Las comidas actuales segun Michel Pollan


Detectives

Mucho de lo que consumimos hoy en día no es comida, sino sustancias comestibles parecidas a la comida, que no proceden de la naturaleza sino de la ciencia.

Según Michel Pollan, un  foodie intelectual y profesor de periodismo en la universidad de Berkeley, crítico de las empresas agroalimentarias y sus sistemas de producción y las cadenas de comercialización, a la hora de hacer las compras, los mejor es realizarlas en  los bordes del supermercado y no en su área central. Parte del hecho que en los bordes de los salones de ventas casi siempre se encuentran las góndolas de verduras, lácteos y otros productos frescos, y en las centrales está los productos elaborados industrialmente.

Esto tiene que ver con una política de ubicar los alimentos más procesados en el lugar donde el consumidor, según estudios de hábitos de psicología del consumo, tiende a concurrir apenas entra a un supermercado a la nave central y hacer allí la mayoría de las compras. Y es precisamente en ese lugar donde se encuentran los alimentos  con mayor cantidad de aditivos, conservantes, endulzantes y sustancias que son perjudiciales para una sana alimentación.

Y es que el autor comenta en su libro El Detective en el Supermercado que la comida se ha convertido en asunto de gobiernos, marcas y publicistas y hemos olvidado su función principal, la alimentación, en detrimento de aditivos y eslóganes publicitarios.

En el texto, analiza cada producto y su composición, y desvela cómo las empresas a través de publicidades engañosas pueden hacernos comprar los productos menos saludables.

En el caso de los cereales, por ejemplo, aconseja no consumir ninguno que cambie el color de la leche. Claro, la mayoría tiene colorantes que contienen sustancias perjudiciales para la salud y el consejo es, cuando se encuentre un cereal en un envase más atractivo y de menor costo… hay que comprarlo, porque seguramente tiene menos aditamentos que los de cajas vistosas. 

Descubre cómo la ciencia de la nutrición y la publicidad nos han hecho más gordos y enfermizos. En la denominada Dieta Occidental, la comida ha sido reemplazada por los nutrientes, y el sentido común por la confusión. El resultado es lo que Michael Pollan llama la «paradoja americana»: cuando más nos preocupamos por la nutrición, menos saludables parecemos. Tanto la industria alimenticia como la ciencia de la nutrición pretenden sacar partido de la confusión general sobre qué es comer. Y la prueba palpable es que treinta años de consejos nutricionistas oficiales nos han hecho más enfermizos y obesos.

Pollan propone un camino alternativo de comer que está inspirado en la tradición y la ecología; nuestra salud personal, argumenta, no puede estar separada de la salud de la cadena alimenticia de la que formamos parte. Siguiendo este camino podemos escapar de la Dieta Occidental y, como consecuencia, de la mayoría de las enfermedades crónicas que esa dieta causa. Consejos como no comas nada que tu bisabuela no reconocería como comida, evite los productos alimenticios que exhiban afirmaciones de propiedades saludables o salga del supermercado lo antes posible son algunos de los que componen el fresco y elocuente manifiesto de Pollan.

www.michaelpollan.com

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