APRENDER ¿Cómo conservar una botella de vino cerrada? ¿Y cuándo ya se abrió la botella?

NO ES UN TRAGO ES UN COCKTAIL por OleoDixit


 El Campari con naranja preparado por los mejores bartenders es la puerta para entrar en la historia de su trabajo, los cocktails y el fenómeno global del que son parte. De los orígenes de los cocktails a el fenómeno local, de Tom Cruise a Tato Giovannoni del cine como inspiración a la creación de una comunidad global que noche a noche mantiene viva la leyenda.


No es un barman, es un bartender

El bartender es mucho más que alguien que sirve bebidas en una barra, es el que crea una mezcla, hace conocer una botella a los que llegan por primera vez a un bar, el que escucha, el que guía, el que seduce, el que se hace invisible o el que se eleva en la noche para recitar un poema o proponer un brindis. La historia de las bebidas está atravesada por la inspiración, el trabajo y el espíritu de miles de bartenders, algunos que ganaron fama como Jerry ThomasDale Degroff o Tato Giovannoni, otros anónimos o solo conocidos por los habitués que los visitan en sus barras. Todos son importantes y han construido y sostienen un trabajo fundamental para la arquitectura de las noches del mundo. Pero qué lleva a un joven a querer ser bartender. Sin duda el brillo de la noche y el escenario de la barra son atractivos, pero cuando uno habla con Mona Gallosi o Tato Giovannoni, ambos con una trayectoria importante, lo que destacan es la vocación de servicio, la búsqueda de un espacio en el que crear para otros y el placer de ser anfitrión cada noche. Sí, las luces han llevado a muchos de ellos a parecer rock stars, figuras del deseo admiradas y deseadas, pero su trabajo se sostiene en un trabajo que nunca deja de sostenerse en una tarea artesanal, preciosa y esforzada. Al mirar su trabajo la tentación es quedarse con sus creaciones originales, con fórmulas ingeniosas que desafían al bebedor, pero la piedra angular de su tarea sigue estando en las bases, en los pilares que sostienen su trabajo, en las tareas que parecen más simples como en el momento en que para conquistar a un bebedor exprimen naranjas con sus manos, eligen los hielos como piedras preciosas, preparan el mejor vaso, sirven la medida exacta de Campari y terminan el cocktail simple con el mismo amor con que lo hicieron la primera vez.

No es un trago, es un Cocktail

La palabra Cocktail en neón es un faro para los sedientos, para la aventura de la noche en Nueva York, Rio de Janeiro, Berlín o Buenos Aires. Su origen aún es un misterio y la leyenda no deja de crecer, pero tiene un punto importante en nuestra historia moderna y este fue el estreno de la película de 1988. Estados Unidos ya se había encargado de dar vida a la coctelería, los bares y había hecho reinar la figura del Bartender en el mundo. Solo faltaba una película con una estrella detrás de la barra para confirmarla. Tom Cruise fue el elegido dentro de una serie de películas en las que se lo rodeó de diferentes actores experimentados para agrandar su figura. Cuando se estrenó Cocktail fue un éxito de público y las críticas la destrozaron. En la película la coctelería se mostró como era: un duelo entre dos generaciones, un trabajo donde encontrar un destino y un escenario de seducción. Había leyes del bar escritas en las madrugadas de una tarea ardua y un joven que veía en la trinchera de la barra el lugar desde el cuál salir adelante. Tras los pasos de Brian Flanagan, Matías Merlo y Sebastián Garcia como muchos jóvenes de todo el mundo vieron el brillo nocturno de las discos de finales de los 80, el bar en la playa como un paraíso mítico y las barras de madera de un American Bar como un escenario donde ser feliz entre botellas. Y también descubrieron que esa tarea que parecía exclusiva de señores con moño tenía las puertas abiertas a todos. Sin Cocktail tal vez hoy no habría la cantidad de bartenders que hay, porque muchos se convirtieron en bartenders por esa película, compraron su primer coctelera, soñaron con encontrar un maestro que los inspire y los desafíe.

No es moda, es estilo

“El barman es el aristócrata de la clase obrera” es una de las leyes de Coughlin y explica como pocas de qué se trata este trabajo que aún enamora a jóvenes en todo el mundo. La historia del Campari con naranja da claves para entender de qué se trata: Campari existe desde 1860 y ganó su fama en Milán, primero en el trabajo de su creador, Gaspare Campari, luego en el talento innovador de su hijo Davide. Para que se mezcle con el jugo de naranjas pasó un tiempo y no se sabe bien la fecha exacta pero sí que al primero que lo hizo podemos llamarlo bartender. Porque el talento comienza en hacer la mezcla más simple de una manera original y perfecta, porque así todos podemos ser bartenders. El hallazgo está en unir y que en ese vínculo se cuente la historia. Campari reúne la del norte de Italia y las naranjas del sur, los alpes y el Mediterráneo, la vida de ciudad y la belleza del campo, los reinos y un país en formación. La unificación de Italia tardó muchos años y se pelearon muchas batallas. Nacido en el reino del Piamonte en 1807 Giusseppe Garibaldi fue uno de los luchadores en esta historia, recorrió los mares del mundo y llegó hasta al Rio de la Plata en sus aventuras. Sus combatientes llevaban casacas y pañuelos rojos como el Campari a las batallas por la unión de Italia. La historia de Garibaldi le dio nombre a la leyenda de la combinación perfecta de Campari y jugo de naranja, la de la unión de un territorio de sur a norte. Las modas pasan pero las leyendas no mueren y miles de bartenders en todo el mundo aún exprimen naranjas invocando batallas y héroes para contar por qué unir puede ser también contar una historia. Ellos son también los que abren las puertas de los cocktails a miles de hombres y mujeres cada día con uno refrescante, simple, legendario. Un camino que se abre una vez y para siempre.Tato GiovanonniMona GallosiSeba GarcíaMatías Merlo y todos los bartenders del país abren las puertas de los cocktails a miles de hombres y mujeres cada día con uno refrescante, simple, legendario. Un camino que se abre una vez y para siempre.

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