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Picadas: dónde comer las más ricas, completas y originales

Antes de la llegada del brunch y del teanner, los porteños siempre rendimos culto a la picada. Para la hora del aperitivo o para acompañar un partido de fútbol: somos devotos del salamín y del queso. En esta nota, 9 lugares que llevan el ritual del picoteo más allá.
 

La picada es de esas costumbres argentinas sin recetas ni reglas escritas, que no discrimina ingredientes ni horas del día. ¿Pasión criolla? Sí. ¿Invento nacional? Seguro que no: al momento de picotear, las fronteras se borran y las diferencias se dan solo en lo que cada país, región o casa elige para embuchar.

Lejos de calificar o bajar línea sobre cómo debe prepararse una picada casera -porque gustos son gustos-, sí se puede saber (y recomendar) dónde probar una que ayude a entrar en calor para el plato principal o que, en definitiva, por su variedad y cantidad de ingredientes, se convierta en la estrella de un almuerzo, cena o una merienda ya no dulce sino bien salada. Dicho esto, los siguientes lugares pueden ser una buena opción para tirarse de cabeza al mundo de las picadas y no dejar de pinchar.

Con impronta tana en LA LOCANDA
Siendo expertos en quesos, salames y panes, dejar afuera una picada italiana sería un pecado. Por eso, el antipasto sardo de este restaurante de Recoleta a cargo del chef Daniele Pinna se convierte en un must. Trae queso pecorino o romano, tomates secos, aceitunas negras, prosciutto, hongos y salamín sardo ($180), para compartir entre dos y con el sello de calidad que caracteriza a este recinto. Para cualquiera que se queda con ganas de más, el local cuenta con un almacén en donde se pueden adquirir muchos de los productos utilizados en los platos.
(José León Pagano 2697, Recoleta / T. 4806-6343)

Para todos los gustos en el BAR CELTA
Muebles de madera antigua, aperitivos por doquier y una carta de picadas para abrir los ojos bien grandes. Muy recomendado para nostálgicos o para quienes quieren ver una parte de la historia gastronómica porteña, la propuesta de este bar notable es extensa y variada en materia de picadas: por ejemplo, te podés pedir la Sinatra, con lomo horneado, muzzarella, cherries con albahaca, aceitunas rellenas (con ajo, anchoas, nuez o provolone), ravioles fritos y cantimpalo, más pan ($120). Y para que nadie quede afuera hay, además, picada vegetariana ($85), con palmitos, corazones de alcaucil, tomates cherry, berenjenas, champignones y aceitunas. Rinden para dos o tres personas.
(Sarmiento 1701, San Nicolás / T. 4371-7338)

Bien de campo en EL NONO AMIGO
Es un almacén, una fiambrería y un restaurante. Si estuviera en un pueblo, podría ser una pulpería. Con fiambres, quesos, conservas y aceites de oliva. Y lo mejor: todo puede ser parte de una gran picada. En esta esquina palermitana alejada de cualquier lujo, El Nono Amigo ofrece tablas abundantes, frescas, para maridar con vinos de bodegas familiares de Mendoza o cerveza artesanal. La picada más grande entre las grandes viene con queso criollo, provolone, brie, caciocavallo, azul, salem, serrano, lomo a la pimienta, ahumado, mortadela al pistacho, bondiola, leberwurst ahumado, acompañada por una cazuela de conservas (alcauciles, berenjenas) y aceitunas griegas, especialidad de la casa. El valor: $389, pero a no asustarse, porque con esta picada comen cuatro y si la idea es picotear, entonces funciona para seis o siete. Además, se pueden pedir empanadas y tortillas (imperdible la de papa y alcaucil). También hay dulces caseros. O sea, no falta nada.
(Guatemala 5800, Palermo / T. 4776-2338)

Del mar a la mesa en el CENTRO ASTURIANO
Calamares, langostinos, rabas… pensar en frutos de mar y que eso no lleve a crearse la imagen de un restaurante español es una tarea casi imposible en la Argentina. Por tradición y verdadero conocimiento en la preparación de pescados y mariscos, es probable que lo más atinado al buscar una picada de mar sea elegir al Centro Asturiano, con 102 años de historia y especialista en la materia. Gambas a la milanesa, al natural, rabas, calamaretes, boquerones, pulpo, mariscos marinados, morrones y croquetas de pescados integran la típica tabla de este lugar de encuentro de la colectividad española, con la que comen bien cuatro personas a $425, sin extrañar a la paella o las gambas al ajillo.
(Solís 475, Monserrat / T. 4381-1342)

