La mujer que reivindica la historia de la vitivinicultura sanjuanina, Isabel Gironés de Sanchez

Fuente: Diario de Cuyo | Oh! | Luis Eduardo Meglioli | Fotos: Federico Levato
Isabel Gironés de SanchezNueva académica de la historia. “No hay que tener miedo a que Mendoza sea la “capital del Malbec”, porque el mejor Malbec se hace en San Juan, así como el mejor Syrah es sanjuanino”.
Ordenar la historia de la vitivinicultura sanjuanina y regional no es tarea fácil. Más aún cuando desde Mendoza se han publicado distintas obras en las que San Juan aparece como simple invitado, con meras referencias que no responden al aporte sustancial y protagonista de nuestra provincia en el desarrollo vitícola del país. Hasta ahora existía buena documentación publicada sobre la época colonial y los primeros cincuenta de la patria hasta 1860.


Es, precisamente cuando comienza a especializarse la cultura vitivinícola entre nosotros, y se extiende hasta 1920, periodo que abordó la magister Isabel Gironés de Sánchez en su trabajo de ingreso como nueva académica de número de la Academia Nacional de la Historia. Profesora y magister en Historia de la UNSJ, autora de numerosos trabajos de investigación, ex ministra de Educación de la provincia, coordinadora de la maestría de Historia de la FFHA, es la cuarta representante por San Juan en la citada Academia en más de un siglo. Le precedieron Juan Pablo Echagüe y Horacio Videla, fallecidos, y actualmente Margarita Ferrá de Bartol. Estuvimos con Isabel Gironés quien no solo nos sintetizó aspectos salientes de su clase magistral (plasmada luego en el libro “Hombres, Uvas y Vinos”. Aportes para la Historia de la Vitivinicultura Sanjuanina 1860-1920, realizado con el aporte también de las historiadoras Alicia Sánchez Cano, Mabel Cercós, Silvana Frau, Mabel Benavidez, Miriam Arrabal y Ana M. Ferrari), sino que, desde ese vasto conocimiento, opinó sobre el devenir de nuestra industria madre en las décadas siguientes hasta nuestros días.

“Hace ya 7 años, cuando empezamos a incursionar en este tema de una historia regional y todos sus aspectos a través de un proyecto que fue el genoma del ser sanjuanino que financió C.F.I. y que ya está terminado, nos dimos cuenta que faltaba mucho. Teníamos muy bien estudiada la parte colonial un poco la parte de Cuyo dependiente de Córdoba y la post colonial, pero nos estaba faltando un poco de la época de la Confederación rosista, es decir una historia verdadera hecha por sanjuaninos de todo lo que fue el despliegue de la vitivinicultura moderna hasta llegar a la concreción de un modelo vitivinícola en la región”.

Muchas veces hemos hablado de crisis
Desde fines del siglo XVIII hasta toda la época de las guerras de la Independencia, hablamos de una gran crisis. Cuando terminan las guerras civiles y hay cierta estabilidad, vuelve el vino a readecuarse pero ha salido un competidor muy fuerte en esta época que son los campos alfalfados. Un campo alfalfado servía para alquilarlo y engordar ganado para Chile o para hacer semilla de alfalfa, que se daba económicamente muy bien en San Juan y Mendoza, entonces era buen negocio para llevarla al Litoral y transportar luego ganado a Chile.


Y por ahí, en su trabajo, aparece Sarmiento, ¡cuando no!
Claro, ahí aparece Sarmiento que ha vivido en Chile y en 1862 viene como gobernador. Una gobernación que marcó rumbos, tuvo muchos inconvenientes pero en San Juan Sarmiento ensaya todo lo que iba a ser la transformación de la modernización de Argentina. Ensaya la minería pero no como finalidad en si misma sino como complemento para sacar capitales para hacer obras de infraestructura que iban a desembocar con un San Juan productivo agroindustrialmente. Más que partidario de la minería en si mismo, él había observado en Chile que de la minería se sacaba el dinero para poder desarrollar las infraestructuras de riego de caminos de trenes que iban a posibilitar el desarrollo agroindustrial de la provincia. Sarmiento tenía muchos amigos en San Juan y los conecta con los amigos de Chile que estaban en la quinta agronómica de Chile en Santiago donde tiene grandes conocidos y muy buenos vitivinicultores, entonces Sarmiento se revela como un hombre de cultura vitivinícola, que está acostumbrado a la cara buena y mala del vino.

