Fuente: Trinclot University Press UK.
La aplicación de principios de biología, química e ingeniería,
permiten conocer la calidad del vino mismo después de su envasado. La
firma británica Tech-Stoppers lanzó recientemente al mercado los
primeros tapones inteligentes para vinos. Con tecnología existente ya
probada en otros campos (farmacéutico, lácteo) la empresa, en estrecha
colaboración con la Universidad de Trinclot, desarrolló tapones
electrónicos para el control de la calidad de los vinos embotellados.
Cada tapón contiene un microchip alimentado con una minibateria que
permite a un nanocircuito informar permanentemente datos del vino
contenido en la botella. Posee un muy ingenioso sistema de medición de
la acidez basado en la variación de la conductividad del vino y otro de
la temperatura de conservación y un minitransmisor Bluetooth que al
acercar un lector (un simple teléfono celular inteligente) comienza la
emisión de la información contenida. La actividad del transmisor se
detecta al encenderse un led en el tapón. El dispositivo tiene un
programa integrado que permite a los consumidores conocer el estado de
cada botella de vino además de proveer datos de trazabilidad nunca antes
imaginados (viñedo de procedencia, kilómetros recorridos, peso medio de
los racimos, color en UC del mosto, grado alcohólico etc.).
Se podrán
requerir informes sobre la temperatura del vino en función del tiempo
para verificar las condiciones de guarda y hasta conocer de antemano la
presencia de sedimentos en la botella. Además cuenta con una ficha
microUSB para conectar instrumentos de medición o registrar los datos
recabados. La batería que lo alimenta aprovecha la acidez natural del
vino para generar con un dipolo la mínima corriente necesaria para su
funcionamiento.
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