APRENDER ¿Cómo conservar una botella de vino cerrada? ¿Y cuándo ya se abrió la botella?

Beber vino nos hace mejores amantes..

La ciencia desmiente buena parte de leyendas asociadas al vino pero es cierto que desde su origen ha tenido una estrecha relación con amor y sexo Más ficción que realidad, el supuesto carácter afrodisíaco del vino es un mito muy difundido por Internet

El ser humano siempre ha sentido curiosidad morbosa acerca de la naturaleza de los afrodisíacos y sus efectos. Desde sus orígenes, el vino ha tenido una estrecha relación con el amor y el sexo. Los auténticos enófilos de hecho son muy 'promiscuos' y sueñan con elegir diferentes opciones y descubrir en cada una de ellas sus misteriosas diferencias, dejándose seducir por todo tipo de variedades, terruños y señuelos filantrópicos de bodegas.

En torno a este tema ha habido incluso estudios científicos que avalan la creencia de que ciertos aromas del vino tienen sus equivalencias con feromonas humanas, cuando éstas, estrictamente, no existen. Hay quien ha publicado que el vino de cabernet sauvignon añejado en barrica de roble nueva huele como la androsterona, manifestación endocrina masculina, y al champagne se le asocia con el ácido isovalérico, de olor a mujer. Pues bien, ni la androsterona huele ni el isoválerico recuerda a ninguna hembra, al menos a las que yo conozco.
Lo que sí es cierto es que tomar una o dos copas de vino reduce la ansiedad y las inhibiciones; es decir, ayuda a superar la timidez y la dificultad de socializar. Sin embargo el alcohol es muy difícil de dosificar y si te pasas se convierte en un sedante, es decir, provoca el deseo pero frustra la ejecución (William Shakespeare).

Un estudio sobre sexo y vino revela que las mujeres que toman vino de forma regular tienen mejor vida sexualUn estudio sobre sexo y vino de la Universidad de Florencia con encuestas realizadas a 798 mujeres en el año 2009 revela que las mujeres que toman vino de forma regular tienden a tener una mejor vida sexual, reportando mayores niveles de deseo y mejor lubricación. Los investigadores sospechan que los altos niveles de polifenoles con propiedades antioxidantes en el vino pueden ayudar a aumentar el flujo sanguíneo en las áreas claves de la excitación y el etanol estimula una parte del cerebro, llamada sistema límbico, que regula las funciones humanas básicas, incluyendo la temperatura corporal, el apetito y el deseo sexual.

Sin embargo también podemos leer muchas tonterías al respecto. Como un artículo que dice que el vino tinto es un fuerte afrodisíaco que aumenta la libido porque contiene resvanatrol, un antioxidante que mejora la circulación sanguínea... y la sensibilidad. De dónde se habrán sacado esta molécula, seguramente llamada resveratrol y que casi la traducen por resvagitrol. Es una de las cientos de miles de «trampas» que existen en la selva de Internet.

Alimentos afrodisíacos
Siempre se ha especulado mucho acerca de bebidas y/o alimentos afrodisíacos, como es el caso del chocolate, bebida sagrada de la diosa azteca Xochiquetzal. Así como el apio, rico en androstenona, la yerba mate, el café, el té o las infusiones ricas en teobromina o xantina, el ginseng, el polen y la jalea real, por citar algunos. Sin embargo, no existe evidencia científica contrastada acerca de su verdadero efecto sobre el apetito sexual.

Vayamos a lo que a día de hoy se sabe. Según el saber popular, las feromonas son sustancias químicas que el cuerpo despide para atraer sexualmente a miembros de su misma especie. Las feromonas actúan sobre el bulbo olfatorio secundario, el órgano vomeronasal. La reina de las feromonas es la 'copulina', una supuesta feromona secretada por las mujeres durante la ovulación que, al parecer, vuelve locos a los hombres, disparando sus niveles de testosterona. La copulina se produce también durante el ritual olfativo fundamental para ambos sexos: los besos. En este acto tan cotidiano, las personas que se besan pueden llegar a intuir el grado de compatibilidad que existe entre ellos gracias a este intercambio molecular.

En cuanto a los olores que más excitan a ambos sexos, los fabricantes de perfume se llevarían una gran sorpresa: muchas personas se excitan más y mejor con el olor corporal sin perfumes, frente a los que prefieren la mezcla del aroma natural con fragancias sintéticas. ¿Serán los perfumes los culpables del aumento de fracasos matrimoniales?

Olfato humano
En el caso de los seres humanos, en efecto el olfato juega un determinado papel en la conducta reproductora humana, pero no se puede relacionar con los efectos sobre los niveles de testosterona o las reacciones provocadas sobre nuestro inexistente órgano vomeronasal.

En mamíferos no primates es importante que haya señales químicas que informen al macho del periodo fecundo de la hembra, al tiempo que la receptividad sexual de esta, nula durante todo el resto del ciclo, se activa. Este incremento en la receptividad sexual de las hembras (perros, vacas, gatos...) se debe a cambios en los niveles de hormonas femeninas durante la época de celo. Los machos, por otra parte siempre dispuestos, sufren también un incremento en la testosterona. Pero la evolución origina un grupo de mamíferos, los primates, en los que la cosa cambia. Como primera medida, hay un tendencia evolutiva a la «encefalización» de la respuesta sexual, haciéndola independiente de las hormonas; esta tendencia evolutiva acaba siendo especialmente marcada en los «grandes monos» y, sobre todo, en el mono más estúpido de todos ellos, el Homo sapiens.

La clave está en llegar a otro modelo reproductor, muy exitoso, que no está basado en ningún caso en la detección de la ovulación: tanto los machos como las hembras de nuestra especie estamos siempre sexualmente disponibles; esto, sumado al gustirrinín que da la cosa, y al tiempo relativamente amplio en el que puede tener lugar la fecundación, hace que ya no tengamos ninguna necesidad de mecanismos hormonales que nos digan cuándo conviene copular. La respuesta es mucho más sencilla: en cualquier momento. Los afrodisíacos no existen, lo siento. El mejor afrodisíaco es la compañía adecuada en el momento adecuado. Para los humanos ese momento adecuado puede ser algo más complicado de encontrar; nuestros primos más cercanos, los bonobos, se lo pasan fenomenal todo el rato. Pero a lo que vamos, un par de copitas del apropiado vino nos hacen más atractivos, monos y encantadores. ¡Ale! a practicar., hagan la prueba combinándolo con bombones, regalando un libro y unas flores: ¡¡¡Ya verán!!!

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