Cuatro restaurantes para apreciar el arte por OleoDixit

 Buenos Aires es una ciudad con mucho arte, y dentro de las tantas opciones que hay para apreciarlo, existen varios restaurantes que combinan su gastronomía con las artes plásticas, en los que un buen plato y una buena obra se combinan a la perfección.
La gastronomía y el arte siempre fueron de la mano. Después de todo, coinciden en estimular los sentidos, y quizás hasta podría decirse que ciertos platos son obras de arte en sí mismos. La relación también explica por qué tantos restaurantes unen los sabores con alguna propuesta artística. Se encuentran presentes y entremezclados con la cocina la música, la literatura, el teatro o las artes plásticas, y estas últimos especialmente dan lugar a propuestas interesantes en las que los establecimientos son vehículos no solo para las creaciones de los chef sino también para que grandes artistas muestren, y hasta vendan, sus obras.

Buenos Aires es una ciudad con muchísimo arte, y existen varios lugares que dan cuenta de ello. Aquí, algunas recomendaciones:

La Pescadorita (Humboldt 1905, Palermo)

La entrada a este restaurante especializado en comida de mar está custodiada por un sireno. Para ser más exactos, por la escultura del artista Marcos López del Sireno del Río de la Plata, cuya fotografía homónima se encuentra en el puerto de Viejo de Algorta, Getxo, en el País Vasco. Además, cuenta con un mural de Pablo Cortés que representa una gran sirena rubia bajo el mar. Su cocina se caracteriza por los pescados y mariscos frescos, en platos como Chipirones al hierro, Paella de mariscos o Lenguado en hojaldre con crema de limón, por citar algunas de sus delicias marítimas.

Almacén Secreto Club (Gregoria Pérez y Conde, Colegiales – la dirección exacta se comparte a la hora de hacer la reserva)

Se trata de un restaurante a puertas cerradas en cuyo frente se encuentra el “Espacio Lavallén”, galería de arte del artista entrerriano Julio Lavallén. Sus pinturas tienen como motivo principal a la figura humana, siempre dentro de deformaciones expresionistas. En cuanto a la cocina, es regional argentina, y está dividida en propuestas de Norte, Centro y Sur, por lo que se pasa por igual por lo norteño, lo criollo y lo patagónico. Tiene entradas como Tablita Andina (papas andinas, habas y charqui) o Tablita Toba (queso de cabra, mote de maíz y escabeche de llama), y principales como Locro, Ensalada Andina o Hamburguesa de quinoa.

Toulouse (Bonpland 2187, Palermo)

En una casona antigua completamente reciclada, cuyo mismo frente ya denota la propuesta artística del lugar, se encuentra este restaurante y atelier cuyas paredes están repletas de cuadros, muchos de ellos en venta. El salón es amplio y de techos altos, con detalles rústicos y mucho arte. La carta del restaurante es reducida pero con productos frescos y cocina de autor, como los Arancinis de Toulouse, que son croquetas de risotto y fontina, o platos como su Espiral de lomo y panceta ahumada, con volcán de papas, queso fontina y vegetales grillados.

Pan y arte (Boedo 878, Boedo)

En el barrio de Boedo está este espacio gastronómico y cultural que combina una sala de teatro y una fundación cultural con un restaurante de cocina típica con impronta mendocina. Tiene ambientación de bodegón y sus paredes están llenas de pinturas y obras de arte. Para sus platos no usan conservantes, las harinas son orgánicas y no hay frituras, todo es hecho al horno. Comidas como Calabaza con humita, Milanesa campechana con cebollas asadas o Carne a la masa.  Fieles a su propuesta, cuentan con una buena selección de vinos de Mendoza.

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