Para Isabel Gironés, en su espléndida exposición en Buenos Aires ante los académicos, ya a finales del siglo XIX comenzó una competencia especial entre los productores para ver quien producía el vino más parecido a Francia: “Después vieron que era buen negocio y empezaron la vitivinicultura industrial tecnificada por los franceses, mientras Sarmiento, en el 52, trae el primer francés a argentina”, así como luego llegan viticultores italianos que marcarían rumbos con el tiempo.


Principios del Siglo XX, ¿un cambio importante?
¡Una revolución vitivinícola!, ya que cambia todo. Tenemos que sacarnos el sombrero ante Justo Castro, de Caucete, que a pesar de que tiene que cruzar el río a San Juan para traer sus productos es un precursor de la vitivinicultura y es el primero que se vincula a Sarmiento. Era salteño casado con una sanjuanina descendiente de Aman Rawson. La nueva crisis del 80″ es la que permite el ingreso de los capitales extranjeros, hay como un parate que tiene épocas de alza y baja, pero el viñatero puede vivir con 5 ha. y mantener un contratista y vivir en el centro.

¿Cómo están los actuales productores en San Juan? ¿Estamos en un buen momento?
Yo creo que estamos en excelente momento, si sabemos elegir las líneas de producción que vamos a tomar. No hay que tener miedo que Mendoza sea la capital del Malbec, los mejores todavía se hacen en San Juan. No hay que tenerle miedo que Mendoza quiere desarrollar el Syrah, los mejores se hacen en San Juan, no hay que tener miedo a los productos derivados, es decir, en calidad podemos competir con cualquiera.

¿Entre las marcas actuales qué destaca?
A mi me duele cuando veo un camión llevando vinos para Mendoza o llevando uvas, me duele, porque hasta esa maldad se hace, se llevan uvas o se venden uvas como se venden los ajos y se llevan en camiones, y los elaboran en Mendoza y tienen la marca de Mendoza. Con respecto a las marcas actuales, excelentes. Hay tres Colón, el Graffigna, que no son propiedad Argentina, y la única marca que mantiene su propiedad en Argentina es la de Casa Montes. Es la única sanjuanina que queda con un nivel de producción nacional e internacional, también. Las demás son sociedades con capitales extranjeros con socios extranjeros, que conserva la marca.

Isabel ¿qué significa ser uno de los cuatro miembros sanjuaninos, dos de ellos ya fallecidos, de la Academia Nacional de la Historia?
Para mí es algo muy importante, pero no es algo por lo que uno trabaja para eso: Es el reconocimiento, a lo mejor, a 40 años de docencia universitaria, que ocupara un sitial que le correspondía a San Juan y más teniendo a una representante tan destacada como Margarita Ferrá de Bartol. Significa muchísimo, para Margarita es el reconocimiento de toda su trayectoria y estar a la par de ella significa muchísimo para mí.

¿Por qué eligió este tema de la vitivinicultura, Sarmiento, para la conferencia magistral de ingreso a la Academia?
Es que justamente estaba encaminado a hacer ese trabajo durante mi año sabático que fue el 2011, y en el 2010 quise iniciar la exploración bibliográfica y entendí que era un tema que no estaba tocado. Nadie asociaba a Sarmiento con el auge de la vitivinicultura industrial, a pesar de que fue una de las máquinas que movilizo todo esto. Además, creí oportuno hacer un refresco de la memoria para los miembros de la Academia Nacional de Historia, que lo recibieron con bastante asombro al observar todo lo que podía significar Sarmiento hacia el interior del país. Ellos lo tenían asumido como uno de los tres gobernadores históricos de la República Argentina, pero conocían muy poco su labor como planificador y estructurador del espacio geográfico del interior argentino.

¿Le gusta degustar, probar los vinos, disfrutar del vino?
Tengo que confesar que me gusta el muy buen vino. Y sin ser racista “me gusta el vino blanco”.



Comentarios

Entradas populares