INTERNACIONAL Científicos chilenos logran producir vinos con bajo alcohol sin sacrificar la calidad

Una nota periodistica "sectarista"

Me declaro No Kirchnerista, (nunca un anti, pues iría contra mi País), simplemente opositor criterioso o al menos trato. Pero esta nota sobre las trabas al consumo de un sector de la sociedad "ultra-consumista" no me parece lógica, sino mas bien tendenciosa. Pues a una economía en constante expansión, es comun que le nazcan desequilibrios, y estan a la vista. Al menos se buscan soluciones que no afecten su desenvolvimiento; y de alguna manera, procuren que la exportación no sea menor a la importación, podrán aparecer a simple vista como parches, si, aunque la mano interventora está.  Es mi humilde opinión. Saquen sus propias conclusiones y no creo en lo más minimo que nosotros como Pueblo, salgamos a la calle a reclamar por las muñecas "Barbie". En fin, si es condenable, la situación de la Educación en Santa Cruz y en general, todo el País.

ARGENTINA: Proteccionismo o Soberania industrial ???

FRENO A IMPORTADOS
Las trabas de Moreno ya llegan a góndolas y hogares

Faltan juguetes, electrodomésticos, celulares, repuestos para autos y hasta botones y suelas para la industria textil y del calzado, entre otros. El Gobierno frenó las importaciones para cuidar los dólares.

Las restricciones en las importaciones, a través de la imposición de licencias no automáticas, afectan a personas de distintas ocupaciones y gustos. Desde costureras y zapateros que no pueden conseguir botones y suelas, hasta un adulto que quiere regalarle un juguete a sus chicos o disfrutar de una cena gourmet o cocinar con algún alimento importado.

En Blackberry, la marca de moda entre los usuarios de celulares inteligentes, le dijeron a Personal (la empresa de telefonía móvil de Telecom) que estarán escasos de aparatos desde octubre o noviembre. En las cadenas de electrodomésticos faltan radios, licuadoras, home theater (posponen la entrega) o anafes (los prometen para dentro de tres meses). No falta mucho para que las computadoras portátiles , las notebooks o netbooks, se sumen a esa lista. También es complicado conseguir repuestos para autos de precio medio (en modelos de Citröen y Fiat, por ejemplo) y llantas para casi todos los vehículos .

En las casas de artículos deportivos, los vendedores cuentan que faltan zapatillas , porque no ingresan ni desde Brasil ni desde China, los dos países de los que más se importa. El déficit comercial con Brasil llegó en mayo a US$ 1.955 millones, un 111% más que los US$ 926 millones en igual lapso de 2010, lo que provocó la reciente crisis de los autos. Con China, el rojo comercial saltó de US$ 567 millones a US$ 1.800 millones este año. Las represalias que puede adoptar el gigante asiático son difíciles de predecir.

Al elevar el número de licencias no automáticas a 584 posiciones, el objetivo del Gobierno era estimular la fabricación nacional (hubo anuncios en ensamblados electrónicos en Tierra del Fuego), frenar el auge de las importaciones, porque la balanza comercial deja un saldo cada vez más reducido, y cuidar los dólares.

"Este último punto es el más importante. Ponen inconvenientes para comprar divisas, traban mucho el giro afuera para pagarle a proveedores, allí parece estar el corazón del conflicto", cuentan a Clarín tres empresarios (uno textil, otro de electrodomésticos y el tercero de alimentos). "La sola mención de mi empresa haría que mi pedido de licencia (permiso para importar) se demore por tiempo indefinido", coinciden.

Pese a los controles aplicados por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que administra la ministra de Industria Debora Giorgi, las importaciones siguen creciendo más que los despachos de artículos nacionales al extranjero. Entre enero y abril, las importaciones totalizaron US$ 20.969 millones, un 38% más que los US$ 15.169 millones del mismo período de 2010. Las exportaciones, en tanto, subieron un 24%: de US$ 19.250 millones en 2010 a US$ 24.057 millones en 2011.

"Hay limitaciones en la capacidad productiva. Eso no se arregla con 600 licencias no automáticas, sino con mayor fomento a la inversión" , cuentan los empresarios, un diagnóstico en el que coinciden los empresarios.

Los despachantes de Aduana pelean para que salgan teléfonos, accesorios informáticos, anteojos y ropa, pero no lo logran.
En pequeños electrodomésticos, como radios, cafeteras, tostadoras, exprimidoras, hay pocos modelos disponibles. "Tengo demorada la entrega de home theaters (los equipos para potenciar el sonido que va conectado al televisor). Y a quiénes quieren anafes, les aviso que pueden pasar más de tres meses", admite el dueño de una pequeña casa de electrodomésticos.

