2015: Año electoral con pocas esperanzas para la vitivinicultura


Día a Día del Vino dialogó con algunos de los empresarios del sector para conocer de cerca cuáles son sus perspectivas para el próximo año y algunas de las herramientas con las que enfrentarán el 2015, teniendo en cuenta la inestabilidad e incertidumbre económica.
 


2014 estuvo signado por los problemas que ya todos conocemos: inflación, aumento de costos, retrasos en la devolución del IVA, de las exportaciones, sobrestocks, inestabilidad, retraso cambiario, y así podríamos seguir nombrando signos de un mercado turbulento, donde el contexto interno no ayuda para crecer y tampoco para salir a los mercados siendo competitivos.

En este sentido, Día a Día del Vino dialogó con algunos empresarios del sector para conocer, no lo que fue el 2014, sino lo que esperan del próximo año, teniendo en cuenta que es un año electoral, momento donde el piso siempre está temblando con medidas que pueden sorprender diariamente.

De esta manera, es que Guillermo Banfi, desde Bodega Sur de Los Andes, señaló que en líneas generales el 2015 no muestra signos de que la tendencia hacia la baja de los últimos 3 años se revierta. "Básicamente más de lo mismo pero un poco peor, con el precio de la uva deprimido en dólares, costos en alza, un tipo de cambio atrasado, mercados externos estancados y levemente hacia la baja. Un mercado local muy saturado y con poco espacio para las bodegas chicas. Y una mayor concentración del negocio entre las top 50 bodegas (sobre las más de 1.000 que hay actualmente) que dominan tanto el mercado local como la exportación".

Asimismo, para Carlos Crotta los años eleccionarios históricamente no son buenos para la vitivinicultura y "éste no va a ser la excepción". Para el empresario, las ventas en el mercado externo e interno continuarán bajando; además -aclaró- la preocupación de no ver la "luz". "Siempre la industria tuvo ciclos buenos y malos; en la actualidad ha sido tan malo durante tanto tiempo que eso genera aún más incertidumbre. La inflación sin ninguna duda destruye todo y nos pone de "rodillas" a toda la cadena, tanto productor, elaborador y fraccionador".

Alejo Berráz Schang, director Comercial de Bodega Del Fin del Mundo también coincidió con Crotta que siendo un año eleccionario suma incertidumbre al consumidor, "la actividad económica dependerá fuertemente de las medidas del Gobierno, si inyectan plata en el mercado y si eso se traslada al consumo. Si no es así, la capacidad de compra seguirá disminuyendo por lo que se hace muy difícil considerar un mercado en crecimiento sino más bien recesivo".

Banfi también fue claro que la inestabilidad e incertidumbre económica fruto de un modelo económico agotado son síntomas muy preocupantes, como la alta inflación, distorsión de precios, falta de financiamiento, alto déficit fiscal y un tipo de cambio desfavorable para exportar.

Adicionalmente, observó que "en el mercado externo la competencia será aún mayor sobre todo en aquellos países que han devaluado significativamente sus monedas en esta última parte del 2014 haciendo sus productos más competitivos y afectando aún más las exportaciones argentinas".

Desde Finca La Luz, Agustín Marolla, gerente Comercial del establecimiento, sentenció que todas las problemáticas planteadas por los empresarios son un juego fatal para la actividad y para el país entero.

En tanto, a la hora de hablar sobre la posibilidad de aumentar los precios, teniendo en cuenta la escalada de costos, la situación no parecería ser fácil. Según Crotta, aumentar los precios es una utopía. El mercado está sobre ofertado y no estamos seduciendo al consumidor con vinos de menor grado y con nuevos envases por ejemplo. Ajustaremos pero siempre por debajo de la inflación real, en la medida que el mercado lo permita (ej: los súper no aceptan más de un aumento al año)".

Mientras tanto, Banfi aclaró que esto puede suceder con cuidado en el mercado doméstico, mientras que los precios en el mercado externo no se pueden tocar. "Dada la inflación en dólares, las bodegas tendrán que ajustar sus costos para poder seguir compitiendo en el exterior. No hay margen para aumentar los precios. El grueso de las exportaciones argentinas se concentran en los vinos de menos de U$48 la caja (U$4 / botella)", remarcó Banfi. Vale aclarar que un aumento de precios tendría un impacto muy negativo en las ventas.

"Para mantener márgenes se irá ajustando el precio al nivel de impacto de los costos. A su vez, siendo muy hábil en el análisis de la rentabilidad por línea y canal tratando de potenciar los de mayor margen para no tener que trasladar todo el impacto al precio. Será también importante desde lo financiero tener controlado el nivel de exposición y de las cuentas a cobrar para que no se crezcan los días en la calle", detalló el director Comercial de Bodega del Fin del Mundo.

Estos comportamientos desplegados por las bodegas lógicamente se dan, teniendo en cuenta que las problemáticas actuales continúen. Sin embargo, Alejo Berráz Schang comentó que una de las mayores preocupaciones es que continúe la inflación la cual seguiría comiendo el poder adquisitivo sumado al lógico aumento de precios de los productos. "En cuanto al mercado externo, será muy importante el valor del dólar por que de mantenerse quieto, hará aún más difícil tener precios competitivos en los mercados".

Finalmente, Marolla aclaró que a pesar de la incertidumbre de los mercados para el próximo año "la estrategia para el 2015 será apostar al crecimiento del grupo de ventas para lograr mayores niveles de eficacia dentro de los países target, como así también afianzar las relaciones a largo plazo con nuestros clientes".




 
 

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