Luis Gutiérrez - Catador para Argentina, Chile y España de The Wine Advocate "Un vino de 100 puntos es ese que te acelera el corazón"
Luis
Gutiérrez es el catador para Argentina, Chile y España de The Wine
Advocate, la revista de vinos más influyente del mundo. En su paladar y
en su pluma se encuentra el destino comercial de muchos vinos
argentinos, sobre todo en nuestro principal mercado, Estados Unidos
Trabajó como Ingeniero en Sistemas en
Tetrapack durante 22 años. Escribió sobre música y fue corresponsal de
la británica Jancis Robinson.
Durante su segunda visita a Argentina, charlamos largo y tendido con este español apasionado, divertido y humilde.
Foster Newton: ¿Por qué pensás que te asignaron Argentina y Chile?
Luis Gutiérrez: Claramente por el tema cultural y del idioma, porque yo no conocía de los vinos de Argentina y Chile. A España llegan sólo vinos para vender en asadores argentinos. Yo conocía mucho más de los vinos de Europa, principalmente de España. Me llamó un día Lisa Perotti-Brown, editora de la revista, para ofrecerme el trabajo y yo no me lo podía creer. Al principio sentí una alegría enorme y pero también una gran preocupación… ¿Cómo me organizo para escribir sobre 600 vinos en dos meses? No tenía un conocimiento como para tener una opinión que tuviera un impacto fuerte. Estuve estudiando como loco, probando todo lo que podía, recibiendo a todo el mundo que se ofrecía a venir.
FN: ¿Y qué sabías de la Argentina antes?
LG: Poco, cosas generales… Catena Zapata, Malbec, Mendoza. Algunos vinos había probado, pero no tenía un conocimiento de las zonas, de los enólogos, de las bodegas… me sonaba Norton, Rutini, los nombres más grandes ¿no? De esa etapa de euforia entre en una época de estrés extremo, estudiando 18 horas por día como un loco. Ya cuando llegué el año pasado en febrero aquí a Mendoza, me di cuenta que prácticamente conocía a todo el mundo, conocía a los enólogos, a Daniel Pi, a Alejandro Vigil, a los Michelini, a montones de gente. Era como cuando vas por primera vez a Nueva York, que has visto tantas películas y piensas “pero si esto ya lo conozco” y no has estado nunca.
FN: Hablando específicamente de los puntajes, en el sitio de Robert Parker comentan que le dan más valor editorial a la “tasting note” o “review” que al puntaje en sí mismo.
LG: A mí realmente me gusta más contar historias que hacer números, me gusta mucho más hablar de Salta, los cardones, el paisaje salvaje, la altura, la diferencia de temperatura entre el día y la noche, contar quiénes son los Dávalos…
FN: ¿Y cómo haces para decir “este es un 92 y este un 93, o este un 88”?
LG: Básicamente la diferencia entre un 92 y un 93 es que el de 93 me parece mejor que el de 92. Tengo ciertos vinos que conozco muy bien que para mí son los prototipos de 88, de 90. Cuando pruebo un vino, lo intento colocar en esa jerarquía que yo tengo en mi cabeza desde el más grandísimo vino que he probado en mi vida hasta aquí. No es una ciencia ni nada, es una opinión. También así hay que tomarlo, a veces la gente lo toma como si fuera un dogma de fe y no es eso.
FN: Sin embargo muchos dicen que vos movés la aguja de una industria, lo que es un gran poder y una gran responsabilidad, como diría el hombre araña.
LG: Los que mueven la industria son todos los que trabajan aquí un montón para producir las uvas y hacer los vinos. Yo doy mi opinión. Obviamente, es la opinión más citada del mundo con lo que respecta a vinos. Por esto estaba yo tan nervioso al principio, antes de empezar “uh, ¡que responsabilidad!”. No se puede tomar a la ligera, hay que hacerlo bien, a conciencia.
