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De Vicente López a Beccar: restaurantes imperdibles de Av. Libertador Sea para los que viven por el norte o para los que quieren escaparse de las zonas más transitadas de Buenos Aires, hay opciones para todos los paladares

PARA LA NACION 
Gentileza Naná (Vicente López)
En gastronomía donde todo siempre es "nuevo" y lleva algún acrónimo (SoHo, BaNu) o directamente se crean palabras enteras (Palegiales) para definir polos emergentes, cada vez resulta más difícil encontrar verdaderas novedades gastronómicas. Lo cierto es que muchas zonas revitalizadas ya existían antes, y varios de los circuitos que florecen con el tiempo también se marchitan para dar paso a otros en un ciclo natural de la gastronomía. En este ir y venir, catalizado hoy por la situación económica, el llamado cordón Libertador vive otro de sus períodos de auge, con aperturas y remozamientos que se concentran por un lado en el área Vicente López, y por otro a la altura de San Isidro.

Vicente López

Apenas cruzamos la Gral Paz, en donde ya se han instalado hace poco más de un año tiendas de comida al peso, delis y almacenes naturales como Pina o Muni, aprovechando la cantidad de oficinas que se han mudado a la zona en sintonía con una descentralización urbana, encontramos la primer novedad. En diciembre del año pasado La Esperanza de los Ascurra abrió las puertas de una sucursal en Vicente López. ¿Por qué Vicente López? "Porque esta creciendo como muy pocas partes de Buenos Aires, porque tiene esa maravillosa costa que hace al río un protagonista", cuentan sus dueños, quiénes comparan esta huida hacia la provincia con el fenómeno del crecimiento que supo tener Villa Crespo. "Son esos lugares satélite en grandes conglomeraciones donde la gente joven decide mudarse por costos y localización, como lo fue hace cinco años Villa Crespo cuando nos instalamos acá".
El menú se mantienen igual que en sus otras sucursales: tapeos para sacarse las ganas, desde gambas al ajillo, burratas, rabas o huevos rotos a una buena tortilla de papa para viajar instantáneamente a la península Ibérica. El hechizo se completa con un vermouth (atenti a los 2x1en aperitivos de Martes a Sábados hasta las 20:30hs) o cerveza artesanal.
Arroz con langostinos de Hernán Gipponi, se sirven en las dos sucursales
Arroz con langostinos de Hernán Gipponi, se sirven en las dos sucursales.
En la zona del boulevard Hipólito Yrigoyen sigue firme la primera sucursal de Naná, hit del lugar, que a su vez tuvo el mérito de ser uno de los primeros restos en instalarse por ahí. Remozado con la presencia de Hernán Gipponi en la cocina pero ofreciendo los mismos platos simples y efectivos de siempre, al mediodía mandan las sopas (puerro y cebolla), ensaladas (zapallo kabutia al horno con verdes, queso de cabra y huevo 36 grados, o la de brócoli con verdes, queso Halloumi, palta, tomates asados y pickles) y los sándwiches, entre los que recomendamos el Veggie (hummus, palta, tomate asado, queso, zanahoria, alioli, verdes). Sin olvidar por supuesto su clásica hamburguesa. Por la noche la pesca y el risotto, marca registrada de Gripponi, llevan la ventaja. El dato: el restaurante abrió hace pocos meses una sucursal también cerca de Libertador, pero en el Rosedal de Palermo. La carta es la misma y el ambiente suma el encanto del bosque.


San Isidro y Acassuso


Trasladándonos más hacia San Isidro y Acassuso, donde ya había numerosas cadenas presentes (Kansas, PF Chang y cía) y clásicos históricos como The Embers, dos cadenas nuevas se le animaron a la zona. Por un lado, Dandy, que ya venía de instalar un local en Belgrano con una propuesta que supo conquistar al público joven, en donde hay una carta acotada pero cumplidora con foco en las carnes a cocciones lentas y platos simples como pizzas, pastas y ensaladas, un clima distendido y buenos cócteles. El amplio local (si bien hay que decir que las mesas adentro están muy cerca y el lugar se vuelve un poco ruidoso) está emplazado en una esquina y promete inaugurar pronto un sector exterior y una terraza apta para las tardes de verano.

