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Un poco de Perú, otro poco de Bolivia, bastante del Caribe y
algo de México. En este pintoresco local de 25 cubiertos se sirven
platos de todos los colores y sabores.
Bajo la forma de un puestito de comida en Tecnópolis, Mercadito Latino
surgió con la premisa de ofrecer comida rápida, pero casera y con
identidad. Inspirándose en sus muchos y prolongados viajes por el
continente, los chefs Jorgelina Morado y Juan Ignacio Donato crearon
esta propuesta novedosa que, hace ya seis meses, se consolidó con la
apertura de un local propio.
Ubicado frente al legendario mercado de San Telmo, llama la atención con su simpático toldo de colores en la entrada. Sobre la barra que divide al salón de la cocina, caen tres grandes lámparas de mimbre que son las protagonistas absolutas del reducto de mesitas blancas, dispuestas para recibir a 25 comensales.
Mientras se picotean totopos (nachos) y maíz canchita, hay que tomarse unos minutos para explorar el menú: aunque breve, está salpicado con opciones de varios países de Latinoamérica, como Perú, Bolivia, México, Venezuela, Colombia, Brasil, la zona del Caribe y, por supuesto, Argentina. La milanesa de ternera a la napolitana ($80) está incluida en la carta, pero no hace falta aclarar que conviene dejarle esa opción a los turistas que anden de paseo por el barrio.
Un recorrido más interesante sería empezar por una orden de coxinhas (croquetas de masa bomba rellenas de pollo, $55), tequeños (bastones de queso envueltos con una fina masa crocante, $60) o bastoncitos de yuca frita ($45) como entrada. Para seguir, una Bandeja Paisa (que trae carne guisada, frijoles, arroz, chorizo, plátano, huevo frito, palta y arepa y cuesta $120) o ensalada de quinoa ($80): además de este superalimento de origen andino, lleva lechuga, langostinos a la plancha, queso de cabra, lechuga morada, palta, gajos de pomelo y una salsa de tres cítricos (naranja, limón y lima) que funciona como broche de oro para una genuina celebración de sabores. Fresca, ecléctica, exquisita.
Para tomar, hay cócteles que van desde el mojito hasta la margarita, pasando por el fernet con cola, y cuestan alrededor de 60 pesos. También se puede ordenar vino Los Cardos ($89), en sus varietales Malbec, Cabernet o Chardonnay. Sin embargo, es probable que el mejor maridaje se logre pidiendo una cerveza bien fría. Se puede elegir entre las marcas Corona, Imperial o Brahma.
Aunque no figuran en la carta, hay algunas opciones interesantes para endulzar la boca luego del plato principal. En este momento, las pizarras anuncian torta de queso y lima ($45), tarta de banana, chocolate y dulce de leche ($45) y quinoa volteada (un flan hecho a base de quinoa, que sale con crema y caramelo y cuesta $35). Pero si alguno de estos postres te tentó particularmente, te recomendamos no demorarte mucho en ir a probarlos, ya que en cualquier momento pueden ser reemplazados por otros.
La carta también contempla algunas alternativas de desayuno potentes, que pueden funcionar a la perfección como brunch para el domingo: huevos rancheros (tortilla crocante con frijoles, palta, ensalada, huevos a la plancha y pico de gallo, $70) y arepa de jamón, queso y huevo a la plancha ($70), entre otras. ¿Algo más? Sí, tiene mesas en la vereda para las noches veraniegas, un escenario perfecto para los enamorados de las calles de adoquín.
Mercadito Latino queda en Carlos Calvo 488, San Telmo / T. 2004-1056. Abre de martes a domingo de 10 a 00 horas. Por lo general, no se aceptan reservas.
Por Florencia Pessarini
Ubicado frente al legendario mercado de San Telmo, llama la atención con su simpático toldo de colores en la entrada. Sobre la barra que divide al salón de la cocina, caen tres grandes lámparas de mimbre que son las protagonistas absolutas del reducto de mesitas blancas, dispuestas para recibir a 25 comensales.
Mientras se picotean totopos (nachos) y maíz canchita, hay que tomarse unos minutos para explorar el menú: aunque breve, está salpicado con opciones de varios países de Latinoamérica, como Perú, Bolivia, México, Venezuela, Colombia, Brasil, la zona del Caribe y, por supuesto, Argentina. La milanesa de ternera a la napolitana ($80) está incluida en la carta, pero no hace falta aclarar que conviene dejarle esa opción a los turistas que anden de paseo por el barrio.
Un recorrido más interesante sería empezar por una orden de coxinhas (croquetas de masa bomba rellenas de pollo, $55), tequeños (bastones de queso envueltos con una fina masa crocante, $60) o bastoncitos de yuca frita ($45) como entrada. Para seguir, una Bandeja Paisa (que trae carne guisada, frijoles, arroz, chorizo, plátano, huevo frito, palta y arepa y cuesta $120) o ensalada de quinoa ($80): además de este superalimento de origen andino, lleva lechuga, langostinos a la plancha, queso de cabra, lechuga morada, palta, gajos de pomelo y una salsa de tres cítricos (naranja, limón y lima) que funciona como broche de oro para una genuina celebración de sabores. Fresca, ecléctica, exquisita.
Para tomar, hay cócteles que van desde el mojito hasta la margarita, pasando por el fernet con cola, y cuestan alrededor de 60 pesos. También se puede ordenar vino Los Cardos ($89), en sus varietales Malbec, Cabernet o Chardonnay. Sin embargo, es probable que el mejor maridaje se logre pidiendo una cerveza bien fría. Se puede elegir entre las marcas Corona, Imperial o Brahma.
Aunque no figuran en la carta, hay algunas opciones interesantes para endulzar la boca luego del plato principal. En este momento, las pizarras anuncian torta de queso y lima ($45), tarta de banana, chocolate y dulce de leche ($45) y quinoa volteada (un flan hecho a base de quinoa, que sale con crema y caramelo y cuesta $35). Pero si alguno de estos postres te tentó particularmente, te recomendamos no demorarte mucho en ir a probarlos, ya que en cualquier momento pueden ser reemplazados por otros.
La carta también contempla algunas alternativas de desayuno potentes, que pueden funcionar a la perfección como brunch para el domingo: huevos rancheros (tortilla crocante con frijoles, palta, ensalada, huevos a la plancha y pico de gallo, $70) y arepa de jamón, queso y huevo a la plancha ($70), entre otras. ¿Algo más? Sí, tiene mesas en la vereda para las noches veraniegas, un escenario perfecto para los enamorados de las calles de adoquín.
Mercadito Latino queda en Carlos Calvo 488, San Telmo / T. 2004-1056. Abre de martes a domingo de 10 a 00 horas. Por lo general, no se aceptan reservas.
Por Florencia Pessarini
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