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Una diversidad de estilos cada vez más amplia es una tendencia en el vino argentino que se verificó en el Premium Tasting que esta semana reunió en el Hotel Intercontinental de Mendoza a enólogos, sommeliers y críticos para degustar algunos de los exponentes más destacados del paísAllí quedó expuesto que esa diversidad resulta especialmente evidente en algunos lugares que hoy se encuentran a la vanguardia de la industria del vino. Pero, ¿cuáles son esos hot spots que vale la pena buscar en las etiquetas de los vinos? “Gualtallary y Altamira, dentro del Valle de Uco en Mendoza, hoy llevan la delantera. Y no sólo porque el terruño sea muy especial, sino porque la gente que está trabajando ahí ha sabido expresar el sentido de lugar de los vinos”, dijo a La Nación Patricio Tapia, crítico de vinos argentinos para la revista Decanter y autor de la guía Descorchados.
“También el Valle Azul de Río Negro es una zona espectacular con gente con el talento para exprimir un lugar de una manera impresionante –agregó Tapia, que condujo la primera degustación del Premium Tasting–. Y Mar del Plata, que abre un mundo que no existía en la Argentina, donde siempre se buscaba la altura y la cordillera, y nadie se fijaba en el océano.
Hoy hay pinot noir de Chapadmalal que, como los malbecs de Gualtallary cosechados más temprano, con cero madera y criados en cemento, son cosas completamente nuevas.” Alejandro Iglesias, sommelier del club de vinos BonVivir.com, sumó a la lista de hot spots a la porción catamarqueña de los Valles Calchaquíes. “Chañar Punco, en Catamarca, es un terruño que se redescubrió después de haber estado años a la sombra de Salta, y cada vez más enólogos reconocen que algunas de sus mejores uvas provienen de allí, donde los vinos tienen una expresión tensa y profunda, pero con una ligereza de paladar que los hace sorprendentes”, dijo Iglesias, que también destacó a Río Negro: “está recuperado el estrellato que nunca tendría que haber perdido. Para quienes nos gustan los vinos clásicos y no de moda, ofrece un reencuentro con una expresión tradicional y sabrosa de vino. Allí hoy se están preocupando más en elaborar lo que se da bien en cada zona y no en querer tener el malbec de todos los rincones, lo que lleva a expresar las variedades que mejor se han adaptado, como el merlot, el cabernet franc o el pinot noir”.
Hasta en La Pampa
De Mendoza, Iglesias elogió a Maipú y sus cabernet sauvignon clásicos y elegantes, a los tintos de La Consulta que resultan de una búsqueda más austera, con hincapié en la frescura y la delicadeza, y, por últimos, a los vinos con “equilibrio y tensión” de Altamira, paraje que no duda en calificar con el “grand cru” del Valle de Uco. Rodrigo Kohn, head sommelier del Intercontinental y uno de los organizadores del Premium Tasting, citó otra zona caliente, esta vez en la provincia de San Juan: “El Valle de Pedernal tiene, por una cuestión de clima y de suelo, un potencial bárbaro, que hoy se está comenzando a ver en sus vinos”, dijo y sumó también en la lista a los vinos de la provincia de La Pampa.
“Es indudable el valor de Gualtallary o de Altamira, donde hay un real análisis y entendimiento del terruño –concluyó Agustina de Alba, sommelier que confeccionó las personales cartas de vinos de restaurantes como La Mar, Borja, Gardiner o Harturo–, pero también es cierto que hay mucho por descubrir en vinos de productores pequeños que no llegan a Buenos Aires”. Y este parece ser el mejor momento para emprender esa aventura.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1819557-el-mapa-de-los-mejores-vinos-argentinos-se-extiende-hasta-el-mar
Hoy hay pinot noir de Chapadmalal que, como los malbecs de Gualtallary cosechados más temprano, con cero madera y criados en cemento, son cosas completamente nuevas.” Alejandro Iglesias, sommelier del club de vinos BonVivir.com, sumó a la lista de hot spots a la porción catamarqueña de los Valles Calchaquíes. “Chañar Punco, en Catamarca, es un terruño que se redescubrió después de haber estado años a la sombra de Salta, y cada vez más enólogos reconocen que algunas de sus mejores uvas provienen de allí, donde los vinos tienen una expresión tensa y profunda, pero con una ligereza de paladar que los hace sorprendentes”, dijo Iglesias, que también destacó a Río Negro: “está recuperado el estrellato que nunca tendría que haber perdido. Para quienes nos gustan los vinos clásicos y no de moda, ofrece un reencuentro con una expresión tradicional y sabrosa de vino. Allí hoy se están preocupando más en elaborar lo que se da bien en cada zona y no en querer tener el malbec de todos los rincones, lo que lleva a expresar las variedades que mejor se han adaptado, como el merlot, el cabernet franc o el pinot noir”.
Hasta en La Pampa
De Mendoza, Iglesias elogió a Maipú y sus cabernet sauvignon clásicos y elegantes, a los tintos de La Consulta que resultan de una búsqueda más austera, con hincapié en la frescura y la delicadeza, y, por últimos, a los vinos con “equilibrio y tensión” de Altamira, paraje que no duda en calificar con el “grand cru” del Valle de Uco. Rodrigo Kohn, head sommelier del Intercontinental y uno de los organizadores del Premium Tasting, citó otra zona caliente, esta vez en la provincia de San Juan: “El Valle de Pedernal tiene, por una cuestión de clima y de suelo, un potencial bárbaro, que hoy se está comenzando a ver en sus vinos”, dijo y sumó también en la lista a los vinos de la provincia de La Pampa.
“Es indudable el valor de Gualtallary o de Altamira, donde hay un real análisis y entendimiento del terruño –concluyó Agustina de Alba, sommelier que confeccionó las personales cartas de vinos de restaurantes como La Mar, Borja, Gardiner o Harturo–, pero también es cierto que hay mucho por descubrir en vinos de productores pequeños que no llegan a Buenos Aires”. Y este parece ser el mejor momento para emprender esa aventura.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1819557-el-mapa-de-los-mejores-vinos-argentinos-se-extiende-hasta-el-mar
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