INTERNACIONAL El vino era una bebida común en la antigua Troya y no solo un lujo de las élites
Análisis químicos en vasos cerámicos revelan que su consumo estaba extendido entre todas las clases sociales troyanas
Un equipo de arqueólogos alemanes ha demostrado que el vino era una bebida común en la sociedad de la antigua Troya, no solo reservada para las élites. La investigación, publicada en la revista American Journal of Archaeology, se basa en análisis químicos realizados sobre distintos tipos de vasos cerámicos hallados en yacimientos de la ciudad. Los resultados indican que tanto los recipientes lujosos como los más sencillos contenían restos de compuestos asociados al vino.
El estudio fue llevado a cabo por investigadores de las universidades de Tübingen, Bonn y Jena. Analizaron vasos del tipo depas, característicos del Bronce Antiguo (entre 3000 y 2000 a.C.), que suelen asociarse con clases altas. Estos vasos tienen dos asas y una forma alargada, y se han encontrado en contextos arqueológicos vinculados a banquetes o rituales. En su interior, los científicos detectaron altas concentraciones de ácidos orgánicos como tartárico, málico, succínico, fumárico y pirúvico.
Según explicó el profesor Maxime Rageot, especialista en arqueología biomolecular de la Universidad de Bonn, estos ácidos se adhieren a la cerámica durante el uso prolongado del recipiente. El ácido tartárico es especialmente relevante porque se encuentra en grandes cantidades solo en las uvas. La presencia conjunta de otros ácidos relacionados con la fermentación refuerza la hipótesis de que los vasos contenían vino.
Stephan Blum, del Instituto de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología Medieval de la Universidad de Tübingen, señaló que el hallazgo del ácido tartárico en todos los vasos analizados es un indicio claro del uso de uvas fermentadas. Además, subrayó que los niveles detectados no se corresponden con otras frutas disponibles en el Mediterráneo oriental durante esa época.
Lo más llamativo del estudio es que los mismos compuestos también aparecieron en vasos mucho más simples. Estos recipientes eran comunes entre las clases trabajadoras y no tenían ningún tipo de ornamentación ni diseño especial. Se trata de copas y tazas fabricadas con arcilla sin decoración, halladas en viviendas modestas o zonas domésticas
Hasta ahora se pensaba que el vino era un producto caro y reservado para ocasiones especiales o rituales religiosos. También se creía que solo ciertos tipos de vasos eran utilizados para su consumo. Sin embargo, los nuevos datos indican que el vino formaba parte del día a día de muchos habitantes de Troya, incluidos agricultores, artesanos y soldados.
Los investigadores concluyen que el consumo de vino estaba más extendido socialmente de lo que se había supuesto. La presencia del mismo tipo de residuos químicos tanto en vasos lujosos como en utensilios corrientes sugiere una distribución amplia del vino entre distintos grupos sociales.
Este descubrimiento aporta información nueva sobre los hábitos alimentarios y sociales en Troya durante el Bronce Antiguo. También permite conocer mejor cómo se organizaba la vida cotidiana en una ciudad conocida sobre todo por su papel en la mitología griega. Aunque no hay pruebas directas sobre si el vino tuvo alguna relación con episodios históricos o legendarios como el engaño del caballo, sí queda claro que era una bebida habitual para muchos troyanos.
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