APRENDER ¿Cómo conservar una botella de vino cerrada? ¿Y cuándo ya se abrió la botella?

5 Vinos importados: la vuelta al mundo en 9 botellas

Aunque nuestro paladar y nuestro bolsillo estén acostumbrados a los vinos argentinos, existen ejemplares internacionales que se pueden conseguir, pagar y disfrutar.

Si vivís en un país como Inglaterra o Estados Unidos y vas a una vinoteca, la vas encontrar ordenada por naciones y regiones: Nueva Zelanda-Australia, Argentina-Chile. Y más: en el caso de los países del viejo mundo (Francia, España e Italia), dentro de cada país están ordenados por zonas y es casi imposible identificar una variedad de uva porque a los vinos se los llama según su apelación de origen controlada (AOC): Bourgogne, Rioja y Chianti, por mencionar algunos ejemplos.
Lo sabemos: la realidad argentina es muy diferente. Estamos acostumbrados a comprar y a beber vinos locales, entre los que encontramos diversidad de estilos y orígenes. Y no solo por una cuestión de importaciones limitadas, que hace que la oferta de etiquetas foráneas sea cada vez más escasa y a veces muy cara. Los motivos escapan a la coyuntura. Somos de tomar más tinto que blanco, vivimos en un país de sol donde los nuestros tienen volumen y estructura (si bien en los últimos años vemos más ejemplares frescos y ligeros, a lo que llaman “vinos de sed”). También estamos acostumbrados a nuestros espumosos (cuyo grado de azúcar natural siempre va a ser mayor a los espumosos de la región de Champagne, debido al clima y al suelo). Nuestro paladar se formó en base a nuestra cultura. Y esto se asocia también a nuestras costumbres gastronómicas. Somos un país carnívoro y maridamos con Malbec. Lo mismo sucede en lugares costeros, como por ejemplo en Galicia, España, donde la comida está basada en pescados y el vino insignia es el fresco blanco Rías Baixas. 
Por eso, para paladares curiosos, está bueno alejarse de lo de siempre y descubrir nuevos aromas y sabores que quizás ni sabíamos que existían y celebrar las diferencias. 
En JOY salimos a buscar ejemplares importados a buenos valores. Está claro que no van a ser más económicos que los vinos argentinos, pero la relación precio calidad amerita poner unos pesos de más y abrirse nuevos caminos. Antes de analizar los vinos sugeridos, un dato sobre dónde comprarlos. El gran referente local es Grand Cru: ellos hacen foco en la alta gama pero con una variedad en vinos franceses como ningún otro. También existen otros importadores más accesibles como 7 Spirits, que se especializa en vinos del Nuevo Mundo como Chile, Australia, Sudáfrica y también tiene joyitas italianas súper interesantes. 28 Racimos es la distribuidora del sommelier gallego Manuel Rivas, que tiene un portfolio de vinos del Viejo Mundo principalmente españoles y algo de Francia y España a muy buenos precios (recibe los pedidos vía mail a 28racimos@gmail.com). Finalmente, Bodega Deumayen importa los vinos húngaros mencionados en esta nota. 
LOS ESPAÑOLES
Las dos regiones de España con mayor fama son Rioja y Ribera del Duero. Ambas tienen algo en común: la variedad Tempranillo, que por mucho tiempo fue ignorada en el resto del mundo y se veía como una cepa rústica del norte de España. Si bien no es la variedad más plantada del país ibérico, sí es la más famosa y se la conoce con varios nombres según la región de España donde se la cultive. Puede denominarse, por ejemplo, Cencibel de La Mancha, Tinto de Toro, Tinto de Madrid, Aragonez, Ull de Llebre, Tinto Fino o Tinto País, entre otros.
Alejandro Fernández, Pesquera Crianza 2012, DO Ribera del Duero, Castilla y León ($645). Alejandro Fernández conocido como “El Master del Tempranillo” es un clásico productor de Ribera del Duero en la región de Castilla y León. Elabora este vino con una crianza de 18 meses, un clásico de clásicos español. 
Viña Collada by Marques de Riscal  2011, Doca Rioja ($210). Marqués de Riscal es uno de los productores más antiguos de la región de Rioja, con vinos que datan del año 1860. Este es un blend de Tempranillo, Graciano y Mazuelo. Viña Collada es un vino moderno, de más concentración que los clásicos Rioja.

