¿Cómo se hace la morcilla? por Castagnari El Grande


Infaltable antes o durante del asadito, la morcilla es un clásico amado por muchos y denostado por otros. “A mí no degusta porque está hecha con sangre”, argumentan sus detractores mientras le hincan el diente a un vacío jugoso o a un choripán. Hoy en nuestra sección “¿Cómo se hace?”, vamos a explicar como realizar la mejor morcilla casera.

El origen de la tan querida Morocha se remonta, según algunas versiones, a más de 400 años antes de Cristo. El término morcilla proviene de los españoles, es una mezcla del  céltico mukorno, que significaba ‘muñón’,  mezclado con el significado del vasco mukurra, ‘objeto abultado y disforme’. En México y Centroamérica se la conoce como Moronga, en Chile Prieta. Los tanos la llaman Sanguinacci.

 La receta casera es bastante sencilla, aunque resulta un poco incómodo para los que desean carnear un chancho en un departamento. 

Es necesario juntar la sangre del chancho degollado en una olla, unos 4 o 5 litros, revolviendo con la mano para que no se coagule. También se pude comprar sangre en polvo. Se hierve la cabeza del chancho y el corazón, durante tres horas con unas hojas de laurel y una pizca de sal. Una vez que la carne está tierna, hay que sacarla del agua, dejarla enfriar un rato, dividirla en trozos y pasarla por la máquina de picar o cortarla a cuchillo. Agregar la sangre previamente colada, dos kilos de cebolla de verdeo rehogada, pesar todo el contenido y agregar los condimentos y la sal.  Los españoles además le agregan arroz hervido.

Los condimentos y las proporciones varían según el gusto, pero siempre  lleva pimienta, ají molido, una pizca de clavo de olor y sal. También se puede comprar una mezcla de especias lista para agregar en Don Victorio, un local especializado que tiene todo lo necesario para la carneada y brinda asesoramiento. 

El siguiente paso es embutir el contenido en la tripa morcillera y atar. Por último, se deben colocar las morcillas colgadas de un palo o gancho y cocinarlas durante 45 minutos en agua a punto de romper el hervor. Hay que tener cuidado de que las morcillas no toquen el fondo de la olla, ya que con el calor pueden explotarse. Para saber cuándo están listas, debe pincharlas con un punzón. Si deja de salir sangre ya están a punto caramelo, en realidad, a punto morcilla. Sólo queda sacarlas del agua, esperar un rato, un minuto si es medio muerto de hambre, y probarlas. Se tienen que conservar en heladera.

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