Entran más divisas y ajustan hasta 18% los precios locales
En el primer trimestre se exportó menos vino embotellado pero más caro: a U$S 31 la caja, superó en 18% a 2010. Comercio Interior aprobó listas con subas desde el 8%.
Fuente: Los Andes
Como en cualquier otro sector que apuesta al comercio exterior, si hay un reclamo sostenido en la industria vitivinícola argentina ése es el de reacomodamiento del tipo de cambio.
De ahí que las últimas estadísticas de exportación al cierre del primer trimestre de 2011 confirman que hay más motivos para festejar que para lamentarse: si bien nadie se anima a hacer futurología, hay más números para festejar que para lamentarse: pese a una retracción de 3,4% en volumen respecto a 2010 (la única excepción fue la botella, con el 2%), la facturación del vino fraccionado mantuvo una tasa de crecimiento de dos dígitos, gracias a que el precio promedio, al superar los u$s 31, confirmó una trepada de 18% en relación a un año atrás.
Como nadie se anima a hacer futurología, el discurso mayoritario trasunta cautela; “no queremos un dólar 3 a 1 como hace diez años, pero tampoco se sabe cómo va a seguir esto”, comentan los ejecutivos de algunas firmas.
Lo cierto es que el precio, al subir 0,8% en relación a febrero, significó un nuevo récord para los productos de valor agregado (vinos fraccionados y espumantes), “apalancado, principalmente, por los términos de intercambio de los espumantes”, detalla el informe de Caucasia para Wines of Argentina.
El período enero-marzo dejó buenos dividendos. Es que con 186 mil cajas menos que en 2010, se acumularon divisas por u$s 20,4 millones, 14% más. En tanto, los números del vino a granel son contundentes: se vendió 80% más y la facturación se duplicó.
Mientras tanto, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, terminó de cerrar las habituales “negociaciones” (léase ajustes autorizados) con cada una de las bodegas de mayor presencia comercial en el país. Así, las nuevas listas de precios desde abril último y para el resto del año 2011 comprenden aumentos que van del 8% (para segmentos de consumo masivo) al 19% (líneas premium).
“Es lo que hay, no pidan más”
Palabras más o menos, y en un tono mucho más cuidado de lo que en realidad suele ser, esto es lo que escuchan los gerentes comerciales de las bodegas que desde abril desfilan por el despacho de Moreno.
Esta vez, en un año en que la inflación aparece como el mayor fantasma piantavotos, no esperaban demasiado, y así fue: deberán manejarse con una pauta anual del 8% sobre vinos de hasta $ 15 la botella, 14% para la franja intermedia (entre $ 15 y $ 30, aproximadamente) y 18% para alta gama, prorrateándolos entre abril, julio y setiembre-octubre.
“Claro que hoy en día un dólar barato permite comprar tecnología, pero las licencias de importación complican. Más que nunca sigue vigente la necesidad de seguir reacomodando el tipo de cambio; mientras, trabajamos en un mix de productos de alto precio, porque los más bajos ya no dejan margen. Es notable, pero dos años atrás las expo subvencionaban el mercado interno y hoy casi es al revés”, reflexiona Luis Steindl, de Norton, acerca de ambos frentes.
Ahora bien. Si bien las nuevas listas de precios para el mercado interno, apalancadas por la suba de costos, se aplicarán en “dosis” de 3 o 6 puntos por vez (la inflación proyectada por las empresas, en base a la uva, mano de obra y el vidrio encarecido hasta un 9%, además de otros insumo, ya es del 35%), la pregunta es: ¿cómo puede impactar la actualización en las góndolas, teniendo en cuenta que por primera vez en varios meses los despachos repuntaron? Los casi 2,1 millones de hectolitros salidos al consumo entre enero y marzo de 2011 según el INV, significan una tibia recuperación de 1/2 punto, pero recuperación al fin.
Está claro que el rodaje del mercado y el comportamiento de la demanda, que en buena parte depende de cómo se estimule, responderá a ese gran interrogante.
Por eso tampoco hay que descartar una segunda mitad del año con cambios sobre la campaña de promoción genérica impulsada por el Fondo Vitivinícola, cuya versión 2010-2011, “Un vino, mil charlas”, aunque aggiornada a Twitter y Facebook, para muchos no empardó a la recordada “Verdades Cantadas” del 2009.
¿Vuelve el “vino turista”?
La mejor forma de incentivar el consumo no es bajar los precios, aseguran los bodegueros. Una primera reacción al proyecto de ley presentado por legisladores mendocinos en el Congreso que propone poner un techo de $ 20 para algunos varietales bajo la marca “Vino Argentino” en restaurantes y bares de todo el país, en base a un recorte del IVA y de impuestos provinciales, en busca de hacerlos más accesibles a la demanda masiva.
Más allá de que Ricardo Mansur, uno de los autores del proyecto, negó que el propósito sea lograr una especie de “Vino para Todos”, algunas bodegas anticipan que “no dan los números”. Según Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, es volver al “vino turista” que otrora figuraba en las cartas, lo que “puede tener implicancias en imagen y calidad, si bien pasa que en un restaurante se paga dos veces más caro. Los precios máximos por decreto, aunque se apliquen al punto de venta y no a bodega”.