FN: ¿Y cómo viste Argentina después de tu primera visita? En tu primer reporte hablabas de que el Malbec podría estar comoditizado…
LG: Lo que intenté decir es que no hay que centrarse solo en la uva y que la uva no es ni todo ni lo único, que hay muchas más posibilidades y al final lo que te va a dar una ventaja es la diferenciación, la diversidad. Ahí hay cierto riesgo, en apostar todo por una variedad. Se puede seguir haciendo Malbec, pero si es Malbec de Molinos en Salta, o es de Altamira, o es de Río Negro, ya tiene sus características de terroir, su personalidad.
FN: Hablaste también en el reporte del año pasado que pensás que la Bonarda tiene futuro. ¿Cómo has visto eso en esta visita?
LG: Avanza despacito, pero he visto algunas cosas de gente que está intentando darle una vuelta e interpretarlo, intentar encontrarle su identidad. El ejemplo para mí es la criolla chica en Chile. Una uva más menospreciada que la criolla chica no creo que haya y de repente han logrado darle la vuelta y producir un estilo de vinos que se adapta a esa uva. Ya a lo mejor es simplemente sacarse las ideas preconcebidas y decir “bueno, y esta uva cómo es y este clima cómo es y qué tenemos en el suelo”. En Chile tienes ahora a Torres y a Concha y Toro produciendo país y de repente la uva que ha surgido de un pueblo que ha dicho “bueno, ésta es nuestra uva y esto es lo que tenemos”. Yo creo que la Bonarda tiene mucho potencial, pero incluso la Moscatel, la Semillon y la Criolla.
FN: ¿Y el Torrontés?
LG: Las uvas tan aromáticas pueden ser un poco excesivas. Creo que allí lo que hay que aprender es la sutileza, en las uvas muy potentes lo que tienes que lograr es mostrar la elegancia. No es todo concentración. Y creo que con el Torrontés incluso tiene potencial de envejecimiento. Estaba esa idea concebida de que “no, el Torrontés es un vino que hay que beber antes de la siguiente cosecha” y depende…
FN: Vi que estuviste probando varios blancos antiguos…
LG: Sí, es que tampoco se producían con esa idea. Pero de repente te llevas sorpresas e incluso los mismos productores se sorprenden de que todavía este rico, porque no lo habían probado. Me gustan los vinos antiguos y pensar en las condiciones en las que se hicieron y cómo era la gente, y como era el mundo y qué ocurrió… Vinos del siglo XIX, hasta del XVIII que puedes beber. He bebido un vino del año de la Revolución Francesa. Imagínate, eso ya es viajar en el tiempo.
FN: Que increíble.
LG: Pero bueno, no me hagas mucho caso que yo estoy un poco loco (risas). En el mundo del vino estamos todos un poquito locos.
FN: Vos como consumidor, cuando te llegaban las revistas de Robert Parker ¿comprabas los vinos con puntaje alto, le prestabas atención a eso?
LG: Yo creo que lo importante es que tú seas capaz de calibrar tu gusto con el de ese crítico. Si tu gusto coincide, entonces yo creo que tienen un valor. Pero obvio, cuando tienes una puntuación muy alta al menos tienes la curiosidad de entender qué es para esta persona un vino de 100 puntos. Siempre está el tema de qué es un vino de 100 puntos. Yo todavía no lo entiendo, todavía no sé qué es un vino de 100 puntos. Cuando me preguntan digo que es un vino que cuando lo pruebo se me acelera el corazón. Y quiero comprarlo independientemente de lo que cueste, de lo poco que haya, de lo imposible que sea. Y de esos hay muy pocos.
- ¿Te has enamorado un poquito de la Argentina?
- Sí, mucho. Yo estoy aquí por pasión, no estoy aquí por dinero. Solo quiero mantener a mi familia y comprar alguna que otra botella (risas) porque eso no se cura nunca.
Fuente: https://medium.com/@FosterNewtonMza/un-vino-de-100-puntos-es-ese-que-te-acelera-el-coraz%C3%B3n-3b81a7ae7b7
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