Epoca de Reptiles por Cristina Boto
La Rioja es testigo de tiempos en que estos animales eran los dueños de la tierra. Visítela, descubra estas huellas milenarias y disfrute de sus vinos.
El pasado. Un lugar al que volvemos para buscar nuestras referencias y rescatar lo necesario para sembrar el futuro. Quienes fuimos y quienes somos, nos integra. Aceptar la herencia cultural y conocerla, es el primer paso. Nuestro extenso territorio tiene paisajes diversos, inconmensurables, bellos; y mucha ausencia de civilizaciones anteriores. Sin embargo, el Noroeste de la Argentina preserva vestigios arqueológicos que dan cuenta de asentamientos poblacionales y de formaciones que denuncian geologías de eras milenarias. La Rioja es rica en estas huellas. A principios de siglo XX, investigadores y coleccionistas, empezaron a interesarse por esta realidad. La decoraciónDraconiana y las particularidades estéticas y técnicas de la cerámica, fueron lenguajes atractivos del material prehispano.
Pero no fue lo único por lo que llamó la atención la provincia de La Rioja. Una valiosa lista de evidencias y sitios, como Pucará de Hualco –restos de una antigua ciudad colombina-, Famatina – continuado del período PreCerámico hasta la dominación Incaica-, en Ángulo 5 sitios –campos de cultivos, viviendas, terrazas artificiales y petroglifos; viviendas circulares en Las Damitas; etc…-, La Parrilla –viviendas en las laderas del Cerro Paimán-, Parque Diaguita –grupo de petroglifos indígenas y cerca de ellos restos del milenario Camino del Inca- y la lista continúa. Este rico inventario y más, hicieron que La Rioja ingresara en el mundo de la arqueología científica.
Para el final dejo a Talampaya, 215.000 hectáreas. En 1975 fue nombrado Parque Provincial Talampaya y en 1997 fue incorporado a Parques Nacionales de la Argentina; encierra además de yacimientos arqueológicos y paleontológicos, un valor geológico singular. En el 2000 junto a su vecino Ischigualasto -San Juan-, fueron declarados por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.
Las investigaciones señalaron que los fósiles animales y la flora, hallados y los estratos geológicos analizados son del período triásico de la era mesozoica -hace 225 millones de años-, época de reptiles, dueños de la tierra.
Cuando se formó la Cordillera de Los Andes, 60 millones de años atrás, dejó al descubierto este relieve compuesto por arcillitas y areniscas compactadas con enorme presencia de óxido de hierro –descubierto por el rojizo intenso de los paredones que dibujan el área. Este ecosistema es uno de los pocos en el mundo donde se observan notoriamente las distintas capas que componen el terreno y de qué manera los movimientos internos de la tierra sentaron las placas que la constituyen.
En los paredones verticales de más de 100 m de altura, hay una gran cantidad de grabados que expresan una fusión armónica entre naturaleza y cultura, señales relevantes del arte rupestre argentino. Es uno de los más grandes yacimientos del NOA. El parque preserva una importante riqueza arqueológica de ocupaciones humanas ocurridas entre los años 640 a.C. y 1.180 d.C.
Por eso es interesante acercarse a estos territorios de nuestro país, podrá además descubrir que es región importante en vinos como los de Chañarmuyo, La Puerta y La Riojana.
www.turismolarioja.gov.ar
www.talampaya.com
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