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10 consejos de acertar siempre con el vino y la comida

 A estas alturas de la película todo el mundo sabe que la gastronomía acepta cualquier tipo de vino. A nadie le extraña ya servir un tinto con pescado blanco a la plancha, o bien un blanco con un guiso de carne. 

Como es sabido, el maridaje, el matrimonio entre vino y plato no depende del color del vino sino del tipo de vino (robusto, ligero, astrigente, joven, frutal, abocado,...) de tal manera que las características del mismo permitan maximizar el sabor de cada bocado y que cada bocado no perturbe el sabor del vino, el resto es cosa tuya.

Sin embargo, e intentando no caer en tópicos, vamos a proponer a continuación una serie de los diez maridajes vino-comida más habituales con los que acertar seguro si eres de los que le gusta jugar "a caballo ganador".

1. Los entrantes y aperitivos.

A los aperitivos les sientan bien los blancos abocados, claretes y rosados. También los generosos, preferiblemente jóvenes y secos. Pero el "rey" de los aperitivos siempre es y será el vino espumoso.

2. Sopas y cremas.

A las sopas y cremas les convienen los vinos jóvenes y frescos. Las cremas realzan su sabor con blancos abocados. Las sopas y consomes que incluyan verduras combinan bien con los blancos jóvenes y todos van especialmente bien con vinos rosados. 

3. Charcutería y embutidos

La charcutería suave puede servirse con blancos abocados, rosados y generosos jóvenes. La charcutería fuerte, los embutidos y los curados, piden tintos crianzas.

4. Pasta, arroz y huevos.

La pasta armoniza con rosados, tintos ligeros o blancos abocados; puede escogerse el vino según los ingredientes que la acompañen. Las tortillas y huevos se complementan con blancos con cuerpo o rosados.

Los arroces blancos van con blancos, pero arroces en paella, caldosos y guisados van bien con tintos de crianza. La paella puede acompañarse también de blancos de crianza o rosados.

5 Pescados y mariscos.

Los mariscos piden blancos jóvenes muy secos, espumosos y generosos jóvenes secos, mientras que para los pescados a la plancha resultan más adecuados los blancos jóvenes secos y semisecos. También pueden servirse con espumosos y con generosos jóvenes secos.

Con pescados rojos, como el bonito y el atún, así como los pescados en guiso, con salsas o fuertes guarniciones se puede servir vino tinto con carácter frutal.

6. Guisos y potajes.

Para las legumbres y estofados, así como para otros platos fuertes, son recomendables los tintos con crianza.

7. Ternera y cerdo.

La ternera es buena compañera de los rosados, los tintos ligeros y los blancos con madera. A las carnes blancas les convienen los vinos tintos frutales y los blancos con cuerpo y baja acidez. Con las carnes rojas se pueden servir tintos con crianza.

8. Aves.

Las aves pueden servirse con blancos semisecos, espumosos o rosados. A los platos de ave también les convienen los tintos ligeros frutales.

9. Vacuno mayor y caza

Para el vacuno mayor y la caza menor son adecuados todos los vinos tintos, mientras que para la caza mayor convienen los grandes vinos tintos de mucho cuerpo.

10. Quesos y postres

Los quesos frescos, suaves o de pasta blanda se sirven con blancos abocados y generosos, y los quesos curados, con todo tipo de tintos.

Para los postres dulces se puede usar cava y todos los generosos dulces o vinos dulces. La fruta es la compañera perfecta de espumosos secos.

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