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¿El vino provoca dolor de cabeza?

Una investigación del Centro Médico Leiden University revela que no  existe suficiente evidencia para concluir que el vino provoca migrañas
Las migrañas pueden ser muy dolorosas, y las personas que las sufren regularmente hacen casi cualquier cosa para prevenirlas, incluso renunciar al placer de disfrutar el vino. Pero, ¿deberían hacerlo? Una nueva investigación del Centro Médico Leiden University de los Países Bajos muestra que si bien muchas personas creen que el alcohol, y el vino tinto en particular, desencadenan las migrañas, la relación causa efecto no está tan clara para la ciencia.
Según las investigadoras principales del estudio, Gisela Terwindt y Gerrit Onderwater, las bebidas alcohólicas figuran entre los 10 factores principales de migrañas, por ello decidieron investigar qué bebidas en particular se atribuye frecuentemente por los pacientes como desencadenantes de sus ataques y también estimar la consistencia y el tiempo de inicio de ataque después del consumo de estas bebidas.
Usando la población del estudio de Neuroanálisis de la migraña de la Universidad de Leiden, las investigadoras realizaron encuestas a 2.197 adultos holandeses, de 18 a 80 años de edad, que padecían migrañas y cumplían con los criterios de la clasificación internacional de trastornos de cefalea. Hicieron preguntas sobre los hábitos de consumo de cada paciente, si creían que el alcohol era un desencadenante de las migrañas, y con qué frecuencia y en qué momento el consumo de alcohol provocaba un ataque.
Los resultados, publicados en el European Journal of Neurology, revelaron que aproximadamente solo el 36 por ciento de los pacientes consideraban el alcohol como un desencadenante de la migraña. Esta creencia condicionaba además a muchas de sus decisiones sobre la bebida: entre los 650 participantes que dijeron que habían dejado de beber o que nunca habían bebido, más del 25 por ciento dijeron que lo habían hecho debido a los presuntos efectos desencadenantes del alcohol.
De los 1.547 participantes que eran bebedores, casi el 45 por ciento no reportó el consumo de alcohol como desencadenante, mientras que aproximadamente el 43 por ciento lo hizo (el resto no estaba seguro).
Cuando a los bebedores que consideraban el alcohol como un desencadenante se les preguntaba acerca de una bebida alcohólica en particular que provocaba la migraña, el vino tinto se mencionaba con mayor frecuencia (77,8 por ciento de las respuestas) y el vodka con menor frecuencia (8,5 por ciento). Sin embargo, es interesante señalar que solo el 8,8 por ciento de los participantes informaron haber contraído migrañas después de beber vino tinto el 100 por ciento de las veces. Las investigadoras destacaron en su estudio que este dato implicaba que otros factores también pueden estar involucrados.
Ese hallazgo es el principal descubrimiento del estudio: La asociación entre el desencadenante y el ataque es compleja, probablemente influenciada por otros desencadenantes internos y externos, además de una sugestión variable, según las investigadoras que consideran también que no existe suficiente evidencia para concluir que el alcohol sea un desencadenante de las migrañas.
Incluso entre aquellos que creen que el alcohol es un desencadenante, no hay una comprensión clara de por qué ¿es el alcohol en sí? o, considerando que muchos creen que el vino tinto es el principal culpable, ¿hay algo en el vino específicamente?. Ante estas cuestiones las investigadoras abundan en que no se conoce que compuestos podrían ser responsables del efecto o si otros factores de activación pueden entrar en juego, y que se hace necesario probar varios factores de manera experimental, controlada por placebo, para poder tener resultados concluyentes.
Estudios anteriores han analizado si los compuestos específicos en el vino, como las histaminas o los taninos, pueden desencadenar migrañas, pero los resultados tampoco han sido concluyentes.
Fuente: Alcoholic beverages as trigger factor and the effect on alcohol consumption behavior in patients with migraine https://doi.org/10.1111/ene.13861 
Las migrañas pueden ser muy dolorosas, y las personas que las sufren regularmente hacen casi cualquier cosa para prevenirlas, incluso renunciar al placer de disfrutar el vino. Pero, ¿deberían hacerlo? Una nueva investigación del Centro Médico Leiden University de los Países Bajos muestra que si bien muchas personas creen que el alcohol, y el vino tinto en particular, desencadenan las migrañas, la relación causa efecto no está tan clara para la ciencia.
Según las investigadoras principales del estudio, Gisela Terwindt y Gerrit Onderwater, las bebidas alcohólicas figuran entre los 10 factores principales de migrañas, por ello decidieron investigar qué bebidas en particular se atribuye frecuentemente por los pacientes como desencadenantes de sus ataques y también estimar la consistencia y el tiempo de inicio de ataque después del consumo de estas bebidas.
Usando la población del estudio de Neuroanálisis de la migraña de la Universidad de Leiden, las investigadoras realizaron encuestas a 2.197 adultos holandeses, de 18 a 80 años de edad, que padecían migrañas y cumplían con los criterios de la clasificación internacional de trastornos de cefalea. Hicieron preguntas sobre los hábitos de consumo de cada paciente, si creían que el alcohol era un desencadenante de las migrañas, y con qué frecuencia y en qué momento el consumo de alcohol provocaba un ataque.
Los resultados, publicados en el European Journal of Neurology, revelaron que aproximadamente solo el 36 por ciento de los pacientes consideraban el alcohol como un desencadenante de la migraña. Esta creencia condicionaba además a muchas de sus decisiones sobre la bebida: entre los 650 participantes que dijeron que habían dejado de beber o que nunca habían bebido, más del 25 por ciento dijeron que lo habían hecho debido a los presuntos efectos desencadenantes del alcohol.
De los 1.547 participantes que eran bebedores, casi el 45 por ciento no reportó el consumo de alcohol como desencadenante, mientras que aproximadamente el 43 por ciento lo hizo (el resto no estaba seguro).
Cuando a los bebedores que consideraban el alcohol como un desencadenante se les preguntaba acerca de una bebida alcohólica en particular que provocaba la migraña, el vino tinto se mencionaba con mayor frecuencia (77,8 por ciento de las respuestas) y el vodka con menor frecuencia (8,5 por ciento). Sin embargo, es interesante señalar que solo el 8,8 por ciento de los participantes informaron haber contraído migrañas después de beber vino tinto el 100 por ciento de las veces. Las investigadoras destacaron en su estudio que este dato implicaba que otros factores también pueden estar involucrados.
Ese hallazgo es el principal descubrimiento del estudio: La asociación entre el desencadenante y el ataque es compleja, probablemente influenciada por otros desencadenantes internos y externos, además de una sugestión variable, según las investigadoras que consideran también que no existe suficiente evidencia para concluir que el alcohol sea un desencadenante de las migrañas.
Incluso entre aquellos que creen que el alcohol es un desencadenante, no hay una comprensión clara de por qué ¿es el alcohol en sí? o, considerando que muchos creen que el vino tinto es el principal culpable, ¿hay algo en el vino específicamente?. Ante estas cuestiones las investigadoras abundan en que no se conoce que compuestos podrían ser responsables del efecto o si otros factores de activación pueden entrar en juego, y que se hace necesario probar varios factores de manera experimental, controlada por placebo, para poder tener resultados concluyentes.
Estudios anteriores han analizado si los compuestos específicos en el vino, como las histaminas o los taninos, pueden desencadenar migrañas, pero los resultados tampoco han sido concluyentes.
Fuente: Alcoholic beverages as trigger factor and the effect on alcohol consumption behavior in patients with migraine https://doi.org/10.1111/ene.13861 

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