AntiDomingo: una opción distinta para las noches de verano


Detrás de un portón oscuro sobre la calle Pinto en el barrio de Saavedra, se esconde un lugar único y acogedor que vale la pena conocer (y recomendar).
 

Hace 15 años, en una cálida noche de domingo, Dany Alos y sus amigos tuvieron una idea para combatir el bajón del último día de la semana: crear AntiDomingo, un espacio de arte, música y gastronomía.
La idea empezó como algo simple: montaron una muestra de arte en la casa de Saavedra donde Dany y su hermano Adrián tenían salas de ensayo. Invitaron a algunos amigos músicos a tocar y a otros a desempeñar sus dotes en la cocina. El evento salió tan bien que decidieron repetirlo la semana siguiente. Y de a poco, casi sin darse cuenta, el proyecto comenzó a cobrar forma y a transformarse en lo que es hoy: una gran casona antigua para juntarse con amigos a escuchar bandas en vivo, comer algo rico y combatir el embole de las noches pre-lunes.
Al entrar, lo primero que sentís es que estás en una galería de arte: cuadros y fotografías cuelgan de las distintas paredes pintadas en colores tierra, que van rotando cada 15 días con la curaduría de Nancy Torre, amiga de la casa. A un costado se ofrecen viejos discos de vinilo de todo tipo para comprar y, al otro, está la puerta hacia una sala de sonido desde donde Dany musicaliza cada noche, en formato acústico. Al fondo se abre una especie de gran jardín de invierno, con mesas de madera y un techo que se desliza cuando el clima lo amerita. Velas y luces cálidas que penden de los árboles completan el ambiente íntimo y atrapante de la antigua casona.
En manos del chef César Castañeda, la propuesta para cenar es sencilla con platos clásicos bien elaborados: son recomendables las pizzas de rúcula y mozzarella, la napolitana y la fugazzeta (entre $90 y $135), como también las empandas caseras tamaño XL de zanahoria, ricota y queso, las de champiñones y espinaca, las de calabaza y las tradicionales de carne o pollo ($20 cada una). Pero eso no es todo: hay una digna degustación de brusquetas ($85) y una picada mediterránea para compartir ($200) que vale la mención: vegetales asados y a la vinagreta, huevos de codorniz, queso pategrás, tybo y edam, tomates cherry, lomito ahumado, jamón crudo y salames, todo acompañado de pan de campo amasado in situ. Los platos principales (entre $70 y $85) van cambiando de invierno a verano. Podés encontrar, por ejemplo, wok de vegetales, milanesas de berenjena, cazuelas varias (de calabaza, de lentejas o de maíz, por nombrar algunas), pastel de papa y pastas caseras.
Para acompañar, una carta de vinos con etiquetas clásicas como Norton, Atilio Avena, Benjamín, Trumpeter y Luigi Bosca (desde $55 a $180) y tragos como Gin Tonic, Mojito y Campari ($60).
El plus: las noches de viernes, sábado y domingo a partir de las 22 horas hay diferentes shows musicales que van desde jazz y tango hasta reggae y percusión.

AntiDomingo está en Pinto 4860, Saavedra. Durante el verano abre de jueves a domingo de 20:00 a 01:00 horas. El resto del año, de miércoles a domingo en el mismo horario. Para reservas e información sobre los shows podés llamar al 4541-5214 o escribir a info@antidomingo.com.ar.

Dato curioso: es uno de los pocos restaurantes de Buenos Aires que acepta la moneda digital, Bitcoin, como forma de pago.

Por Julieta Groglio

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