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El "boom" del Cabernet Franc habrá que esperarlo para dentro de una década

Si bien la variedad se convirtió en la nueva debilidad de críticos y enólogos, la baja cantidad de hectáreas impide pensar en un salto en el corto plazoHace tiempo que ya no se escucha hablar del Cabernet Franc como el “sucesor” del Malbec.


Hace cuatro o cinco años, cuando la cepa comenzó a ganar más fama en el país y empezó a convertirse en el nuevo objeto de debilidad de los críticos, se había instalado la hipótesis de que esta variedad, con los altos niveles de calidad que se estaban logrando en los diferentes terroirs de la Argentina, tenía todo para propiciar una suerte de “recambio generacional” y pasar a convertirse en lo nuevo a comunicar en los mercados internacionales.

Tenía todo, claro, menos volumen. Y ahí fue cuando terminó el “lobby” a favor del Cabernet Franc en pos de convertirlo en una sensación a gran escala.

Sin embargo, con un trabajo lento y minucioso por parte de las bodegas, la cepa en los últimos años ganó en calidad. Y así es cómo mientras que antes se pensaba en la utopía de que el Cabernet Franc fuese la gran bandera de la vitivinicultura argentina, actualmente –con una mirada un poco más madura y menos “adolescente”-, se la ve como una buena herramienta para seguir prestigiando la marca “Vino Argentino” en el mundo. Ni más ni menos.

En este contexto, la prestigiosa bodeguera Susana Balbo, directora de Susana Balbo Wines y hasta hace pocos días presidenta de Wines of Argentina, advirtió en diálogo con Vinos & Bodegas que “para que el Cabernet Franc realmente se convierta en una variedad que genere caja para las bodegas y tenga un peso importante en los números de comercialización, habrá que esperar entre diez y quince años”.

Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, en lo que va del año se contabilizan 791 hectáreas cultivadas con esta variedad.



Si bien desde 2010 el nivel de superficie implantado con esta cepa se expandió cerca de un 35% al sumar 200 hectáreas, la realidad es que se trata de un número completamente marginal y que no llega a mover el amperímetro.

Cabe destacar que en la actualidad hay en explotación unas 227.000 hectáreas de viñedos. Esto implica que el Cabernet Franc apenas representa el 0,34% del total.

En este sentido, Balbo afirmó que “se trata de una superficie bajísima, que no alcanza para generar volumen crítico que permita comenzar a generar la categoría Cabernet Franc”.

En cuanto al nivel de consumo en el mercado interno, hubo un importante salto en el arranque de 2015: las bodegas despacharon al circuito comercial unos 109.400 litros entre enero y marzo, lo que representó un salto del 136% respecto al mismo período de 2014.



Si bien es un volumen respetable, dado que supera a otras variedades menos tradicionales como el Tannat, o ya le pisa los talones al Pinot Noir, lo cierto es que todavía está muy lejos del boom.

Cabe destacar que en el primer trimestre del año se despacharon al mercado interno 39 millones de litros de vino con mención varietal.

Esto implica que el Cabernet Franc representa menos del 0,3% del volumen comercializado en la Argentina.

En el plano de las exportaciones, la ecuación es mucho más adversa y queda en evidencia que las bodegas –además de no contar con suficiente volumen-, tienen dificultades para posicionar la categoría entre sus importadores.

En el primer cuatrimestre del año, las exportaciones de botellas de Cabernet Franc alcanzaron los cerca de 75.000 litros. La tasa de crecimiento respecto al año pasado fue del orden del 43% pero, nuevamente, al comparar con el total, las cifras aparecen muy deslucidas.

Considerando que en igual período se realizaron ventas al exterior por un total de 97 millones de litros, esto implica que el Cabernet Franc ni siquiera alcanza a equivaler el 0,1% de las exportaciones totales.



Según Balbo, “esta variedad va a tener un futuro importante y va a contribuir positivamente a la imagen de la Argentina”.

Sin embargo, advirtió que el peso específico de la cepa en el negocio, tanto para el mercado local como para el de exportación, “se está viendo demorado porque las plantaciones de nuevos viñedos están en stand-by y casi no hay nuevos proyectos por la crisis que hoy azota a las economías regionales”.

Acto seguido, Balbo hizo hincapié en un dato no menor: para que un viñedo entre en actividad y permita alumbrar vinos de calidad, se necesitan no menos de cinco años. Si a eso se le suma el período de fermentación, guarda y estiba en botella que requiere un ejemplar de alta gama, “entonces va a pasar mucho tiempo hasta que veamos un mayor volumen de Cabernet Franc en la Argentina”.

A este punto, la bodeguera sumó el hecho de que “para que haya un salto exponencial en el número de hectáreas, habrá que esperar a ver cómo evoluciona el contexto de la economía en general y cómo se mueve la rentabilidad de las bodegas. Cuanto más se demoren esas correcciones, más tardará que esa fama del Cabernet Franc se vea en los números. Por eso creo que es un proceso a largo plazo, que recién daría frutos en 15 años”.

© Por Juan Diego Wasilevsky – Editor Vinos & Bodegas iProfesional – vinosybodegas@iprofesional.com
Fuente: http://vinosybodegas.iprofesional.com/2015/08/12/el-boom-del-cabernet-franc-habra-que-esperarlo-para-dentro-de-una-decada/

 

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