Globalización del vino: la próxima fase 10 transformaciones de las últimas dos décadas en el mundo del vino


A fines de mayo tendrá lugar en la Universidad Nacional de Cuyo la 9° Conferencia Anual de la Asociación Americana de Economistas del Vino y de ella participará Kym Anderson, quien sin duda es hoy una de las palabras más autorizadas del mundo en materia de economía del vino. Desde la Universidad de Adelaida ha dirigido investigaciones que han dado señales muy interesantes a la industria. Entre ellas el trabajo que aquí se resume y sobre el que expondrá en Mendoza.
 


Argentina es junto a Nueva Zelanda uno de los países de mayor expansión exportadora de la última década, "un gigante que se despertó" según la opinión de Anderson. Sin embargo, hacia delante vienen desafíos de envergadura que es necesario evaluar con precisión para que las políticas públicas y las estrategias empresarias permitan prolongar y mantener este éxito sustancial.

Algunos de los cambios mundiales abrieron ventanas estratégicas de consideración para los vinos argentinos como fue el caso de las tendencias hacia el consumo de vinos más modernos y fáciles de beber y entender. Allí se ubicó con toda fuerza el Malbec, especialmente en un mercado que marcó el ritmo de la importación en la década que pasó como fue Estados Unidos.

Los tipos de cambio pusieron su impronta en los flujos de comercio. Argentina gozó de un tipo de cambio que hoy parece inalcanzable y repitió un fenómeno similar al que dos décadas atrás tuvo Australia. Hacia delante se verán con más fuerza estos cambios entre monedas lo cual debe ser observado atentamente en las estrategias empresariales.

Hoy se abren nuevos desafíos como el crecimiento del consumo en los países asiáticos y la posible aparición de nuevos competidores, entre ellos los mismos países importadores que están plantando y abasteciendo su consumo interno.

En Global Wine Markets 1961/2009 cuyos autores son Kym Anderson y Signe Nelgen hay un completo compendio mundial de los mercados del vino y su resumen se presenta a continuación:

Una década atrás, se celebró en Adelaida, Australia, una conferencia internacional con la participación de referentes del negocio y la investigación del vino para examinar la rápida globalización de los mercados vinícolas del mundo en la década anterior. Un indicador claro de ese fenómeno era el crecimiento en el volumen de las exportaciones en relación a producción mundial, que pasó 15% a 25% entre 1988/1990 y 2001.

Para los cuatro grandes exportadores de vino europeos esa proporción se elevó de 20% a 30%, un salto impresionante para los estándares históricos; pero para los exportadores del Nuevo Mundo, la proporción aumentó muchísimo más,  de un 3% a finales de 1980 a 20% en 2001.

Era obvio que en el año de la conferencia (2001) el ingreso en la escena internacional de los productores del Nuevo Mundo representaba un serio desafío para los productores de Europa. También se argumentó  por ese entonces que la rápida expansión de las plantaciones de viñedos del Nuevo Mundo entre 1990 y principios de 2000 se agregarían al stock de viñedos mundiales existentes y con el declive de dos décadas del consumo mundial de vinos generaría inconvenientes de sobre producción.



Ahora, luego de una segunda década de rápida globalización de la industria parece el momento adecuado para una nueva evaluación. El volumen de las exportaciones como porcentaje de la producción mundial de vino ha seguido aumentando, del 25% al 32% entre 2001 y 2009. Para los cuatro grandes exportadores de vino de Europa aumentó del 30% al 35%, mientras que para los nuevos exportadores mundiales se duplicó pues aumentó del 20% al 40% entre 2001 y 2007, antes de caer a 37% en 2009. En los casos de Australia y Chile la proporción de lo que exportan es superior a dos tercios de su producción.



Así, en los países exportadores de vino, tanto del Antiguo como del Nuevo Mundo, la producción crece más rápido o cae menos que su consumo.



Mirando desde el lado de los países importadores, entre 2000 y 2009 la proporción de vinos importados en relación al consumo aumentó del 28% al 37% a nivel mundial y del 23% al 34% para la Unión Europea.



Australia lideró el crecimiento exportador durante una década a partir de mediados de la década de 1990, pero en los últimos años han sido Nueva Zelanda y Argentina los que han  disfrutado del más rápido crecimiento de sus exportaciones.



Eso, junto con el continuo de Chile y Sudáfrica, ha asegurado que el Nuevo Mundo siga teniendo una gran cuota de mercado mundial que antes tenía el Viejo Mundo.



Pero esta segunda década de rápida globalización de la industria del vino tiene varias características que la distinguen de la anterior.

LOS CAMBIOS

Cae la tasa de crecimiento de exportaciónLa primera característica es que se observar un freno del crecimiento. En el caso del volumen de exportación del Viejo Mundo, pasó del 3,8% anual en la década de 1990 a 1,8% en la década más reciente, mientras que para el Nuevo Mundo se redujo del 18% al 11%. Por otra parte, el precio promedio de las exportaciones de vino en la última década casi no cambió para el Nuevo Mundo, mientras que creció un 7% por año para los cuatro grandes exportadores europeos.

