En 2 semanas vuelve el vino turista
Fuente: Diario Los Andes | Miguel Ángel Flores.
Según la resolución C- 9 del INV, el renacido Vino Turista tendrá una versión genérica de no más de $ 20 y otra varietal de hasta $ 25 la botella. Con la venia del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, luego de que el viernes 11 el organismo firme el convenio respectivo con la Federación de Empresarios Gastronómicos de la República Argentina, la obligatoriedad de ofrecerlo, por parte de los restaurantes, quedará firme.
Pero cuando aún quedan un par de semanas para verlo en la mayoría de las cartas de vinos, el hecho de que algunos locales ya lo “promocionen” entre 50% y hasta un 100% más caro genera dudas sobre el cumplimiento de la medida.
Al respecto, el propio presidente del INV, Guillermo García, había advertido esta semana que “la implementación de la norma sobre el vino turista será voluntaria para las bodegas pero obligatoria para el sector gastronómico, que deberá ofrecer vino de buena calidad a un precio accesible”.
Sin embargo, una recorrida por distintos locales gastronómicos del centro mendocino permite comprobar que no todos se rigen por esos parámetros. De 8 restaurantes visitados por Los Andes sólo 3 ofrecen el producto en el rango de precios que se pretende imponer. Cabe recordar que en el desayuno organizado por la Coviar, durante la Fiesta de la Vendimia, el mismo gobernador Francisco Pérez había reafirmado la decisión de reposicionar el vino turista en los restaurantes en una franja de entre $ 18 y $ 25.
Segmentar la oferta
Sólo falta el OK de Moreno para que el nuevo vino turista vuelva a ser una realidad. El mismo secretario de Comercio Interior será el encargado de evaluar, cada 3 meses, algún ajuste de las cotizaciones de referencia, si así lo solicita la Comisión Técnica Asesora del Instituto que integran representantes de las cámaras vitivinícolas.
Frente a lo que viene, tras la firma del acuerdo con el sector gastronómico empezará la face comunicacional. “Será clave dar a conocer los alcances de la medida, como también un tercer elemento: la participación de las bodegas”, señaló García.
Sergio Villanueva, gerente del Fondo Vitivinícola, ente promotor del consumo de vino en el mercado argentino, coincide con esa mirada. “En su momento cayó en desuso porque las mismas bodegas dejaron de comercializarlo. Por eso, lo importante es que haya firmas que lo elaboren pero, al principio, será un trabajo de concientización. Evidentemente, las que miran los segmentos superiores no lo consideran y, para las otras (sobre todo las que apuestan al volumen) es una chance. Habrá que verlo pero creo que a la larga terminará segmentándose la oferta”, confió Villanueva.
Para el gerente del Fondo, lo ideal sería “construir” esa segmentación del vino turista, con un acuerdo entre proveedores y vendedores. Si bien la adhesión es voluntaria por parte de los establecimiento elaboradores, por ahora las bodegas de la zona Este agrupadas como pequeños fraccionadores de Mendoza y con una capacidad de fraccionamiento de más de 30 millones de litros anuales, concentran el mayor interés en sumarse a la iniciativa.
Baja demanda
Aunque se habla de concientizar en los puntos de venta en una primera etapa, está contemplado que los clientes que no encuentren vino turista o lo hallen por encima del valor prefijado, puedan denunciarlo (ver aparte). Las multas arrancan en $ 291.
Ésa podría ser la situación de los locales que, en pleno centro, ofrecen un turista genérico de $ 22 a $ 30. O los que, como pudo observarse en un restaurante de Peatonal, promueven un tipo varietal a $ 45.
Entre los que están del otro lado del mostrador, muchos afirman que la demanda es escasa. Así lo expresa Antonio que frente a su vino turista de $ 22, aseguró que “la gente pide los más conocidos como Trapiche o Santa Julia”.
Algo parecido señaló Verónica, encargada de un local sobre calle Patricias, donde los legisladores son habitués, que ofrece un Borgoña de 3/4 a $ 24 como su “vino de la casa”. “No creo que los clientes desconozcan pero por cuatro o cinco pesos más, el turista siempre opta por un buen malbec”.
Otros, como José, al frente de un restaurante de avenida España, arrojan sus propias estadísticas. “Aunque lo mejorcito que tenemos está en los cincuenta pesos, de diez mesas en siete toman nuestro vino turista”, contó el hombre refiriéndose a un bivarietal bonarda-malbec de Crotta que comercializa a $ 25.
En algunos locales de calle Las Heras la cerveza le gana al vino por varios cuerpos. De hecho, según el responsable de uno de ellos, el vino turista “no se conoce y tampoco lo ofrecemos mucho”. En Necochea y San Martín, César resume convencido que “el cliente, y sobre todo el turista, tiene que estar muy ajustado como para no pedir una botella de $ 40″.
Las 4 condiciones
Certificación: Las bodegas que opten por comercializar vino turista deberán comunicarlo al INV al solicitar su liberación al mercado, para realizar su evaluación analítica y sensorial y posterior autorización.
- Para el varietal, deberá acompañar antecedentes sobre tipo y volumen de vino a certificar. La calidad se garantiza con 80 puntos, el mínimo admitido por la evaluación sensorial de técnicos del Instituto. Se certificarán hasta 2.000.000 de litros por año.
- Isologo y fecha de consumo: En la etiqueta debe consignarse “vino turista” o “vino turista varietal”, según corresponda, y será obligatorio el isologo “Vino Argentino-Bebida Nacional”, además de señalar fecha de consumo preferente.
- Actualización de precios: La Comisión Técnica Asesora del Sector Privado del INV, presentará en forma trimestral los precios sugeridos a fin de elevarlos a la Secretaría de Comercio Interior.
- 0-800 para denuncias : Se habilitará el 0800-5555468 para que los consumidores puedan denunciar cuando el restaurante no tenga disponible el producto, existan problemas de calidad o no responda a las exigencias estipuladas por la reglamentación.
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