Fuente: Los Andes
Como en cualquier otro sector que apuesta al comercio exterior, si hay un reclamo sostenido en la industria vitivinícola argentina ése es el de reacomodamiento del tipo de cambio.
De ahí que las últimas estadísticas de exportación al cierre del primer trimestre de 2011 confirman que hay más motivos para festejar que para lamentarse: si bien nadie se anima a hacer futurología, hay más números para festejar que para lamentarse: pese a una retracción de 3,4% en volumen respecto a 2010 (la única excepción fue la botella, con el 2%), la facturación del vino fraccionado mantuvo una tasa de crecimiento de dos dígitos, gracias a que el precio promedio, al superar los u$s 31, confirmó una trepada de 18% en relación a un año atrás.
Como nadie se anima a hacer futurología, el discurso mayoritario trasunta cautela; “no queremos un dólar 3 a 1 como hace diez años, pero tampoco se sabe cómo va a seguir esto”, comentan los ejecutivos de algunas firmas.
Lo cierto es que el precio, al subir 0,8% en relación a febrero, significó un nuevo récord para los productos de valor agregado (vinos fraccionados y espumantes), “apalancado, principalmente, por los términos de intercambio de los espumantes”, detalla el informe de Caucasia para Wines of Argentina.
El período enero-marzo dejó buenos dividendos. Es que con 186 mil cajas menos que en 2010, se acumularon divisas por u$s 20,4 millones, 14% más. En tanto, los números del vino a granel son contundentes: se vendió 80% más y la facturación se duplicó.
Mientras tanto, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, terminó de cerrar las habituales “negociaciones” (léase ajustes autorizados) con cada una de las bodegas de mayor presencia comercial en el país. Así, las nuevas listas de precios desde abril último y para el resto del año 2011 comprenden aumentos que van del 8% (para segmentos de consumo masivo) al 19% (líneas premium).
“Es lo que hay, no pidan más”
Palabras más o menos, y en un tono mucho más cuidado de lo que en realidad suele ser, esto es lo que escuchan los gerentes comerciales de las bodegas que desde abril desfilan por el despacho de Moreno.
Esta vez, en un año en que la inflación aparece como el mayor fantasma piantavotos, no esperaban demasiado, y así fue: deberán manejarse con una pauta anual del 8% sobre vinos de hasta $ 15 la botella, 14% para la franja intermedia (entre $ 15 y $ 30, aproximadamente) y 18% para alta gama, prorrateándolos entre abril, julio y setiembre-octubre.
“Claro que hoy en día un dólar barato permite comprar tecnología, pero las licencias de importación complican. Más que nunca sigue vigente la necesidad de seguir reacomodando el tipo de cambio; mientras, trabajamos en un mix de productos de alto precio, porque los más bajos ya no dejan margen. Es notable, pero dos años atrás las expo subvencionaban el mercado interno y hoy casi es al revés”, reflexiona Luis Steindl, de Norton, acerca de ambos frentes.
Ahora bien. Si bien las nuevas listas de precios para el mercado interno, apalancadas por la suba de costos, se aplicarán en “dosis” de 3 o 6 puntos por vez (la inflación proyectada por las empresas, en base a la uva, mano de obra y el vidrio encarecido hasta un 9%, además de otros insumo, ya es del 35%), la pregunta es: ¿cómo puede impactar la actualización en las góndolas, teniendo en cuenta que por primera vez en varios meses los despachos repuntaron? Los casi 2,1 millones de hectolitros salidos al consumo entre enero y marzo de 2011 según el INV, significan una tibia recuperación de 1/2 punto, pero recuperación al fin.
Está claro que el rodaje del mercado y el comportamiento de la demanda, que en buena parte depende de cómo se estimule, responderá a ese gran interrogante.
Por eso tampoco hay que descartar una segunda mitad del año con cambios sobre la campaña de promoción genérica impulsada por el Fondo Vitivinícola, cuya versión 2010-2011, “Un vino, mil charlas”, aunque aggiornada a Twitter y Facebook, para muchos no empardó a la recordada “Verdades Cantadas” del 2009.
¿Vuelve el “vino turista”?
La mejor forma de incentivar el consumo no es bajar los precios, aseguran los bodegueros. Una primera reacción al proyecto de ley presentado por legisladores mendocinos en el Congreso que propone poner un techo de $ 20 para algunos varietales bajo la marca “Vino Argentino” en restaurantes y bares de todo el país, en base a un recorte del IVA y de impuestos provinciales, en busca de hacerlos más accesibles a la demanda masiva.
Más allá de que Ricardo Mansur, uno de los autores del proyecto, negó que el propósito sea lograr una especie de “Vino para Todos”, algunas bodegas anticipan que “no dan los números”. Según Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, es volver al “vino turista” que otrora figuraba en las cartas, lo que “puede tener implicancias en imagen y calidad, si bien pasa que en un restaurante se paga dos veces más caro. Los precios máximos por decreto, aunque se apliquen al punto de venta y no a bodega”.
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