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Coco Marie es un local de venta de trajes de baño a la calle que en la parte de atrás tiene un precioso patio que funciona como restó. En esta época otoñal de baja temporada, la dueña, diseñadora de la línea de ropa de origen estadounidense que ideó este restó cool en octubre de 2012, pasó el sector de venta a un rincón más cerca del patio y transformó la entrada en un sector de café para llevar con bancos de plaza y un carrito de venta de las tradicionales cookies norteamericanas.
El sector del restó en una tarde de sol ofrece un glorioso entorno de paredes tapizadas de enredadera verde, pajareras transformadas en lámparas y juegos de jardín vintage pintados de celeste que invitan a prolongar la charla, ya sea al aire libre a la sombra de las plantas o bajo el quincho que da a la cocina abierta. Yo definiría el estilo del lugar como cosmopolita/urbano con opciones simples que nos recuerdan un deli neoyorquino: sándwich de pastrami, bagel con salmón o ensalada Caesar; las bebidas que acompañan van desde una limonada con pepino y jengibre a licuados como el más pedido de la casa: jugo de naranja, frutos rojos (frambuesa, arándanos, frutilla, mora) y menta. Todo es rico, fresco, ideal como para hacer un recreo de mediodía tranquilo y natural. Vale la pena conocerlo.
SOCIAL PARAÍSO
Hace 14 años que Federico está al frente de la cocina de este restó que ofrece platos de autor y un menú de mediodía de dos pasos por un precio más que conveniente, junto con una pizarra de media docena de opciones de vinos por copa, elegidos con un criterio de calidad y buen gusto en el maridaje.
Social Paraíso pone el acento en crear una alternativa gourmet y amigable dentro del amplio panorama palermitano y la acertada propuesta atrae a los que apreciamos la buena cocina, como yo o una pareja del barrio que desde hace 10 años va a almorzar todos los sábados en la misma mesita junto a la ventana. El local, prolijo y agradable, es de apenas 40 cubiertos, lo que permite un servicio cuidado, personalizado y con conocimiento de causa por parte del mismo Federico, desde el otro lado del mostrador, y de Natalia, la camarera simpática y amorosa que está a cargo del salón al mediodía. Todo es hecho en casa, incluso la panera con riquísimas tostaditas y grisines. La carta es corta pero muy equilibrada ya que hay platos de carne, cerdo, pescado y pastas, muy inteligentemente concebidos desde la armonía de sabores y texturas. Opté por la entrada de langostinos y caviar de berenjenas ahumadas, un manjar, y el salmón con salsa de tomate concasse, aceto y mostaza con vegetales grillados, impecablemente combinado y delicioso, todo acompañado con una copa de Tempus Rosé. ¡Un almuerzo que merece un aplauso para el cocinero!
EL ÚLTIMO BESO
Es una vieja casona de Palermo remodelada y preciosa, llena de detalles rococó que bien podría ganar una medalla como monumento al romanticismo, desde su lista de tés bautizados con nombre de películas románticas como Lo que el viento se llevó, Casablanca o Gilda o la bañera llena de pétalos de rosa. Marisa, la dueña, comenzó hace 15 años con una boutique en la que les ofrecía un cafecito con masitas hechas por ella a sus clientas mientras se probaban la ropa.
El local de venta de vajillas antiguas y artículos de decoración sigue siendo el corazón de la casa pero los otros cuartos se han transformado en un restó coqueto con un servicio súper amable y atento a cargo de Andrea (la encargada del mediodía) y Juan al frente de la cocina. La carta es corta pero se adapta a todos los paladares: hay lomo, salmón, dos tipos de pastas, dos woks y un par de tartas. Yo pedí el plato favorito de la casa: salmón con salsa de champagne y vegetales torneados al vapor, que resultó la opción perfecta para degustar en este ambiente delicado y acogedor que se completa con una selección musical de fondo que va desde la chanson francesa hasta Chopin y el rumor del agua que corre en la fuente del patio interior. Un verdadero remanso para darse el gusto de disfrutar desayuno, almuerzo, merienda o una cena romántica (sólo abren viernes y sábado por la noche) solo, en pareja o con un grupo de amigas.
