Devaluación y eliminación de las retenciones, las claves del optimismo bodeguero



En su edición de febrero, Apertura explica por qué el nuevo rumbo económico despierta optimismo entre los dueños de la industria vitivinícola. Los número uno del sector explican cuáles son los desafíos y las oportunidades para el negocio, luego de varios años en los que las condiciones no les resultaron beneficiosas para crecer en el mercado externo




Aunque el vino enseñe paciencia, los bodegueros argentinos están ansiosos. 

Luego de años en los que el tipo de cambio y la inflación, entre otros fenómenos, afectaron una industria exportadora en crecimiento, los empresarios del sector se ilusionan con la reciente devaluación y la eliminación de las retenciones a las economías regionales. "Hemos dado vuelta la página", sentencia Martín Ramos, CEO del principal grupo exportador, Peñaflor, cuando habla de sus perspectivas. Y, si Gastón Pérez Izquierdo, número uno de Catena Zapata, decía hace un año que la situación era "crítica", por estos días, no disimula su humor: "Somos optimistas".

En ‘Apertura’ de febrero, un informe a fondo sobre el vino argentino, en el que los principales players revelan cuáles son y serán sus principales proyectos. Qué factores hacen alzar la copa por el sector y cuáles llevan a preguntarse hasta qué punto goza de buena salud.

La raíz desde la que los players esperan crecer no es firme pero, tampoco, está rota. Las exportaciones, en 2015, fueron 1,77% mayores en volumen respecto al año anterior, informó el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). 

Al hablar de vinos fraccionados en botella, la consultora Caucasia Wine Thinking confirmó el avance, de 1,2%, pero aceptó que, en dólares FOB, habían caído 1,6%. Los números, aunque mínimos, son motivo de festejo para los protagonistas: los envíos al exterior se habían derrumbado 16,6% en 2014, año en el que la cosecha había sido la peor de los últimos 30 años. 

Haber resistido en mercados, estiman, finalmente dará sus frutos. 
Además, hablan acerca de sus desafíos en la Argentina, donde se consume el 75% de lo producido y donde la competencia es feroz, dada la cantidad no exportada de vinos que saturó el mercado. 
Fuente: Apertura por Andrés Engler - aengler@apertura.com 

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