuevo irish pub
Inaugurado hace dos o tres meses, este flamante bar "nuñence" propone distintas variedades de cerveza artesanal y tapas para picotear. Con aires irish y esa costumbre tan simpática de invadir las veredas con gente por doquier (solo hay unas pocas mesas comunitarias de madera afuera), Houdini se postula como la opción relajada del barrio para pasar por una rica pinta y algo de comer después del trabajo. El abanico cervecero contempla los estilos clásicos Golden, Scotch, Indian Pale Ale y Porter (a $75 la pinta, hay medidas menores por $50). Para comer, las hamburguesas caseras Houdini (70% cerdo, 30% carne, a $75) son infalibles, aunque también se pueden pedir chicken wings con salsas, pizza alemana y cazuelitas de lomo Strogronoff por nombrar algunos otros platos. Como nota de color, el bar inspirado en el mítico personaje de Harry Houdini ofrece también shows de magia en las mesas. Abre todos los días desde la mañana hasta la madrugada (excepto los domingos, que el servicio arranca a las 18 horas).
(Manuela Pedraza 2179 / T. 4701-4252)
NOLITA: deli neoyorquino para comer al paso
Con un espíritu descontracturado, este local nacido en 2013 es el fruto de los recurrentes viajes a Nueva York de dos amigos. Aquí, la pastelería es de inspiración americana: tortas, muffins, cookies y budines caseros salen a la orden del día. Hay, además, almuerzos sencillos pero efectivos. Los sándwiches calientes son uno de los fuertes, con ejemplares como el Hot Tribeca (portobellos, brie, rúcula y mostaza Dijòn, $70) y el Brooklyn (bondiola, salsa barbacoa y cebolla, $75) en lo más alto de la lista. También están los fríos, como el Harlem (jamón crudo, mozzarella y manteca con pimienta, $60) y se ofrece una amplia variedad de ensaladas frescas. Aunque pequeño, se trata de uno de esos lugares que te invitan a sentarte. Casi todo su encanto reside en la decoración entre bohemia y vintage, creada a partir de objetos antiguos y muebles restaurados por los mismos dueños. Podés comer adentro o en las mesas de la vereda. Para los que trabajan por la zona: de lunes a viernes, de 12 a 14 horas, tiene servicio de delivery. El local abre de lunes a sábados de 11 a 19 horas.
 (Franklin D. Roosevelt 1806 / T. 4786-8690)


BDE: take-out de empanadas gourmet
En el Boulevard de San Isidro Labrador se instaló, un par de meses atrás, Boutique de Empanadas: un local que prepara versiones "gourmet" del típico exponente de fast food argento, según apuntan sus dueños. Ni comida rápida ni gastronomía de laboratorio: en BDE vas a encontrar una tremenda variedad de empanadas, donde no existen los sabores tradicionales porque justamente la gracia está en el aggiornamiento. Aromas parisinos, influencia mediterránea, toques de Oriente, calor latinoamericano; hay para todos gustos. ¿Ejemplos? La receta de las "Eva" incluye cordero patagónico con cerveza negra y cebollas caramelizadas; las "Jackie" incorporan langostinos con queso americano, castañas y maracuyá; las "Gala", por su parte, tienen salmón rosado, brie y rúcula, y en las "Isabel" los ingredientes protagonistas son los mejillones a la provenzal, gratinados con queso fymbo. El precio promedio es de $20 cada una. El plus: si decidís comer ahí, podés ver (y comprar) hermosos objetos y muebles, ya que, además de restaurante, es tienda de decoración. Abre todos los días, desde las 18 horas hasta la medianoche.
(Av San Isidro Labrador 4595 / T. 0810-888-3233)

HIPÓLITO LIVING CAFÉ: libros y animales, bienvenidos
En un ambiente que amalgama la añoranza de la infancia en casa de los abuelos, con recuerdos de aquellos almacenes de ramos generales de principios del siglo XX, Hipólito recupera una emblemática esquina de Núñez. Así, este café combina rasgos de antaño con toques divertidos y coloridos de diseño actual. El lugar ofrece desde ensaladas y tartas ($70 en promedio) o hamburguesas vegetarianas (el combo de veggie burger, limonada y verdes cuesta $95) hasta completos brunchs (para dos, $350), pasando por opciones clásicas de pastelería como tortas (entre $40 y $50) y muffins ($20). El menú también contempla suculentos sándwiches (recomendable el Sweet Bacon, con lomo ahumado, cheddar, cebolla caramelizada, rúcula, bacon y reducción de vino tinto a $68) y postres (apple crumble con helado, $54). Más allá de su sencilla y cumplidora apuesta gastronómica, lo interesante de Hipólito es que además cuenta con una pequeña pero poblada biblioteca donde los clientes pueden sumar o llevarse libros y revistas, y suele ser sede de exposiciones artísticas. Eso no es todo: también es pet-friendly, con recipientes para dar de beber a las mascotas incluidos. Abre todo los días, desde el mediodía hasta las 20 horas.
(11 de Septiembre 3102 / T. 4704-9036)


