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Desde el color hasta el aspecto de las curvas de una botella tienen su explicación en el mundo del vino
La forma en que cada vino se presenta frente al mundo tiene una razón de ser. Siempre funcional, pero también estética, el arte se cuela en las botellas que se presentan en las góndolas y cavas como verdaderos objetos de deseo.
No es novedad que artistas y diseñadores de diversas disciplinas han puestos sus manos - y arte - al servicio de crear un envase único para conservar ese elixir de uva que se muestra bajo distintas modalidades y variedades.
Las hay en la gama de los tonos ámbar, verde, o incluso negra; el vidrio se tiñe según lo que custodie en su interior.
Las botellas son de un color determinado por una acción funcional sobre el vino que albergan. El más usado es el verde, que repele algunas radiaciones de la luz.
Pero eso no quiere decir que no se utilicen otros tonos: por ejemplo, el vidrio transparente hace que la bebida evolucione más rápido, por eso se usa solo para vinos con una vida comercial más corta y que se pretende incentivar su venta más rápidamente.
La forma de la botella también tiene un sentido. Su formato identifica la procedencia e incluso el tipo de bebida que atesora. Pero también la más clásica tiene un sentido funcional: El vino evoluciona mejor en ausencia de aristas y esquinas en la botella.
Eso explica el porqué de algunas vasijas con hombros elegantes y erguidos y otras con cuellos superlargos, por ejemplo.
LOS 4 TIPOS DE BOTELLAS DE VINO MÁS COMUNES
Bordalesa: De forma cilíndrica, con hombros marcados y fondo cóncavo, es una de las más clásicas y toma su nombre de la zona de Burdeos (Francia). Se encuentra en varios colores y se usa para tintos y blancos.
Rhin: Se utiliza para ciertos vinos blancos y rosados. De origen alemán, es alta, estilizada y casi no tiene hombros. Su cuello es largo y esbelto y su vidrio más característico es de color caramelo.
Borgoña: Esta vasija de origen francés, es cilíndrica, tiene hombros caídos y un formato ancho que es utilizado tradicionalmente para los tintos. Se dice que es la botella más antigua de vino.
Jerezana: Típicamente española y muy utilizada para los vinos de Jerez andaluces y licorosos portugueses, esta botella cuenta con un vidrio de color oscuro - casi negro - y tiene un gollete bien pronunciado.
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