Algunos países han caídoEn segundo lugar, las exportaciones alcanzaron un máximo de Australia en 2007, y el crecimiento se ha desacelerado en Nueva Zelanda en gran medida por la recesión europea y la apreciación de sus divisas. Los precios locales de la uva y, especialmente, los activos agrícolas e industriales han caído más que los valores unitarios de sus exportaciones. La apreciación de la moneda de Australia (gracias a su auge en las exportaciones mineras a China) también alentó el crecimiento de las importaciones. Eso significaba que su autosuficiencia de vinos cayó desde su máximo de 337% en 2004 a 236% en 2009 y su ventaja comparativa cayó casi a la mitad.

Por el contrario, el auge de Nueva Zelanda, que comenzó varios años después que el de Australia no mostró signos de desaceleración en 2009: su autosuficiencia aumentó de alrededor del 80% a principios de siglo a 240% en 2009, y su ventaja comparativa revelada se ha triplicado.

El despegue de ArgentinaEn tercer lugar, el gigante dormido del Hemisferio Sur se despertó bruscamente cuando Argentina abandonó su paridad con el dólar estadounidense y devaluó a finales de 2001.

La proporción de la producción de Argentina que se exporta aumentó del 4% al 29% en 2008. Inicialmente la calidad de esas exportaciones era baja, pero ha aumentado rápidamente. El precio promedio de las exportaciones casi se triplicó entre 2003 y 2010, pasando de U$S 0,88 a U$S 2,67 por litro, y la proporción de vino exportado a granel se redujo a la mitad, pasando de los 52% a 26%. Por el contrario, las exportaciones de Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos a granel se cuadruplicaron entre 1999 y 2010. Los Nuevos exportadores mundiales en su conjunto envían ahora una proporción ligeramente mayor en volumen que la UE-15, en contraste con el cambio de siglo, cuando la participación del Nuevo Mundo era la mitad del Viejo Mundo.

Esto refleja en parte las decisiones de las grandes empresas que embotellan vinos más baratos en destino y no en su lejano país de origen, pero también es un síntoma de una creciente situación de exceso de oferta en Australia y Nueva Zelanda.



El crecimiento de nuevos paísesEsta última década el mercado de vinos ha crecido en las regiones de menor desarrollo de mercado como es el caso de Asia. Mientras que a nivel mundial la participación del vino en el consumo total de alcohol se ha mantenido cercana al 18%, su participación en Asia se ha duplicado en la última década, aunque todavía es bajo y representa sólo un 3%. El crecimiento se ha concentrado sobre todo en China, donde se triplicó hasta llegar al 3,7%. El crecimiento de China ahora eclipsa el consumo en el resto de Asia, incluyendo Japón y para el 2009 casi igualó el consumo de Reino Unido. Sin embargo, el crecimiento del volumen consumido de vino ha sido igualmente impresionante en las economías más chicas de Asia pero muy ricas como Hong Kong, Corea, Malasia y Singapur, mientras que mediocres en Japón.

Importadores de vinos Súper PremiumAún más sorprendente es el rápido surgimiento de países asiáticos como importadores de vinos Súper Premium. Para el año 2009, siete de los 15 países mejor clasificados en términos de valor unitario de las importaciones de vino eran asiáticos. El crecimiento en el precio promedio de las importaciones ha crecido y el mayor crecimiento corresponde a China y Hong Kong. Particularmente notable es la rápida disminución de la proporción de las importaciones de vino de Asia que son a granel. El resultado es que las importaciones de Asia son ahora mucho más caras que los de los importadores tradicionales.

También plantan los nuevos importadoresEn sexto lugar, China (y en mucho menor grado India) no sólo se está expandiendo en el consumo de vino, sino que también plantan viñedos y amplían su producción nacional (en parte con la ayuda de jugo importado y vino a granel). Aún así muchos países exportadores están centrando sus esfuerzos de marketing cada vez más en China en la  esperanza de que tanto el consumo como la importación seguirán creciendo. Una señal de entusiasmo es el hecho de que el precio unitario de las importaciones de China se duplicó en la segunda mitad de la última década. Otro signo alentador es el rápido aumento de la participación en el ingreso mundial, que se espera por muchos organismos internacionales se duplique en los próximos dos decenios en China. A partir de 2009, Francia ocupó la posición dominante como un exportador de vino a China y la India, seguido por Australia.

Otras economías planificadas aumentan el consumo de vinoChina no es la única antigua economía planificada que aumenta su interés por el vino. Durante la última década el porcentaje de consumo de vino de Ucrania, como en Asia, se ha duplicado y Rusia también ha crecido. La producción de vino nacional también ha crecido allí, pero incluso las importaciones representaron 33% del consumo de Rusia en 2009, en comparación al 15% de 2000. Mientras tanto, la producción en el resto de Europa oriental y la antigua Unión Soviética ha disminuido, por lo que Rusia está comprando más de otras regiones. El precio unitario de las importaciones también aumenta, aunque a una tasa algo menor que China.