CUCINA MIA: platos italianos to go
Una pequeña rotisería con –lejos– la mejor relación precio calidad del barrio. Surgida de la mano del chef Massimo Maspero, la propuesta combina la tradición italiana con una gran calidad en productos y una atención esmerada. De nuevo aquí el espacio es multiuso, compartiendo el lugar de la cocina con un salón de ventas de piezas de pastelería y panificados, y mostrando con cierto orgullo la trastienda de la preparación. La variedad de platos es llamativa: desde carnes a pastas caseras bien tradicionales (atención a las lasagnas), pasando por crepes (elaborados con verduras frescas de estación, a $44) y tartines salados que son el ítem obligado para llevar al menos una vez en la vida (como el de cebollas caramelizadas con queso brie, hongos de bosque, nueces y provolone, a $32). Para alegría de los golosos hay hojaldre casero con manzanas ($28), pain au chocolat ($19), budines de chocolates con peras y de naranjas caramel ($29) y muffins de todo tipo ($27). La vedette entre los postres es, sin embargo, el tiramisú fatto in casa ($44). Abre todos los días, desde el mediodía hasta las 21 horas.
(Quesada 2551 / T. 4545-3439)
OPORTO: la estrella indiscutida
Ya lo sabemos: este mix de restaurante y vinoteca, con rotisería aledaña, no es exactamente una novedad del barrio. Pero sí es una de las piezas claves en la gestación del nuevo circuito foodie que hoy se desarrolla en sus alrededores. Abierto hace dos años, desde un principio llamó la atención por su exclusivo diseño, a cargo del célebre Horacio Gallo: fusionó con éxito la estética de un antiguo almacén de azulejos blancos y persianas americanas, con una moderna vinoteca de estilo europeo en su segunda planta. En el último tiempo se agregó una terraza semi-techada, acondicionada para cualquier clima. Es el lugar para los vinófilos de Núñez: las 450 etiquetas que aquí se ofrecen no solo están a precio de góndola, sino que se van renovando durante todo el año. Las botellas se pueden llevar a casa, beber in situ o bien se puede optar por vinos por copa (Lagarde Chardonnay, Blanc de Noir, Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot a $45, Guarda Cabernet Franc a $65). En ocasiones, se arman catas y capacitaciones con diferentes bodegas. La carta es porteña con una vuelta de tuerca: brillan platos como el ossobuco al vino tinto con ñoquis dorados en manteca ($135) y las milanesas de lomo con spaghettini a la manteca y queso pecorino ($115). Abre al mediodía y a la noche.
(11 de Septiembre 4152 / T. 4703-5568)


Bonus track
ANTIDOMINGO + CASA PEDRAZA

Antes que Campari armara sus "antiferiados" y que la idea de salir los domingos estuviera instalada, AntiDomingo ya se había convertido en un espacio de culto y en una referencia obligada para hacer un plan piola en el día más deprimente de la semana. Detrás de un portón sobre la calle Pinto, en el barrio vecino Saavedra, se encuentra este club cultural y gastronómico. Creado hace ya 15 años por dos amigos con la misión de combatir el bajón pre-lunes y montado en una casa donde antes había salas de ensayo, hoy es posible ver obras plásticas, escuchar música en vivo y comer rico. La cocina del chef César Castañeda no tiene muchas pretensiones: ofrece pizzas variadas (entre $90 y $135), empandas caseras de zanahoria, ricota y queso y otras variedades ($20 cada una) o degustaciones de brusquetas y picadas mediterráneas para compartir ($200). También algún que otro plato principal como woks de vegetales, milanesas, pastel de papa y cazuelas varias (entre $70 y $85). Las noches de viernes, sábado y domingo a partir de las 22 horas hay diferentes shows musicales, destacándose el jazz en vivo.
(Pinto 4860 / T. 4541-5214) 

Pero si de hablamos de música en vivo y, por otro lado, añadimos el encanto y la intimidad de un bolichito a puertas cerradas, no se puede dejar de mencionar a Casa Pedraza, insignia de Núñez. Instalado en una casa con coloridos grafittis que funciona como club musical oculto (no dan la dirección y los shows se difunden por Facebook), en este bar podés beber un trago mientras escuchás al artista de turno o a la banda residente Sonora Marta Reina. Para los que asistieron a los comienzos del Club Cultural Matienzo en Colegiales, esto se parece mucho. Más información, en la fan page.

Por Laura Marajofsky

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