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Ubicado en el corazón de Palermo se
encuentra una de las parrillas más tradicionales de Buenos Aires, que no
sólo ofrece los mejores cortes argentos cocinados según el tiempo
necesario para cada uno, sino una exquisita variedad de más de 250
etiquetas de vinos que reúnen clásicos, modernos y diversos varietales.
Se trata de Don Julio,
un sitio clásico palermitano en donde el cielo raso original, de doble
altura y paredes de ladrillo decoradas con espejos y lámparas de
colección, generan un ambiente ideal para disfrutar de un buen asado, ya
sea entre amigos o con familia. La amplia vinoteca que recorre las
paredes le dan un toque más que especial a este espacio montado hace más
de diez años y que sigue vigente.
Uno de los destacados, como se ha dicho, es
la variedad de vinos cuidadosamente seleccionada por Pablo Rivero,
quien dirige la parrilla, además de ser Sommelier de profesión y, por
supuesto, apasionado por los vinos y carnes argentinos.
Las recomendaciones para deleitarse son las
carnes con Chorizo Don Julio —que viene con mozzarella y tomates
hidratados— el asado, la entraña y el ojo de bife. La recomendación
nuestra es ir con apetito ya que las porciones son abundantes y se debe
reservar espacio para el postre. En donde se destaca el Cheesecake de
chocolate blanco y salsa de maracuyá.
Para disfrutar los últimos vestigios del
verano, las mesitas que están dispuestas sobre Guatemala combinan de
forma ideal con las lindas temperaturas. La sugerencia es realizar
reserva si vas de noche, ya que el salón de Don Julio suele estar siempre ocupado.
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