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Una de las bebidas alcohólicas más famosas del mundo
esconde algunas peculiaridades.
1. No todos los vinos espumosos son Champagne. La
palabra "Champagne" se utiliza a menudo como un término general para el
vino espumoso, pero esto no es técnicamente correcto. El champagne es un
tipo específico de vino espumoso hecho en la provincia francesa de
Champaña, y legalmente, solo los vinos de esta región hechos con el
método champenoise califican como champagne.
2. El champagne es caro, pero el burbujeante no. Debido
a su reputación legendaria y su estatus en el ecosistema francés, el
champagne tiende a ser una bebida bastante cara. Pero, los vinos
burbujeantes que intentan replicarlo deberían de ser menos costosos.
3. No es necesario usar las copas tradicionales. Por lo
general suele servirse en las conocidas copas flautas (aquellas que son
largas y angostas). Pero la realidad es que no son las mejores copas
para beber champagne o vinos espumantes. Si bien conservan las burbujas
por más tiempo, no dan lugar para apreciar los aromas a través de la
nariz. Es por eso que muchos sommelieres recomiendan utilizar copas de
vino blanco para disfrutar de esta bebida al cien por ciento.
4. No es únicamente una bebida para brindar. El
champagne es un mucho más que un acompañante en un brindis de
celebración. Por sus finas burbujas y sabores cítricos, suele ser una
bebida ideal para degustar con muchos platos, como pastas, carnes e
incluso pizza.
5. Puede revivir. Si alguna vez te ha pasado de dejar
la botella abierta por accidente durante todo la noche, no debes
desesperar: las burbujas pueden recuperarse. ¿Cómo? Simplemente
introduciendo una pasa de uva en su interior.
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