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El pasado 11 de abril en el Espacio Cultural del Sur se llevó a cabo la cuarta Feria Medieval, un evento que se celebra dos veces por año y que es el mas importante del circuito de ferias medievales. Estas ferias se realizan regularmente tanto en Buenos Aires como en el conurbano y son un fenómeno que cada vez atrae a más público. En el Cultural del Sur
unas 40.000 personas pudieron disfrutar de mas de 60 recreacionistas,
de una demostración de combate medieval con espadas y armaduras, bandas
en vivo tocando el laúd, arquería, y la recreación de un mercadillo,
donde se encontraba lo mas interesante para nosotros… la cocina
medieval.
Los mercaderes son numerosos, todos ataviados con ropa de época y, entre ellos, nos encontramos con el vikingo Hugo Kisil quien lleva adelante “Kabán Ahumados Artesanales”.
Hugo nos explica que el ahumado es una técnica de cocción milenaria que
nació en los países nórdicos y luego fue llevada por los vikingos al
resto de Europa y el mundo. Debido al frío era necesario mantener
prendido el fuego durante las 24 horas aún dentro de las viviendas, y al
mismo tiempo se debía conservar la carne de caza en el interior para
que no se la comieran los animales. Eventualmente el humo de la fogata
terminó ahumando las carnes, dándole además de un buen sabor, la
posibilidad de conservarla por mas tiempo durante los meses cálidos del
año.
Siguiendo antiguas técnicas europeas,
adaptadas a las nuevas tecnologías y normas de bromatología, Hugo logra
unos ahumados artesanales realmente increíbles ahumando algunas piezas por más de 24 horas.
A diferencia de lo que podés conseguir en el supermercado, los ahumados
Kabán no tienen ningún agregado químico y se hace
todo artesanalmente. En lugar de inyectar sal, en Kaban utilizan maderas seleccionadas
que son las que le aportan el sabor y la salazón a la carne, que a su
vez proviene de los mejores cerdos que se pueden conseguir en el
mercado, para lograr un producto con un sabor único. Honestamente creo
que nunca probé una panceta ahumada tan rica en mi vida.
Si bien la frase de cabecera de Hugo es que
“todo lo que vuela, nada o camina termina ahumado”, en tiempos
medievales se cuidaba a las vacas por la leche y a las gallinas por los
huevos, por lo que el principal ahumado era la carne de cerdo, y esto es
lo que suele ofrecer Kaban en las ferias; ya sea en sandwichs de jamón,
bondiola o solomillo, o en una especie de braseado medieval a base de
jamón ahumado, mostaza y paprika.
Para bajar el cerdo ahumado, una buena opción es la hidromiel: una
de las bebidas alcohólicas mas antiguas de las que se tenga
registro, producida a partir de una fermentación a base de agua y
miel. Considerada como una precursora de la cerveza, se tiene registro
de su existencia en Europa 2.000 años antes de Cristo, habiéndola
consumido griegos, romanos, celtas, sajones y vikingos. En esta última
cultura era muy tradicional que se consumiera hidromiel durante un ciclo
lunar tras el matrimonio, para así aumentar la posiblidad de nacimiento
de hijos varones, vitales para defender el territorio.
Precisamente debido a esta costumbre nórdica es que surge la famosa
“luna de miel”. Para probarla se puede acudir a la gente de Trippelheim Hidromiel Artesanal quienes sirven una deliciosa hidromiel tirada, y también se puede encontrar en el puesto de productos Kaunnaz.
Kaunnaz es un emprendimiento de Paula Soubelet formado en el año 2009 con la intención de recrear comida y bebida medieval. Uno de los productos mas populares es la tarta de cerdo;
y cuando decimos tarta de cerdo es porque el 90% de la misma está
compuesta efectivamente por cerdo -además lleva miel, muchos condimentos
y pimienta negra-. Es muy común que la comida medieval sea bien
especiada ya que al no haber heladera se utilizaban los condimentos para
camuflar el sabor demasiado fuerte de la carne. Otro de los productos
que se destaca es el Faragullo, de origen celtaibérico, el cual es una
especie de croqueta con trozos de panceta y miel. Tiene una contextura
grumosa y ¡es un postre! Tal era la importancia de este alimento en la
época medieval que hoy en día se hace el festival del Faragullo en la
ciudad de Lugo, Galicia. Dentro de los dulces lo más solicitado es la tarta de arándanos,
con una masa muy singular, de textura suave, pero muy sabrosa. Además
está el Pudín Cántabro, que está hecho con avena, todo tipo de frutas
secas y manzana. Podría decirse que el Pudín Cántabro es una suerte de
ancestro de la barra de cereal pero mucho mas húmedo, fue una de las
cosas mas ricas que probé en la feria.
La próxima feria medieval es la del Clan del Oso, el próximo 24 mayo
a beneficio de los Bomberos Voluntarios de Sarandí, en Teniente
Coronel Magan 439 Sarandi, Avellaneda. Si te da fiaca ir hasta allá
podés buscar en Facebook, “Kaban Ahumados Artesanales”, “Kaunnaz
productos” y “Trippelheim Hidromiel Artesanal” y armarte tu propio
festín medieval, ideal para acompañar una maratón de Vikings o Game
of Thrones.
Leandro Volpe: Profesional del derecho, amateur de la cocina, CEO de cocinanacpop.blogspot.com. No es lo mismo sacarse el hambre que comer y no hace falta ser rico para comer rico, alcanza con un poco de maña. Tengo la receta del éxito, el ingrediente secreto es manteca. Twitter @lenoindustries
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