LOS ITALIANOS
En Italia todavía se cultiva la vid de un extremo a otro del territorio. Conocer su gran diversidad de vinos es, a la vez, un desafío. Existen más de 70 DOCG (Denominazione di Origine Controllata e Garantita) pero hay dos regiones que dan origen a los grandes vinos tintos de Italia: Piamonte, con sus Barolos y Barbarescos (elaborados a base de la variedad Nebbiolo) y Toscana con sus Chiantis, Brunellos y Super Toscanos (elaborados a base de la variedad Sangiovese).
Tenimenti Ca´Bianca Barolo DOCG 2008, La Morra, Piamonte ($958). En el pasado los Barolos solían ser muy ricos en taninos, debido a sus largos tiempos de fermentación y largas crianzas en toneles. Hoy en día, hay más de un estilo. Con el fin de apuntar a gustos internacionales, donde el vino puede ser más fresco y consumido más joven, varios productores comenzaron a reducir los tiempos de fermentación y a criar el vino en barricas nuevas de roble francés. La controversia entre los tradicionalistas y los modernistas ha sido llamada la “guerra del Barolo”. Éste en particular es de los clásicos: posee una crianza de 24 meses en barricas de roble francés y esloveno.
Argiano NC 2012, Toscana ($300). El nombre de este vino, NC ó Non Confunditur’, es una expresión latina que significa ‘único’, ‘inconfundible’. Está elaborado por el reconocido enólogo, Hans Vindig Diers, conocido en la Argentina por haber creado etiquetas como A Lisa, J Alberto, Noemia y haber sido enólogo de Bodega Chacra. Este corte, elaborado a base de Cabernet Sauvignon, Merlot y Sangiovese, tiene una breve crianza en barricas de roble francés de segundo uso. Muchos lo llaman “baby supertuscan”. Es un vino de cuerpo medio, redondo y fresco.
ALGUNOS BLANCOS
Más allá de sus orígenes y singularidades, agrupamos a los vinos frescos y aromáticos en los que se perciben claras diferencias con los ejemplares locales.
Zombory Pince Tokaji Furmint 2013, Furmint Seco, Tokaj-Hegyalja, Hungría ($230). Este vino húngaro es una rareza. Elaborado a base de la variedad Furmint, emblemática de la región de Tokaj-Hegyalja, vendría a ser como nuestro Torrontés. Se trata del primer vino botritizado de la historia. Es decir: vinos donde la cosecha es tardía y las uvas son atacadas por un hongo que deshidrata el grano y concentra azúcares. Un proceso difícil de llevar a cabo y través del cual se logran vinos únicos que pueden envejecer por décadas.   
Koyle Costa Sauvignon Blanc 2012, Paredones, Colchagua Costa, Chile ($270). Si sos fan del Sauvignon Blanc y buscás algo diferente, probá con este ejemplar que tiene algo más de cuerpo y volumen que los nuestros y un costado más marino ya que se origina en un viñedo de Paredones, a siete kilómetros del Océano Pacifico en la región de Colchagua, cuando la mayor parte de los Sauvignon Blancs de Chile vienen de las regiones de Casablanca o Leyda. Una parte del vino se añejó en barricas de roble francés por seis meses, otra parte en huevos cemento y la otra en tanques de acero inoxidable.
Martin Codax Albariño 2014, DO Rías Baixas, Galicia, España ($278). Albariño, la variedad blanca más cara tanto de España (región de Galicia) como del otro lado de la frontera en Portugal (Vinho Verde). Raramente se cultiva en otra parte del mundo y da origen a los emblemáticos blancos de la DO Rías Baixas. Es la apelación más destacada de la región, famosa por sus vinos blancos secos y aromáticos, de acidez bien marcada, cuerpo liviano y con un leve toque carbónico, que resalta la acidez natural del vino. Martín Codax, reconocido internacionalmente, es el clásico productor de esta variedad.

PARA EL POSTRE
Hungría es dueño de uno de los grandes vinos del mundo, el Tokaji Aszu. Resulta que en la región de Tokaj-Hegyalja se generan las condiciones ideales (mañanas con nieblas y tardes soleadas) para el desarrollo de la botrytis cinérea. Las uvas Aszú (botritizadas) son cosechadas a mano y se maceran produciendo pasta de Aszú, la cual es luego prensada y vinificada siguiendo los métodos tradicionales que se utilizan en Tokaj desde el siglo XVII. Luego de la fermentación, el vino es criado durante tres años en barricas de roble ubicadas en cavas subterráneas y luego estibado por otros dos años en botella. 
Tokaji Aszu 6 puttonyos Zombory Prince 2008 ($900).  El Puttonyo era una canasta de uvas (de 25 kilogramos) botritizadas añadidas al vino blanco seco (llamado vino base). La proporción de pasta aszu que se agregue al vino base determina la categoría de vino, y el grado de azúcar residual. El puttonyo nos india la cantidad de azúcar residual en el vino y existen Tokaji Aszu de 3 a 6 puttonyos; este último tiene 150/180 gramos de azúcar residual por litro. Ideal para acompañar postres o quesos azules. 
QUE NUNCA FALTE UN FRANCÉS
Beaujolais Villages. Sí: es difícil de pronunciar para los que no hablamos francés. Se pronuncia: bo-sho-lay y es una apelación muy conocida para la elaboración de vinos tintos a base de la variedad Gamay (también se producen blancos y rosados) al sur de Borgoña, Francia. Es un vino clásico de la región, de gran consumo local y muy accesible para ser de Borgoña, una de las regiones con los vinos más caros de Francia. El Beaujolais Villages 2012, de Bouchard Pere et Fils ($408), es de cuerpo ligero, en varias ocasiones similar a las características de un Pinot Noir, con carácter de frutos rojos y especias. 
Por Agustina de Alba
PH: Santiago Ciuffo

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