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Pocos saben elegir un vino

Varietales, genéricos, según la zona geográfica, el grado de alcohol, la acidez, si pasaron por madera o no, frutados, ácidos, de postre, espumantes, según la ocasión, la historia personal de consumo... y podría seguir la lista. Con tanta información, se entiende que la mayoría de la gente no sepa qué vino elegir.

Por Daniel Fernández Quinti

Las góndolas de vino son el escenario de la confusión para la mayoría. La oferta es inmensa y en principio, hay que probar. Hemos pasado, en los últimos 30 años, de vinos con poca o mucha madera, a vinos sin guarda ni madera, a vinos hiperconcentrados como el petróleo y la fruta como si fuera un jugo, a vinos dóciles, fáciles de tomar; hemos jugado con la complejidad, ahora estamos empezando a entender los terruños y qué hay en cada suelo.

Mis recomendados tienen que ver con emociones, momentos y gustos, y también con una cultura que arranca allá por los 90. Me marcaron los Sain Felicient, en los años 90 el Cabernet Sauvignon que venía con un dibujo de Carlos Alonso en la etiqueta, y ahora más el Cabernet Merlot, ya de Catena Zapata. También los casi perdidos Weinert, tintos de color teja guardados en grandes toneles, o el muy vigente Intimo Cabernet Sauvignon, de Humberto Canale, un clásico por encima de los 100 pesos, o los Old Vineyard, como el pinot noir, y los  grandes Marcus. Me gusta el Q Tempranillo de Zuccardi, dentro de la alta gama, igual que el Terrazas Single Vineyard, el Quorum III de Norton, únicos y especiales. Y debería agregar el salteño Arnaldo B, de Etchart. De los vinos modernos me quedo con los que hace el dúo Marchiori-Barraud, los de Riccitelli como el Hey Malbec, los Manos Negras y Zaha del Colorado Sejanovich, y entre los vinos únicos el maravilloso bonarda Emma Zuccardi, los de Pelleriti y Rolland de la Bodega Monteviejo (desde el accesible Festivo al complejo Petite Fleur, etc) y El enemigo, del inimitable Alejandro Vigil.  

Faltan muchos en el listado caprichoso. Pero como dijo el gran bon vivant Miguel Brascó: “Para tomar vino no hay que saber. El mejor es el que le gusta a uno”.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/vino-opinion-elegir-pocos_saben-mejores_vinos_del_2015_0_1490250979.html

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