Cenar con desconocidos: 6 propuestas para salir a comer y conocer gente


Desde tours gastronómicos hasta restaurantes con mesas colectivas o "kitchen parties" convocadas por internet. La moda de salir a comer con extraños ha llegado a Buenos Aires.
o general, se arma entre varios. De vez en cuando podemos llegar a hacerlo solos. Pero a lo que definitivamente no estábamos acostumbrados era a compartir el almuerzo o la cena con completos desconocidos. Hasta ahora.

El último capricho de la cultura foodie adopta múltiples formas: excursiones grupales por distintos barrios porteños, restaurantes itinerantes o a puertas cerradas con grandes mesas comunitarias y "kitchen parties" organizadas por internet. ¿La consigna? Redescubrir el poder de la buena cocina como medio de socialización.

Excursión gourmet: FUUDIS
Bajo el lema “experiencias gastronómicas sociales”, Fuudis organiza recorridos temáticos por tres restaurantes de un mismo barrio, con la idea de probar un plato en cada uno: entrada, principal y postre (por ejemplo, berenjena parmesana en Arkakao, curry de langostinos en CasaSur Art Hotel y cremoso de Baileys, brownie de chocolate y helado de café en Milion). El tour dura cerca de tres horas, sale unos $200 (propinas incluidas) y la única regla es ir cambiando de compañeros de mesa. “La interacción surge espontáneamente, la comida siempre ayuda a vencer la timidez”, afirma una de las responsables del emprendimiento, Mariana Ponzi. En los grupos hay desde gente sola hasta parejas o amigos, con un mix de argentinos y extranjeros. En su web pueden consultarse las próximas salidas. Para reservar se debe abonar por anticipado a través de internet, Pago Fácil o Rapipago. Twitter: @fuudis.

Tu cocina es una fiesta: KITCHEN PARTY
Replicando el modelo de otras exitosas comunidades online como CouchSurfing (viajeros que ofrecen o buscan hospedaje), un grupo de amigos creó el año pasado, en Roma, esta plataforma que conecta a amantes de la buena mesa para organizar cenas colectivas alrededor del mundo. El sitio, sólo disponible en inglés o italiano, invita a registrarse y postularse como anfitrión de una kitchnen party, o bien asistir a alguna de las veladas programadas en tu ciudad. El catering varía según la ocasión y la sede no necesariamente debe ser una casa: las propuestas van desde un picnic en un parque hasta una ronda de tapas y tragos en un bar. Pertenecer a esta red social –que cruza la frontera del mundo virtual al real– es gratuito y el costo de cada encuentro se suele dividir entre todos sus comensales. En Buenos Aires, hay una merienda programada para el próximo 20 de mayo.

Arte y gastronomía pop-up: MAX´S SUPPER CLUB
El chef londinense Max Speerlberg combina sus dos pasiones, el arte y la cocina, en un restaurante pop-up (sin agenda fija y en escenarios rotativos) que atrae a turistas, expatriados y sibaritas locales. Una o dos veces al mes organiza en museos, galerías y casas de coleccionistas cenas donde el menú suele inspirarse en obras de pintores consagrados o emergentes. Los participantes ocupan una larga mesa comunitaria y el hielo no tarda en romperse. “Es increíble el contraste entre el principio y el final: todos terminan riendo juntos e intercambiando contactos”, cuenta Max. Para saber cuándo y dónde, tenés que chequear su página de Facebook o seguirlo en Twitter.   

En el living del chef: CASA SALT SHAKER
Pionero del formato “a puertas cerradas” en Buenos Aires, el estadounidense Dan Perlman recibe a los foodies en su living de Barrio Norte, con un menú de cinco pasos que varía semana a semana y que recién se devela al momento de servirse. Todo comenzó cuando Perlman hizo de la necesidad virtud: como tenía poco espacio, comenzó a pedir a sus clientes que compartieran la mesa –con capacidad para hasta 10 comensales– y, motivado por las buenas repercusiones, terminó adoptando esta modalidad como parte de la filosofía del lugar. La degustación cotiza a $230 e incluye maridaje de vinos, agua, café o té y cóctel de bienvenida. 

De Asia con amor: CASA MUN

A modo de declaración de principios, el mensaje publicado en su web resume la esencia del proyecto: “Nuestra meta es propiciar el sentido de comunidad entre la gente que ama la buena comida”. Para alcanzar ese objetivo, el chef Mun despliega un menú degustación que cuesta entre $240 y $285 (depende si tomás vino), fusionando con maestría las cocinas japonesa, coreana y china. Entre sushi, sashimi, dim sum y bibimbop, se forjan vínculos y amistades en un entorno intimista y gourmet. Twitter: @Casa_Mun

Un atracón porteño: BUENOS AIRES FOOD TOURS
Aunque los visitantes foráneos son mayoría en estos paseos que proponen explorar los auténticos sabores de la gastronomía porteña, de vez en cuando vale la pena redescubrir la ciudad –y sus platos típicos– con ojos de turista. Las excursiones arrancan al mediodía, duran tres horas y se dividen por barrios. El de La Boca, a 75 dólares (solo para bolsillos abultados y con ganas de gastar), incluye fugazzetta en una clásica pizzería, empanadas de carne y asado, todo regado por un digno Malbec. Los otros circuitos ofrecidos: Recoleta y Palermo. La web solo habla inglés y, si bien a los vegetarianos no les cierran la puerta, se les advierte que su experiencia resultará incompleta: “Bueno, estás en un país donde la gente consume dos o tres porciones de carne por día”, aclaran. 

Por Ariel Duer

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