ARGENTINA El 75% del vino argentino se vende solo en el mercado interno y el consumo sigue cayendo


Productores y trabajadores rurales protestan en Mendoza ante la falta de rentabilidad y el riesgo para 400.000 empleos 

El 75 por ciento del vino argentino se vende solo en el mercado interno y el consumo sigue cayendo

La industria del vino atraviesa un momento complicado en Argentina. Productores y trabajadores rurales han salido a las rutas para reclamar medidas urgentes que permitan recuperar la rentabilidad perdida. Este jueves, en la Ruta 7 de San Martín, Mendoza, se ha realizado una protesta para llamar la atención sobre la situación económica que afecta al sector. La caída del precio de la uva y del vino, junto con la falta de políticas públicas de apoyo, han llevado a muchos a manifestarse.

Martín Hinojosa, bodeguero y productor de uva, ex titular del Instituto Nacional de Vitivinicultura, ha explicado que la actividad vitivinícola no es rentable en el estado actual. Según sus palabras, el sector genera cerca de 400.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Sin embargo, la caída de las ventas y la falta de competitividad internacional han puesto en riesgo la continuidad de muchas explotaciones.

Hinojosa ha señalado que solo una de cada cuatro botellas producidas se exporta. El 75 por ciento de las ventas corresponde al mercado interno. Cuando este mercado se reduce, el impacto es inmediato y fuerte para los productores. La situación se agrava porque el consumo interno ha bajado y los precios no acompañan los costes de producción. Además, el sector se encuentra con un stock elevado de vinos sin vender y se acerca la cosecha 2026.

El productor ha explicado que la promesa de una reducción de impuestos no se ha cumplido. El tipo de cambio actual y los altos precios en comparación con otros países dificultan la exportación. Esto provoca que la actividad pierda rentabilidad y que muchos productores no puedan cubrir sus gastos.

La protesta en Mendoza busca que las autoridades tomen medidas para aliviar la situación. Los productores piden políticas que permitan mejorar la competitividad y recuperar parte de la rentabilidad perdida. La falta de ventas afecta sobre todo a los pequeños productores, que son el eslabón más débil de la cadena.

La crisis económica general del país también influye en el consumo. Según Hinojosa, cuando el dinero no alcanza, las personas dejan de comprar vino y optan por productos más baratos. Esta tendencia se refleja en la caída de las ventas en el mercado interno y en la acumulación de stock en las bodegas.

El sector vitivinícola argentino ha sido tradicionalmente un motor económico para regiones como Mendoza. Sin embargo, la situación actual pone en duda su sostenibilidad a corto plazo si no se adoptan medidas concretas. Los productores insisten en la necesidad de políticas públicas que ayuden a superar este momento y permitan mantener los puestos de trabajo y la actividad en las zonas rurales.

La protesta de este jueves es una muestra del malestar que existe entre quienes viven del vino. Los trabajadores y productores esperan respuestas rápidas para evitar que la crisis se agrave y se pierdan más empleos en el sector.

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