Mientras muchos países negocian entre sí, los vinos argentinos se quedan afuera
En
las últimas dos décadas el comercio exterior de vinos se ha amplificado
considerablemente. Mientras que en 1990 de cada 100 botellas de vino
que se tomaban en el mundo 18 eran importadas, en 2014 de cada 100
botellas que se consumen 45 son importadas. En el mismo período
disminuyeron considerablemente las trabas al comercio y aumentó
significativamente la rivalidad competitiva del negocio.
· El tipo de cambio o precio relativo de las monedas.
· Los impuestos o subsidios a las transacciones comerciales.
· El costo de transporte de los bienes.
Así, la competitividad de los bienes de un país aumenta cuando: la moneda se deprecia en relación a las monedas de sus clientes o disminuyen o se anulan los impuestos a las transacciones comerciales o disminuye el costo de transporte.
En los últimos años los países europeos disminuyeron su consumo doméstico y buscaron sus oportunidades en la exportación y mientras que desde un principio los países nuevos basaron su expansión en los mercados externos. Por ello, las ventajas competitivas de los vinos de distintos países se fundamentaron aún más en las variables de comercio internacional que se mencionaron al comienzo.
Países como Argentina, Chile y Australia compiten fuertemente en franjas de precios medios o bajos y en estas franjas las variables de tipo de cambio, impuestos y costo de transporte son más impactantes.
En las últimas cuatro o cinco décadas el mundo ha tenido políticas de liberalización del comercio de bienes y servicios como así también del movimiento de flujos de capitales.
Casi todos los países, aún aquellos más cerrados, han disminuido sus impuestos y trabas al comercio en forma multilateral y también se ha avanzado en un proceso similar en bloques de países o en tratados bilaterales. Este proceso ha influido en el comercio de bienes y servicios de forma significativa.
Algunos países como el caso de Chile han fijado políticas comerciales externas basadas en la apertura de sus economías que han mantenido durante largos períodos mientras que otros como Argentina han sido más volátiles en la materia y han pasado de políticas aperturistas a otras muy cerradas como la actual.
Por su parte, Argentina firmó hace 24 años un acuerdo que dio origen al Mercosur que liberó trabas al comercio entre los integrantes pero obligó a negociar en conjunto con otros países o bloques acuerdo comerciales lo que impactó en los flujos de comercio de ciertos bienes como es el caso del vino.
Como puede apreciarse en el próximo cuadro entre los principales exportadores mundiales de vino y los principales importadores existen acuerdos de liberalización del comercio que se basan entre otros temas en la disminución de aranceles de importación.

Tal cual se observa gráficamente, Chile es el país más activo en la materia y desde 1996 viene suscribiendo acuerdos de disminución de tarifas, en varios casos con una gradualidad de 5 a 10 años.
En el otro extremo se ubica Argentina que salvo el caso de Brasil, por el Mercosur, no tiene acuerdos de reducción de aranceles.
En el análisis global hay que tener en cuenta que más del 40% de las importaciones mundiales son europeas y se abastecen mayoritariamente de vinos de países de la Unión Europea que no deben tributar aranceles de importación y gozan del beneficio de la cercanía. Por ello, los acuerdos de disminución de aranceles con la Unión Europea son tan importantes en la competitividad de las exportaciones de terceros países como Argentina o Chile.
Se observa también en el cuadro que en los últimos años los acuerdos de disminución de aranceles se están firmando con los países asiáticos como China, Japón y Singapur dado el protagonismo que estas economías están teniendo en la importación de vinos. Aquí también se advierte una fuerte actividad negociadora por parte de Chile.
Entre los países exportadores que muestran una mayor actividad en la firma de convenios de libre comercio aparecen Australia y Nueva Zelanda que han firmado convenios en forma reciente.
Un análisis detallado de la evolución que han tenido las exportaciones de países como Chile o Nueva Zelanda luego de la firma de reducción de aranceles da cuenta de un salto muy importante de su share en dichos mercados y paralelamente una disminución de la participación de países sin acuerdos. Por ello, Argentina deberá comenzar una etapa de mejoramiento de sus relaciones internacionales y la industria del vino prepararse para influir en la necesidad de acuerdos con otros países si quiere aumentar la competitividad exportadora.
· Los impuestos o subsidios a las transacciones comerciales.
· El costo de transporte de los bienes.
Así, la competitividad de los bienes de un país aumenta cuando: la moneda se deprecia en relación a las monedas de sus clientes o disminuyen o se anulan los impuestos a las transacciones comerciales o disminuye el costo de transporte.