De la carta de invierno se destaca la ensalada Ursula (salmón, papines, huevo mollé y aceitunas), de las carnes el lomo a la mostaza, y de las pastas la super-power lasagna a la bolognesa que se puede compartir tranquilamente. En los postres la tarta de manzana con helado, y para los más osados el chic vigilante, una reversión del clásico pero con queso brie con almendras y dulce de batata. Como plus, los panificados de Dandy son excelentes y esto se debe a que los preparan en su propio horno.
Antares es otra de las cadenas que llegó a estas coordenadas, en plena expansión (la empresa posee un local propio y 25 franquicias) gracias al boom de la cerveza artesanal, y proyectando para lo que resta del 2016 y el 2017 la apertura de 11 locales adicionales. A la hora de elegir entre todas sus variedades las más consumidas son la Barley Wine y la Honey Beer, la primera con mayor graduación alcohólica (10%), nuez, caramelo y dulce de leche, y la segunda, mucho más suave (7,5%), con rasgos mentolados, frutales y de miel. Apta para los que quieren algo liviano. Consultados por los motivos que los trajeron a esta zona sus dueños comentan que San Isidro siempre fue un escenario propicio para la gastronomía, con la doble ventaja de recibir público no sólo del barrio sino también visitantes de otras localidades. En definitiva la tranquilidad, accesibilidad y belleza del lugar son un gran aliciente para tentar a vecinos, oficinistas y comensales curiosos.

Martínez

Pero eso no es todo en Av. Libertador a la altura de Martínez también ha desembarcado con una propuesta renovada Captain Cook, en un espacio más moderno, con mayor capacidad y menú a cargo de su chef Marta Ramirez. La firma mantiene su impronta con inspiración del Sudeste Asiático, combinando platos tradicionales y platos de la nueva corriente de Cocina Asiática Moderna. ¿Qué se puede pedir? Ensaladas con Gravlax de salmón, arroz yamaní, dados de to-fu,maní molido, mango y vinagreta de miso dulce, calamares y cakes de arroz, o sus clásicos Dim Sums. Todo esto acompañado por dulces autóctonos, vinos de la casa y una propuesta coctelera más que interesante a base de sabores del oriente con syrups frutales (lima, limón, canela, mango), mieles, lychees, almíbares de tés verdes y de jazmín, hojas de bambú y leche de coco.

Bonus Track

Si estás ánimo para explorar un poco más allá, dos propuestas más en las antípodas del espectro gastronómico respectivamente aguardan en la zona de Libertador a la altura de La Lucila y en Beccar. Por un lado tenemos a De la Curva, el delivery de empanadas favorito de la zona, que tiene un pequeño local en donde se puede comer cual foodtruck, esto es sacando número y esperando el pedido (aunque también realizan envíos en unas simpáticas bicis azules a los vecinos de la zona). Hay empanadas y rolls que llevan la firma de Hugo Macchia (curiosamente quien asesoró a las hermanas Reynal en lo que fue el primer Naná), postres en potes -amados y odiados por igual-, cervezas artesanales y jarras de limonada con mango y pepino. Fresco, descontracturado y sin pretensiones, para comer ahí o para llevar.
En el otro extremo, el de la sofisticación e innovación culinaria, ideal para los aventureros foodie, tenemos a Alo's. Ubicado fuera del circuito Libertador estrictamente hablando pero a pocos minutos de la zona álgida de San Isidro, este bistró de cocina de autor de Alejandro Féraud ofrece un menú estacional (trabajan con productos orgánicos de su propia huerta), creativo y lúdico, ya desde sus presentaciones que invitan a divertirse un poco (sopas servidas en pequeñas macetas, superposición de texturas, colores y sabores, platos para comer con la mano). El nivel de minuciosidad en el cuidado de la materia prima y en las presentaciones contrasta amablemente con la atmósfera relajada del lugar y el tono descontracturado que se imprime tanto en la atención como en diseño del resto (materiales nobles y simples, madera, mimbre, cemento).
Destaca especialmente el uso de vegetales (calabaza, remolacha, espinaca) en forma de purés, salsas y otros acompañamientos, las pastas caseras, las sopas, y delicias carnívoras como las mollejas acompañadas de puré de manzana, cebollitas y pickles, el jamón de pato o el ciervo ahumado y estacionado con chucrut, jalapeño y sal. Mención aparte para los postres a cargo de la pastelera Yamila Di Renzo que se anima con combinaciones jugadas (pomelo, arvejas, chocolate blanco) e interesantes helados y sorbets. Si estás con tiempo no podes dejar de darte una vuelta para almorzar y probar alguna de estas delicias.

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