Ceci de Palermo’s picks
Today: lunchtime plan for sunny fall days
COCO MARIE
Is a swimsuit store with a hidden, lovely backyard that doubles as a restaurant. During the low season (May thru August, i.e., fall/ winter in Buenos Aires), the owner, who is an american swimwear designer that came up with the concept for this cool outdoorsy restaurant in october 2012, has moved her boutique to another showroom down the hall and made room for a coffee-to-go area and cookies cart, complete with benches and all in the front of the store. On a sunny day, the restaurant offers a glorious environment secluded by ivy walls, bamboo bird cages made into lamps and vintage, turquoise blue garden sets that invite you to extend your stay, whether under the shadows of a green canopy of leaves or under a rustic style gazebo overlooking the open kitchen. I would define the restaurant as urban/ cosmopolitan, with options that you could find in a NYC deli, such as pastrami sandwiches, bagel and lox or Caesar salad; to go with these dishes you have a selection of beverages that range from lemonade with cucumber and ginger to smoothies such as the patrons’ favorite: orange juice + berries (raspberry, blueberries, strawberry, blackberries) + mint leaves. Everything is really good, natural and fresh, ideal for a pretty and cool midday stop. Don´t miss it!
SOCIAL PARAÍSO
For the last 14 years, Federico has been the head of this restaurant’s kitchen, which offers signature dishes and a gourmet midday menu for a more than reasonable price, along with half a dozen options of wine by the glass, which have been carefully chosen following quality, good taste and matching criteria. Social Paraíso focuses on creating a sybarite, but friendly and not over-complicated alternative in the Palermo restaurant landscape; as a result, their spot-on proposal caters for foodies such as me or a couple of regulars from the neighborhood who have been coming for lunch at the same table next to the window every Saturday for the last 10 years. The place is pleasantly simple, neat and unassuming, and the fact that it only has 40 seats allows for connoisseur and personalized service from Federico himself behind the counter of his open kitchen and from Natalia, the agreeable and efficient midday waitress. Everything they serve is homemade, including the yummy bread basket with delicious toast and breadsticks; the menu is short but well balanced, since it covers beef, pork, fish and pasta dishes that are masterfully put together taking into account a perfect harmony of flavors and textures. My choice was to start with the shrimp on a smoked eggplant “caviar”, which was scrumptious, and a main course of salmon with a tomato cubes, balsamic vinegar and mustard sauce with a side of grilled vegetables that was a perfect and delightful combination; to drink, the right match was a glass of Tempus Rosé. The whole lunch deserved a round of applause for the chef!
EL ÚLTIMO BESO
Is located in a traditional, large house in Palermo, which has been beautifully restored back to its glory days, full of rococo details. In my humble opinion it could win a medal to the most romantic place in the city thanks to touches found everywhere: from a tea list with blends that carry the names of chic flicks such as Gone with the Wind, Casablanca or Gilda, to the bathtub in the restroom, full of red rose petals. Marisa, the owner, started here 15 years ago with a store where she offered her clientele coffee with a sweet treat that she made herself while her customers tried dresses on. Now the store sells vintage tea sets and interior decor items but it is still the heart of the house that hosts a natty restaurant with super nice service by Andrea, in charge of the lunch shift, and Juan, the chef in the kitchen. The menu is not too extensive but it offers something for every palate: beef, salmon, two pasta dishes, two woks and a couple of savory pies. I ordered the most popular dish: salmon and steamed baby vegetables in a champagne sauce, which turned out to be the ideal option to enjoy in this delicate and cozy environment. Oh, the perfect complement, the music selection ranging from french chansons to Chopin plays softly enough to let you here the rumor of the water flowing in the fountains in the indoor patio in the background. A true refuge, a haven of peace and quiet to treat yourself to breakfast, lunch or teatime, or even a romantic candlelit dinner (though they only open in the evening on fridays and saturdays).
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