Mendoza: Los Appón y sus históricos vinos artesanales


Fuente: Diario Uno | Julio Luzuriaga.
Appón Vinos Artesanales Valle de UcoSAN CARLOS– La “dinastía” comenzó en 1858. Ahora, consolidados en La Consulta, siguen con el método tradicional. Desde 1858, la bodega de los Appón logró posicionarse como una de las más buscadas por turistas nacionales y extranjeros que llegan al Valle de Uco. Descendientes de la realeza albana y de italianos, los Appón cimentaron el éxito comercial de su producción en la calidad de las uvas. Sus vinos han llegado a distintas latitudes (como la base Marambio, en la Antártida Argentina) de la mano de sus propios clientes. Ubicada en las afueras de La Consulta, sobre la calle Combes, la bodega de los hermanos Appón se yergue como un símbolo del trabajo y el esfuerzo de una familia de inmigrantes que supo ganarse un lugar destacado en el mercado provincial. Sus propios clientes son su mejor publicidad y sus vinos han sido degustados en distintas latitudes, desde la base Marambio hasta Europa y Estados Unidos.


Dueños de un estilo de elaboración propio, los hermanos Armando y Ricardo Appón siguen adelante con el negocio familiar que les dio prestigio entre las bodegas más destacadas de Mendoza.
En momentos en que capitales nacionales y extranjeros realizan inversiones millonarias en el Valle de Uco que los posicionan a nivel internacional, la bodega de los Appón supo ganarse un lugar dentro del circuito enoturístico de la región y sus simples y rústicas instalaciones son visitadas a diario por turistas de todas partes del mundo, que llegan orientados por distintas sendas.

“El haber ingresado hace unos años en el proyecto turístico Caminos de Altamira nos abrió muchas puertas para la llegada de los visitantes”, comentó Ricardo Appón.
De sangre real
La simplicidad y la hospitalidad de estos hermanos hacen que llegar a la bodega –situada en la periferia de La Consulta– sea una experiencia única.
El visitante no sólo entra en contacto con la historia de esta familia que desciende de la realeza albana y de laboriosos inmigrantes italianos, sino que además es convidado a transitar por la historia del vino tal como se lo realizaba hace muchas décadas.
“Nuestros padres trabajaron para Gargantini en Rivadavia”, contó Armando, pero, un año, las contingencias climáticas los obligaron a emprender una etapa más en su largo viaje para encontrar su lugar en el mundo. Así fue que llegaron a San Carlos, donde fueron empleados por alemanes para plantar viñedos. Corría 1923 cuando arribaron a esta zona del Valle de Uco.
Entre sus clientes más famosos cuentan al actor Raúl Taibo, quien posee tierras en El Cepillo. “Raúl nos visita y compra nuestros vinos”, contaron orgullosamente mientras mostraban una foto junto al actor y su padre.

Trabajo, vino y turismo
En aquellos años en que los Appón desembarcaron en San Carlos, las tierras para plantar viñedos se emparejaban con la ayuda del agua y con arados tirados por caballos.
Con el paso del tiempo, y en base a mucho esfuerzo, en 1950 llegó la posibilidad de comprar una finca propia. “Construimos la casa y al mismo tiempo plantamos nuestra viña. Así, empezamos a hacer algo de vino para nosotros y en 1958 nos dedicamos más firmemente, a raíz del pedido de la gente de la zona”, recordó Armando.

Años más tarde, inspectores del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) llegaron hasta la finca de los Appón, anoticiados de la elaboración de vinos que éstos llevaban adelante.
“Nos ayudaron mucho y pudimos instalar dentro de la legalidad nuestra bodega propia”, contó Ricardo. “Nos brindaron asesoramiento y así fue como arrancamos, y hace unos años empezamos a recibir la visita del turismo”, agregó.
“Nuestra viña produce una excelente calidad de uvas que destacan a nuestro Malbec”, apuntó Armando.

En la Antártida
“Hemos tenido la suerte de que nuestros vinos han llegado de la mano de militares a lugares como la base Marambio, en la Antártida; a Francia, Croacia y Chipre”, subrayó Ricardo. “El movimiento turístico nos ayudó mucho y se acrecienta de manera considerable en la época de verano, pese a que el movimiento internacional ha decaído un poco en estos últimos años”, analizaron.
Si bien el Malbec es su joya, los Appón elaboran, además, Torrontés, Merlot y Semillón. La calidad de sus viñedos hace que no sea necesario curarlos más de una vez al año. “O dos, en caso de que tengamos un año con muchas lluvias”, dijo Armando.

El desembarco de los grandes inversores extranjeros se sintió en la rentabilidad de los Appón. “Pero sabemos que nuestro producto es de muy buena calidad, por eso muchos nos eligen a la hora de llevar vinos mendocinos a sus lugares de origen”, destacó Ricardo.

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