Los afectados por las trabas a las importaciones son de ocupaciones diversas. El dueño de un restaurante que sirve sushi solía ofrecerle cerveza japonesa a quienes cenaban allí. Pero ahora no le dejan entrar ninguna marca nipona. "Tengo un colega que hace comida árabe y para el hummus (puré de garbanzos con salsa de sésamo) necesita un ingrediente llamado tahine. No se lo autorizan. Hay un establecimiento que se especializa en costillas (ribs) con barbacoa, la salsa americana. Existen versiones locales, pero la gente se da cuenta que no es la importada y reclama".

Algunos paladares más sofisticados extrañan algunas variedades del té inglés Twinings y habanos cubanos. Las latas de conservas importadas muestran fechas de vencimiento muy próximas en el tiempo. En el verano, hubo promociones en las playas del endulzante Splenda. El producto (de Johnson & Johnson), está hecho de azúcar, pero no es azúcar. En EE.UU. se lo usa para cocinar tortas, galletitas y otra dulzuras, porque no tiene calorías. Iba a llegar a las góndolas este año, pero todavía no está. Lo mismo pasó con los jugos Schincariol, de origen brasileño. Una agencia de publicidad tenía la campaña lista: la tuvo que guardar.

En los bazares, donde los productos hechos en China son moneda corriente, faltan tacitas de melamina y otros similares.
Las Barbies y otros juguetes de Mattel están vedados en el país. Moreno llegó a decirles a algunos empresarios que con esa línea de muñecas "está todo bien". Pero en las jugueterías y despachos de artículos para bebés narran que "de a ratos, liberan alguna tanda de importaciones, pero nunca está la línea completa de productos como en 2010".

Los fabricantes de laptops están en alerta. En Lenovo, que trae de China, se agarran la cabeza y no hacen comentarios. Samsung, anticipó sus compras pero igual asume que "puede haber" un período de faltantes. En Sony aceptan la adaptación al "nuevo contexto", pero entre quienes manejan su línea Vaio manda la preocupación. Y el ingreso de cajas decodificadoras también altera los planes de expansión de DirecTV.

¿Prohibir también es proteger?
Por Oscar Liberman.
Presidente Fundación Mercado

Hallar un punto en común entre un desodorante, un juego de neumáticos, un teléfono celular, un automóvil, una computadora, un perfume, un juego de porcelana china, alimentos varios, un aire acondicionado, parece una acertijo imposible de resolver.

Sin embargo la respuesta es simple. Todos presentan dificultades para obtenerse en los canales habituales de comercialización. Y esta es una muy breve lista entre un número muy extenso de productos importados que resultan difíciles de conseguir, ya sea porque se prohíbe o se restringe su importación, o simplemente debido a demoras en los trámites de ingreso.

Las razones esgrimidas son dos, proteger la balanza comercial y la industria nacional simultáneamente.
No es nada nuevo reconocer que en materia de economía, en la Argentina volvemos a transitar los mismos problemas cíclicamente, prefiriendo viejos tics a nuevos soluciones . Favorito entre ellos, la consolidación de la idea de la necesidad permanente de "proteger".

En general, el término proteger se utiliza para resguardar de algún mal a algo o alguien que no puede cuidarse suficientemente por sí mismo. Trasladado al caso de la industria nacional, el planteo traza en el imaginario del Estado una visión bastante inmadura del empresariado, ubicándolo en una situación de indefensión continua que debe ser asistida por el conjunto de la sociedad.

Tal simplificación deja en el camino muchas cuestiones fundamentales. ¿Deben los consumidores renunciar a sus preferencias y libertades de elección eficiente no comprando aquello que resuelva mejor su ecuación precio-calidad, para dedicarse a subsidiar a los industriales nacionales? ¿Es posible otra forma de resolver la competitividad de la industria nacional que no sea encareciendo y reduciendo la matriz de elección de productos de los consumidores? El problema es el dólar.

Mejor dicho el problema es siempre hacer foco en el dólar. La economía argentina es una economía dolarizada debido a que --devaluaciones, inflaciones y licuaciones mediante-- nunca se ha logrado sostener en el tiempo una moneda nacional fuerte en la confianza de la población.
Pero reducir un modelo de crecimiento de largo plazo a un esquema de "competitividad cambiaria" es limitar el debate de la competitividad industrial y el bienestar de los consumidores al valor de dólar.

El esquema de competitividad cambiaria-- sin corregir la competitividad real-- convierte a la Argentina en un gran acumulador de dólares. Con inflación, luego la ventaja se pierde y pendulamos nuevamente en favor de la importación.

Diferente es resolver los problemas de competitividad en el plano real. Reducir gastos e impuestos y dar certidumbre a la inversión de largo plazo.

Abandonar la visión del mundo como un gran conspirador que quiere competir deslealmente con nosotros y dejar de tratar a los industriales nacionales como adolescentes económicos incapaces sin subsidios.
Prohibir puede ser proteger o puede ser un retorno al "caro pero el mejor".

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