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Los
vinos elaborados a partir de la mezcla de dos cepas dan como resultado
ejemplares equilibrados ideales para el consumo diario. Una tendencia
que se consolida como alternativa de calidad
El crecimiento en el consumo de
vinos de buena calidad ha disparado los más disímiles estilos y
propuestas en todos los mercados y zonas productoras. Varietales,
blends, concentrados, frescos, maderosos y frutales.
El crecimiento en el consumo de
vinos de buena calidad ha disparado los más disímiles estilos y
propuestas en todos los mercados y zonas productoras. Varietales,
blends, concentrados, frescos, maderosos y frutales.Tiempo atrás, la industria local tomó como propia una modalidad de hacer vinos de consumo diario que estaba expandiéndose en todo el Nuevo Mundo, aunque con especial fuerza en Australia y Chile: los bivarietales.
Blancos o tintos, las bodegas comenzaron a elaborar ejemplares con dos variedades que se complementaban dando como resultado un ejemplar más equilibrado. Y aunque muchos pensaban en lo arriesgado de esta jugada, la tendencia fue instalándose y demostró ser un éxito.
Esta moda tuvo su inicio en Inglaterra hacia fines de los '90. Siendo el mercado que arbitra el consumo mundial, históricamente tuvieron a mano todos los varietales. Como el segmento de los "complejos blends" siempre estuvo liderado por los vinos del Viejo Mundo, australianos y chilenos debieron seguir incursionando con los nombres de las variedades y eligieron las más de moda. Fue así que el Reino Unido encargó a Australia los primeros Cabernet Sauvignon - Syrah, y de allí la modalidad se expandió.
En el mercado local
Como quinto productor mundial que es y siendo uno de los países con mejores perspectivas productivas y de consumo, esta moda no tardó en arribar a la Argentina, y los bivarietales locales llegaron a las copas de los argentinos. Si bien en principio fueron vinos premium aunque de la base de la pirámide, el tiempo ha ampliado su perfil, que en muchos casos han incursionado en las líneas reserva. De ser casi exclusivamente vinos jóvenes, modernos, atractivos en aromas y sabores, dieron un paso más y comenzaron a existir los bivarietales criados en madera, con mayor cuerpo, taninos y capacidad de guarda.
Entre los tintos, las combinaciones más usadas tienen base de Malbec o Cabernet, y muy usada para aportes es la Syrah o Merlot. Entre los blancos, la Chardonnay es la columna vertebral.
Fuente: http://www.cronista.com/3dias/La-segunda-evolucion-de-los-bivarietales-20150710-0012.html
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