Se fue Jay Miller
Se fue Jay Miller, el hombre de Parker. Miller ha cesado el 4 de
diciembre en esa función y le sustituye el británico Neal Martin, hasta
ahora colaborador, aunque no responsable de ningún país, de TWA. Miller,
que se ocupaba de España desde 2007, será recordado como el crítico de
TWA que por primera vez concedió los legendarios 100 puntos a vinos
españoles: el propio Parker nunca lo hizo. Pero también le acompañó la
polémica desde el inicio con el asunto de un vino mediocre de Jumilla
que recibió una alta nota en TWA. Martin llega acompañado de su propia
polémica. En 2006 escribió que no entendía los vinos españoles ni le
interesaban. El británico se hará cargo también de Chile y Argentina.
Oregón y Washington, dos estados que cubría Miller, pasan en cambio a
David Schildknecht. El Mundo España
Hoy
me asomo rápidamente al blog para reflexionar sobre un asunto que ha
dejado, imagino, sin habla a muchos en el mundo del vino. El encargado
de catar vinos españoles para la prestigiosa publicacón estadounidense The Wine Advocate, Jay
Miller, conocido por el sector como el “hombre de Parker” (Parker es el
fundador y propietario de la revista), de quien se dice que hace y
deshace en el mercado yanki, ha cesado en sus responsabilidades tras
verse envuelto en un escándalo que pone en duda la integridad de sus
puntuaciones.
Bloguero, ¿y qué?
Más allá del bombazo en sí que esto supone y del montón de consecuencias que desatará, con el otro montón de comentarios (muchos del tipo “se veía venir”, “yo esto ya lo sabía” y demás, sin que nadie en España, a excepción de la publicación especializada “Elmundovino“, y ésta muy levemente, haya levantado la liebre), sobre lo que quiero llamar la atención es sobre que ha sido un blog, y un bloguero, para más señas, el que ha insistido, investigado, preguntado, tomado en serio su papel, para sacar a la luz esta enorme, parece, farsa. Sí sí. Un bloguero. No un gurú del vino de los que tenemos aquí, ni un periodista de investigación, ni, por supuesto, una bodega. Un bloguero llamado Jim Budd, que destapó poco a poco un entramado de intrigas y presiones dignas de una peli de mafiososque ha terminado desencadenando un pequeño escándalo, del que aún no se tienen claras las consecuencias.
Toda una lección para aquellos que desconfían de que un bloguero puede ser también un tipo con vocación de servicio público, de honradez para con sus lectores y seguidores, y una lección precisamente para otros blogueros que solamente saben repicar lo que les cuentan por notas de prensa o pintar de colores algún eventito donde se dejan aparecer.
El mundo del vino se merece gente honrada, y si ya la honradez de los periodistas normales se pone muchas veces en entredicho, no quiero comentar la de aquellos que nos dedicamos al vino, la gastronomía… Pues sí, hay blogueros del vino, como hay periodistas del vino, HONRADOS, y que no pierden de vista su vocación, su imagen y su objetivo cara a los lectores, que son los que importan. En papel, en bytes y, claro que sí, en blogs.
El bloguero que destapó la polémica del vino español
Fuente: RaqueLíquida Blog.Bloguero, ¿y qué?
Más allá del bombazo en sí que esto supone y del montón de consecuencias que desatará, con el otro montón de comentarios (muchos del tipo “se veía venir”, “yo esto ya lo sabía” y demás, sin que nadie en España, a excepción de la publicación especializada “Elmundovino“, y ésta muy levemente, haya levantado la liebre), sobre lo que quiero llamar la atención es sobre que ha sido un blog, y un bloguero, para más señas, el que ha insistido, investigado, preguntado, tomado en serio su papel, para sacar a la luz esta enorme, parece, farsa. Sí sí. Un bloguero. No un gurú del vino de los que tenemos aquí, ni un periodista de investigación, ni, por supuesto, una bodega. Un bloguero llamado Jim Budd, que destapó poco a poco un entramado de intrigas y presiones dignas de una peli de mafiososque ha terminado desencadenando un pequeño escándalo, del que aún no se tienen claras las consecuencias.
Toda una lección para aquellos que desconfían de que un bloguero puede ser también un tipo con vocación de servicio público, de honradez para con sus lectores y seguidores, y una lección precisamente para otros blogueros que solamente saben repicar lo que les cuentan por notas de prensa o pintar de colores algún eventito donde se dejan aparecer.
El mundo del vino se merece gente honrada, y si ya la honradez de los periodistas normales se pone muchas veces en entredicho, no quiero comentar la de aquellos que nos dedicamos al vino, la gastronomía… Pues sí, hay blogueros del vino, como hay periodistas del vino, HONRADOS, y que no pierden de vista su vocación, su imagen y su objetivo cara a los lectores, que son los que importan. En papel, en bytes y, claro que sí, en blogs.
Comentarios