Las 7 etapas de un viñedo: el ciclo vegetativo de la vid


La vid es un organismo que presenta una gran actividad biológica a lo largo del año y muy diferenciada según la estación en que nos encontremos situadas entre los 21º a 36ºC, unido a una elevada pluviometría de 1.000 a 2.000 mm, permiten este curioso fenómeno, que puede ser atenuado por la altitud de los viñedos. 


Una cepa recorre cada año de su vida diferentes fases, que se suceden en un orden constante y cuyo conjunto forma el ciclo vegetativo de la vid.
En el hemisferio Norte o boreal, los brotes entran en crecimiento a principio de primavera (marzo o abril), terminando el ciclo vegetativo en otoño (octubre o noviembre), mientras que en hemisferio Sur o austral las temporadas se invierten, con un desfase de seis meses, brotando la viña (septiembre u octubre) y terminando el ciclo vegetativo en primavera (abril o mayo).
A continuación resumimos las diferentes etapas de ese ciclo vegetativo:
1. LLORO
Es la primera actividad de la planta después del reposo invernal. Cuando la temperatura de las raíces y del suelo sobrepasa los 10ºC, aparece el lloro que fluye por las heridas y cortes de poda. Este momento muestra el comienzo de la actividad de la planta, comienza la respiración celular, la recuperación de la absorción del agua y de elementos minerales. El agua y las materias minerales disueltas fluye en sentido ascendente por las partes leñosas de la planta, asomando a modo de lágrimas por las heridas y cortes de poda anterior.
2. BROTACIÓN
La actividad de la raíz, que es la que comienza primero, se manifiesta sucesivamente en toda la planta: moviliza la savia elaborada acumulada en la misma, primero en las yemas, y después alcanza todo el nudo y los entrenudos. La yema se hincha hasta la separación de las escamas que recubren aquéllos, apareciendo borra, y a continuación los órganos verdes, formando la "mariposa".
3. FLORACIÓN
A partir del brote, la vid desarrolla los órganos vegetativos y crea otros órganos nuevos: raíces, yemas, nietos y racimillos, etc. El crecimiento se produce en longitud y grosor. La temperatura e insolación tiene una influencia capital sobre la velocidad de este fenómeno.
Destacar la existencia de yemas latentes, debido a que las yemas tienen la facultad potencial de desarrollarse, pero quedan en reposo por una hormona inhibidora. Tanto es así que los racimillos de flores (inflorescencias) en las yemas latentes tienen su iniciación y desarrollo en el ciclo precedente al de su brotación. La formación de las inflorescencias o la iniciación foliar se realiza en las yemas latentes del año anterior hacia los meses de junio a julio.
4. MADURACIÓN
El desarrollo y maduración de las uvas, es decir, la formación y crecimiento de las bayas tiene su origen y es consecuencia de la acción y del estímulo hormonal triple de la polinización, la fecundación y la formación de semillas, así como del aporte de sustancias nutritivas por la planta. 
En ciertos climas privilegiados, en los que no suele haber incidentes climatológicos, el racimo puede permanecer en las cepas para que alcance un grado azucarado mayor. Es la denominada sobremaduración, que es de orden físico más que fisiológico, porque sus componentes se concentran y la baya pierde peso, debido al agua evaporada.
5. CRECIMIENTO OTOÑAL
La parada de crecimiento en verano, cosa que sucede normalmente en el momento del envero, no siempre suele ser definitiva, pues las lluvias de finales de verano pueden activar de nuevo el crecimiento. Ya bien avanzado el verano y a su terminación, aparecen los pámpanos, pequeñas hojitas en las puntas de los nietos, un crecimiento originado por una pequeña activad en la multiplicación celular de la planta. Después del cese de crecimiento, la estructura anatómica del pámpano se modifica adquiriendo un color amarillo caramelo.
6. CAÍDA DE LA HOJA
Cuando comienza a decrecer notablemente la temperatura hasta las proximidades del cero, por debajo del cual sabemos que la actividad de la planta cesa, se produce la caída de sus hojas; pero antes, los materiales alimenticios descienden por las partes leñosas y se constituyen en reservas principalmente en los brazos, tronco y raíces de la cepa. Las hojas amarillean o enrojecen, se desecan y caen finalmente. La vid ha entrado en su fase de reposo invernal. Inviernos precoces con heladas pueden determinar una caída anticipada de la hoja, parcial o total, perjudicando a la acumulación de reservas para siguientes floraciones.
7. REPOSO INVERNAL
Después de la caída de las hojas, la vid no presenta actividad vegetativa aparente, denominándose a esta fase como dormancia o reposo vegetativo o invernal. Se produce asimismo la dormancia de las yemas que porta un sarmiento brotado el año anterior.
FENÓMENOS CURIOSOS: POLIVENDIMIAS
En los climas tropicales cuando las temperaturas no pasan por debajo de los 12ºC, no se produce una interrupción del ciclo vegetativo, y el crecimiento de la vid, así como su fructificación es continuo, llegando incluso a realizarse hasta tres vendimias al año con un ciclo vegetativo de 110 a 130 días, logrando una calidad de uva desigual entre ellas.
Las condiciones climáticas de estas zonas, con temperaturas situadas entre los 21º a 36ºC, unido a una elevada pluviometría de 1.000 a 2.000 mm, permiten este curioso fenómeno, que puede ser atenuado por la altitud de los viñedos.

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