Minutas Para Todos!

Minutas para todos

Cuatro amigos de la infancia se sientan alrededor de una mesa. Se conocen desde niños, crecieron juntos y maduraron por separado. Cuatro personalidades distintas, estratos sociales diferentes, gustos disímiles y opiniones de las más diversas. Llega la hora de cenar. La cuestión es tan simple como difícil: elegir el lugar, el sitio de encuentro, la mesa precisa que sirva de marco para volver a ser aquellos que fueron y que ya no son.
“No hay amor más sincero que el amor a la comida”, reza la frase de Bernard Shaw, y es allí, en ese amor por comer mezclado con el inconfundible sabor de la amistad, donde los cuatro puntos se encuentran en el centro, se entregan a lo simple y sólo les basta un suculento plato para volver a verse de pantalón corto, remera, zapatillas e inocencia. Ya son los de antes, los de siempre.

Esta pequeña introducción sirve para graficar ciertas postales, escenas que pueden observarse en algunos de los tantos restaurantes insertos en los clubes de barrio, donde alrededor de una actividad social y barrial, se esconden varios de los mejores bodegones de la Capital Federal, accesibles en cuanto a precio y recomendables en cuanto a calidad.
Comenzando por el barrio de Parque Chacabuco, encontramos uno de los más famosos y concurridos restaurantes de este estilo, el Club Chacabuco.

Allí, uno puede comenzar con unos exquisitos buñuelos de acelga, acompañados por aceitunas rellenas empanadas que sirven de introducción a las exquisitas milanesas napolitanas de la casa. Se destaca la tortilla española, la cual compite con los mejores restaurantes de cocina española de la ciudad. Según Marcela, encargada del resto, la lasagna es uno de los platos más pedidos por los comensales.
El ambiente es ameno y se debe hacer reserva con anterioridad, ya que suele estar lleno incluso a mitad de semana. El lugar funciona como punto de encuentro, y con más de 20 años de trayectoria (1991 fue el año de apertura) es uno de los sitios que cualquier vecino no debería dejar de visitar.
A pocas cuadras de allí, en Av. Pedro Goyena, se encuentra el Club Portugués, una opción similar a la anterior: aquí podremos encontrar varios ejemplos de la auténtica comida casera, con especial destaque de las pastas y los pescados, en sus diferentes variedades. El Portugués rinde culto a la simpleza, y se podrán encontrar allí grandes grupos de familias y amigos, con platos más que accesibles y una buena relación calidad/precio.
Una opción similar pero de alguna manera superadora es La Parrilla de All Boys, en el barrio de Floresta. Como su nombre lo indica, el lugar está decorado enteramente con insignias del club y ofrece una excelente variedad en parrilla. Se recomienda el matambre a la pizza con papas fritas, el clásico asado y no descarten probar la variedad de pastas de la carta.

El salón principal escapa un poco del típico bodegón de barrio, dado que su decoración (más allá de estar ligada al Club All Boys) no es la típica escenografía de un club de barrio, aunque mantiene la esencia del clásico restaurante de barrio. La atención es excelente y la relación calidad/precio es sumamente satisfactoria.

Y para terminar, si lo que queremos es comer unas ricas empanadas o unas buenas pizzas caseras hechas en el momento, la opción a visitar es el Club Atlético Parque Patricios. Allí, se respira ambiente de fútbol dada la actividad propia del club, y el remanso se encuentra a pocos metros del área grande, en el pequeño pero completo restaurante de la institución.
Además, también posee variedad de minutas y se recomienda probar la carne al horno con papás, plato muy recomendado por los habitúes del lugar. Abierto de lunes a sábados durante el mediodía y noche.
Estas son algunas opciones simples, accesibles y económicas. Un recorrido culinario poco pretencioso que se enfoca directamente en lo popular, pero sin dejar de lado la calidad. Opciones tan simples como la amistad, que no necesita de decorados ampulosos ni de billeteras gordas, sino de una simple mesa, un rico plato de comida como excusa, la decisión de juntarse y poco más.

La invitación está hecha. Vos, ¿recomendás algún otro lugar?
Claudio Pronesti
Periodista, casi contador.
Escribió en revistas de rock pero conoce todos los discos de Luis Miguel.
No tiene ni tendrá Twitter ni Facebook.
No le gusta la gente nueva, pero se comunica igual.

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