En los últimos años los países europeos disminuyeron su consumo doméstico y buscaron sus oportunidades en la exportación y mientras que desde un principio los países nuevos basaron su expansión en los mercados externos. Por ello, las ventajas competitivas de los vinos de distintos países se fundamentaron aún más en las variables de comercio internacional que se mencionaron al comienzo.
Países como Argentina, Chile y Australia compiten fuertemente en franjas de precios medios o bajos y en estas franjas las variables de tipo de cambio, impuestos y costo de transporte son más impactantes.
En las últimas cuatro o cinco décadas el mundo ha tenido políticas de liberalización del comercio de bienes y servicios como así también del movimiento de flujos de capitales.
Casi todos los países, aún aquellos más cerrados, han disminuido sus impuestos y trabas al comercio en forma multilateral y también se ha avanzado en un proceso similar en bloques de países o en tratados bilaterales. Este proceso ha influido en el comercio de bienes y servicios de forma significativa.
Algunos países como el caso de Chile han fijado políticas comerciales externas basadas en la apertura de sus economías que han mantenido durante largos períodos mientras que otros como Argentina han sido más volátiles en la materia y han pasado de políticas aperturistas a otras muy cerradas como la actual.
Por su parte, Argentina firmó hace 24 años un acuerdo que dio origen al Mercosur que liberó trabas al comercio entre los integrantes pero obligó a negociar en conjunto con otros países o bloques acuerdo comerciales lo que impactó en los flujos de comercio de ciertos bienes como es el caso del vino.
Como puede apreciarse en el próximo cuadro entre los principales exportadores mundiales de vino y los principales importadores existen acuerdos de liberalización del comercio que se basan entre otros temas en la disminución de aranceles de importación.
Tal cual se observa gráficamente, Chile es el país más activo en la materia y desde 1996 viene suscribiendo acuerdos de disminución de tarifas, en varios casos con una gradualidad de 5 a 10 años.
En el otro extremo se ubica Argentina que salvo el caso de Brasil, por el Mercosur, no tiene acuerdos de reducción de aranceles.
En el análisis global hay que tener en cuenta que más del 40% de las importaciones mundiales son europeas y se abastecen mayoritariamente de vinos de países de la Unión Europea que no deben tributar aranceles de importación y gozan del beneficio de la cercanía. Por ello, los acuerdos de disminución de aranceles con la Unión Europea son tan importantes en la competitividad de las exportaciones de terceros países como Argentina o Chile.
Se observa también en el cuadro que en los últimos años los acuerdos de disminución de aranceles se están firmando con los países asiáticos como China, Japón y Singapur dado el protagonismo que estas economías están teniendo en la importación de vinos. Aquí también se advierte una fuerte actividad negociadora por parte de Chile.
Entre los países exportadores que muestran una mayor actividad en la firma de convenios de libre comercio aparecen Australia y Nueva Zelanda que han firmado convenios en forma reciente.
Un análisis detallado de la evolución que han tenido las exportaciones de países como Chile o Nueva Zelanda luego de la firma de reducción de aranceles da cuenta de un salto muy importante de su share en dichos mercados y paralelamente una disminución de la participación de países sin acuerdos. Por ello, Argentina deberá comenzar una etapa de mejoramiento de sus relaciones internacionales y la industria del vino prepararse para influir en la necesidad de acuerdos con otros países si quiere aumentar la competitividad exportadora.
Javier Merino
jmerino@areadelvino.com
jmerino@areadelvino.com
La ventaja de los vinos chilenos en comparación con los argentinos
Chile
ha sido un país de gran actividad negociadora internacional y ha logrado
acuerdos de libre comercio con los más importantes compradores
internacionales para sus principales productos de exportación, entre
ellos el vino.

En
el cuadro puede verse la diferencia de impuestos que pagaron en 2014
los vinos fraccionados de Argentina y Chile en los 20 principales
mercados mundiales de importación. En promedio resultó que Chile pagó un
0,8% menos de impuestos. Esta diferencia, relativamente baja, se debe a
que el principal mercado mundial al que destinan mayoritariamente sus
exportaciones tanto Chile como Argentina es Estados Unidos que tiene una
relativamente baja tasa de impuestos de importación. En los países más
dinámicos de la actualidad como es el caso de China la diferencia es muy
notable. También lo es en los países europeos con los cuales Chile ha
firmado un Acuerdo de Comercio y reducción de aranceles mientras que
Argentina aún no negocia pues debe hacerlo en bloque con el Mercosur.
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