Sabores nórdicos en el CLUB SUECO
En momentos en los que la cocina nórdica va ganando cada día más popularidad, en pleno centro porteño el restaurante del Club Sueco es fiel a los sabores de la Europa más fría. En su salón de estilo clásico y que hace juego con los colores de la bandera sueca, los chefs Nancy Sittman (ex Club Danés) y Martín Varela realizan una picada de salmones -ahumados, marinados al estilo nórdico con salsa de mostaza y eneldo, y tipo ceviche-, más un caviar sueco (preparado a base de bacalao y tomate) por $175. También sirven una degustación de variedades de lacha o arenque (un pez del Atlántico norte) en salsas de mostaza, tomate, crema y una tradicional salsa sueca a base de vinagre, azúcar y especias ($130). Combinadas, con las dos picadas comen cuatro. Y para no correrse de la línea nórdica, entonces vale tomarse una cerveza artesanal o uno de esos tragos que queman, como una copa de aquavit, emblemático destilado escandinavo.  
(Tacuarí 147, Centro / T. 4342-0888)

Para comer en la barra en VERNE CLUB
Salir en grupo de amigos o amigas y que a la medianoche vuelvan las ganas de comer resulta tan común como la indecisión misma al momento de elegir un lugar con onda para esa salida. Teniendo en cuenta esto, desde 2013 Verne es símbolo de lo que significa un bar distinto, con bartenders creativos en su barra y con buenas picadas para ese momento de antojo, pensadas por el chef madrileño Yago Márquez. Un ejemplo: la 20.000 Leguas, con calamares, langostinos, salmón ahumado, camembert frito, aros de cebolla y aceitunas negras ($178). O la llamada Rayo Verde, con queso de cabra, camembert frito, humus, bocconcinos de muzzarella, pickles, aros de cebolla y aceitunas negras ($155). En todos los casos, son para que coman dos y piquen tres.
(Medrano 1475, Palermo / T. 4822-0980)

A puro queso en el BAR EL FEDERAL
Un clásico de San Telmo, de los bares notables y de las picadas también. Su variedad abruma: las hay con longaniza, cantimpalo, pastrón, sardinas y muchos ingredientes más, aunque también tienen su picada exclusiva con ocho variedades de quesos, de lo mejor que vas a probar: gruyere, roquefort, de cabra, de campo, bocconcino, sardo, brie y caccio cavallo ($145). También se puede pedir una porción de cualquier variedad y acompañar con tortilla, papas fritas, lengua y otras especialidades de uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad.
(Carlos Calvo 599, San Telmo / T. 4300-4313)

Tradición sefaradí en HELUENI
La gastronomía hebrea también tiene sus picadas. En este local mezcla de almacén y confitería, se la puede armar a pedido con muchos bocados que si no son caseros son importados de Medio Oriente. Una variante para dos puede incluir labneh (un queso típico de la región de Siria y Líbano), boios de verdura, carne y queso, queso árabe con oliva y menta, muarrak (especie de empanadas) de queso, lajmayin (tipo pizzetas), vursht (un salame ruso) y matambre casero, entre otras opciones. Para dos, el gasto promedio es de $120. Además, hay ensaladas tradicionales, sambusak (empanadas árabes) y conservas varias para llevarse y comidas de años de muchísimos años de historia. Una alternativa étnica para paladares inquietos (y no tanto).      
(Av. Córdoba 2495, Barrio Norte  / T. 4963-8523)

Picada & beer en BUENA BIRRA SOCIAL CLUB
Primer mandamiento gastronómico: un asado se acompaña con vino. Y que sea tinto. Segundo mandamiento: para una buena picada, una buena cerveza. Aunque los preceptos son odiosos, un poco de razón no les falta. Para cumplir al pie de la letra con esa suerte de maridaje ideal, Buena Birra Social Club y su variedad de cervezas artesanales de todos los gustos y colores junto a sus picadas no dejan a nadie en falta. Una opción es la que trae jamón cocido, crudo, pategrás, roquefort, aceitunas, salame, paté casero, pepinos avinagrados y berenjenas de la casa más panes saborizados ($137 para dos, $235 para cuatro). O la picada de calentitos, con bombitas de papas y cheddar, pulpetines, salchichas y más ($70 para dos, $132 para cuatro). El plus: de miércoles a domingo, entre 18 y 20 horas, hay happy hour.
(Zapiola 1353, Colegiales / T. 15-6428-3457)

Por Nicolás de la Barrera

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