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Presentamos a continuación una serie de aspectos visuales que incluso los menos conocedores del mundo del vino habrán oído alguna vez
Presentamos a continuación una serie de aspectos visuales que incluso los menos conocedores del mundo del vino habrán oído alguna vez.
La edad del vino, la frescura o la graduación alcohólica son alguno de los datos que podemos conocer con tan sólo echar un vistazo al vino en la copa.
Oscurecimiento
El oscurecimiento en los vinos puede deberse principalmente a dos factores, un mal almacenamiento del vino o a la crianza del vino en madera. En el primer caso, el estacionamiento en bodega del vino a temperaturas más altas de las convenientes o con excesiva luz, pueden producir un oscurecimiento del vino, ofreciendo un color terroso y apagado donde, probablemente el vino se encuentre avinagrado.
En el caso de la crianza en barrica durante más de 6 meses, el contacto con la madera también puede oscurecer el vino a tonos castaños. Un vino envejecido correctamente en depósito y posteriormente en botella, evolucionará a tonos amarillo dorado o amarillo oro.
La vivacidad
Los buenos vinos deben ser vivos, es decir presentar una buena translucidez, limpidez y luminosidad o brillo, que acentúen su color. Los vinos que no presentan estas características se dicen que están apagados o muertos.
Las lágrimas
Las lágrimas son las gotas que se deslizan por las paredes de la copa al mover el vino. Estas lágrimas nos indican la densidad o untuosidad del vino. La untuosidad en un vino se debe a la presencia de glicerina, un tipo de alcohol que se forma durante la fermentación. Por todo ello, podemos afirmar que los vinos más densos poseen mayor graduación alcohólica y por tanto a mayor graduación alcohólica, mayor lacrimosidad.
La frescura
Cuando decimos que un vino joven es fresco, nos estamos refiriendo por un lado a su acidez y por otro al aspecto visual. Un vino fresco debe ser de aspecto limpio, brillante. Las regiones de climas más fríos, donde la uva se esfuerza en madurar, producen vinos con menor cuerpo, vivaces y frescos. Los vinos de zonas cálidas, donde la uva madura si esfuerzo, suelen producir vinos con más glicerina y, por tanto con mayor cuerpo y grado alcohólico.
El ribete
El menisco, cenefa, ribete o borde del vino cuando se inclina la copa, es de color rojo rosado suele indicar que el vino procede de regiones frías del norte. Sin embargo, cuando la banda más superficial del vino es de color cárdeno o violáceo, con matices marrones, indica un clima cálido meridional. Un ribete rojo violáceo indica juventud, un ribete color rojo teja indica crianza y añejamiento.
El paso del tiempo
El paso del tiempo incide de forma decisiva en el color de los vinos, de este modo los tintos se vuelven color teja e incluso anaranjados y los blancos tornan a dorados, amarillo oro y posteriormente a oro viejo. Además con los años suelen apagarse y perder toda su vivacidad.
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