El gasto en vino se acercan entre países
Hay un amplio espectro de los gastos de vino por año entre los distintos países consumidores. Sin embargo, la discrepancia es menor cuando esos gastos se expresan como un porcentaje del ingreso nacional.







Todos los países parecen converger
Los patrones de consumo de alcohol de los países tradicionales exportadores de vino y las de los países vecinos, dentro de Europa, están convergiendo. Entre el primero y el último la diferencia es sólo del 46% en 2009, en comparación con 220% en 2000. El crecimiento de la demanda de vino en los países consumidores de vino no tradicionales de Europa y Asia ha contribuido a detener la disminución del consumo mundial de vino que se redujo a la mitad entre los años 1960 y 1990.

Del mismo modo que las diferencias dentro de Europa están disminuyendo, también lo son las diferencias entre el Viejo Mundo y el Nuevo Mundo. La especialización del Nuevo Mundo en la exportación de vinos comerciales y del Viejo Mundo en la exportación de vinos Súper Premium es menos obvia ahora. Uno de los aspectos que todavía es muy diferente, sin embargo, es el grado de concentración de las empresas dentro de cada grupo de países aunque la del vino es la menos concentrada de las industrias de las bebidas y del tabaco.

Según Rabobank, la cuota de mercado mundial de las tres empresas más grandes de la década de 1990 era sólo el 6% en la industria del vino en comparación con el 35% para la cerveza, el 42% de las bebidas espirituosas, y el 78% para los refrescos. Ciertamente, las fusiones y adquisiciones en la industria global continúan y esto cambiará esta situación relativa. Las cuatro empresas más grandes a nivel mundial pasaron de representar un 6,5% del total en 2003 a 8,5% en 2009.



Esa concentración de empresas es predominantemente en el Nuevo Mundo. Por el contrario, en el Viejo Mundo apenas una octava parte de las ventas está en las cuatro empresas más grandes. Sin embargo, hay señales de cambio pues empresas más grandes están surgiendo en Europa y los compradores podrían ser grandes empresas asiáticas que buscan la seguridad del suministro para el mercado nacional y/o adquisición rápida de conocimientos tecnológicos y de marketing.

Es evidente que los mercados vinícolas del mundo han cambiado tan drásticamente en la última década como lo hicieron en la anterior. Los productores en el Viejo Mundo continúan su ajuste, con algunos segmentos a los que les va bien (Burdeos exportadores Súper Premium), mientras que otros segmento siguen creando exceso de oferta. En el Nuevo Mundo, el crecimiento de la producción ha disminuido como consecuencia del  descenso de los precios (Australia y Nueva Zelanda), pero el reciente crecimiento en el valor de las exportaciones de otros (sobre todo Argentina y también los Estados Unidos) ha sido fuerte. Durante la próxima década los ojos estarán en el crecimiento de la demanda de importaciones de Asia, pero habrá proveedores nuevos o en expansión también.

Estos fenómenos ya ocurrieron
Por último, vale la pena señalar que la ola de globalización en las últimas dos décadas no es la primera vez que ocurre en los mercados vinícolas del mundo. Hubo una oleada anterior, 1860-1913, la cual no sólo se debió a una disminución en los costos comerciales internacionales que impulsaron el comercio de mercancías, sino también a las enfermedades de los viñedos. La propagación de la filoxera devastó los viñedos franceses en el último tercio del siglo 19, y llevó a Francia convertirse en un gran importador de vino. La viticultura orientada a la exportación se disparó en el norte de África, como consecuencia de que al ser colonias francesas se les facilitó un acceso altamente preferencial. A principios del siglo 20 Argelia representó alrededor del 40% de las exportaciones mundiales de vino y, con Túnez, el 6% de la producción mundial de vino.
La participación en la producción mundial de África del Norte era de un 6% en 1961-1964, cuando su participación en las exportaciones mundiales fue un enorme 54% - antes de la disminución a menos del 4% en la década de 1980 y casi nada en la década de 1990. Esa región desde luego no va a recuperar su cuota de las exportaciones mundiales pero sin embargo el vino podría volver a ser una importante industria de exportación rural para los estados islámicos si deciden lanzarse a los mercados vinícolas del mundo.
 
Javier Merino
jmerino@areadelvino.com
 

LOS CAMBIOS

  • Cae la tasa de crecimiento de exportación
  • Algunos países han caído
  • El despegue de Argentina
  • El crecimiento de nuevos países Importadores de vinos Súper Premium
  • También plantan los nuevos importadores
  • Otras economías planificadas aumentan el consumo de vino
  • El gasto en vino se acercan entre países
  • Todos los países parecen converger
  • Estos fenómenos ya ocurrieron

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