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Se
esconde tras la fachada de una vieja estación de tren parisina. Pasás
el umbral y viajás a París en el 1800. La coctelería es excelente y
vanguardista. Y hay rica propuesta gastronómica, más shows de música,
danza y performances.
Un bar parisino del 1800 ahora está en Palermo, Buenos Aires. Es Oliver’s Club, que tras su fachada de estación de tren de París esconde una sorpresa para los amantes de la buena coctelería y las noches de música.
Todo en Oliver’s tiene sabor al París de 1890: música, barra, shows, tragos. Como una película en blanco y negro que te lleva de viaje hacia el pasado.
¿Por dónde empezar? Entrá, sentate y llamá a Joan Ruiz Beck, que va a saber orientarte en el amplio y atractivo universo de cócteles que podés probar.
La propuesta de coctelería es excelente. Te vas a encontrar con los cocktails favoritos de la bohemia parisina, nuevas reversiones de clásicos y creaciones de autor.
COCTELERÍA INNOVADORA:
La carta es obra de Marcos de Lauretis, especial para Oliver’s, y combina cocktails Botanique, Piquant, Classique y Rafraichissant.
Las estrellas de la noche son los tragos Botanique, creaciones originales basadas en distintas hierbas (Stevia, Cardamomo, Hinojo, Romero, Eucalipto, Anís Estrellado, entre otras).
Estos cocktails no sólo representan una novedad para la coctelería sino que fueron pensados partiendo de la premisa de utilizar ingredientes que estuviesen disponibles en París 1890, época que inspira la esencia de Oliver’s Club.
Los cocktails Piquant están basados en almíbares de chili picante y wasabi y proponen explorar sabores no tradicionales en la coctelería argentina.
También podés probar los cocktails Classique y Rafraichissant, que proponen reversiones de tragos clásicos como el Negroni, Old Fashioned, Mojito, entre tantos otros.
¿LOS SHOWS?
Música y danza, performances, ilusionismo y presentaciones de artistas, todo dentro de un ámbito íntimo y acogedor.
Además, en la cocina un gran chef prepara algunas delicias para acompañar la coctelería. Oliver’s Club es ciertamente una aventura gastronómica para los que se animen a pasar el umbral de la rutina y de la Buenos Aires que todos ya conocemos.
Un bar parisino del 1800 ahora está en Palermo, Buenos Aires. Es Oliver’s Club, que tras su fachada de estación de tren de París esconde una sorpresa para los amantes de la buena coctelería y las noches de música.
Todo en Oliver’s tiene sabor al París de 1890: música, barra, shows, tragos. Como una película en blanco y negro que te lleva de viaje hacia el pasado.
¿Por dónde empezar? Entrá, sentate y llamá a Joan Ruiz Beck, que va a saber orientarte en el amplio y atractivo universo de cócteles que podés probar.
La propuesta de coctelería es excelente. Te vas a encontrar con los cocktails favoritos de la bohemia parisina, nuevas reversiones de clásicos y creaciones de autor.
COCTELERÍA INNOVADORA:
La carta es obra de Marcos de Lauretis, especial para Oliver’s, y combina cocktails Botanique, Piquant, Classique y Rafraichissant.
Las estrellas de la noche son los tragos Botanique, creaciones originales basadas en distintas hierbas (Stevia, Cardamomo, Hinojo, Romero, Eucalipto, Anís Estrellado, entre otras).
Estos cocktails no sólo representan una novedad para la coctelería sino que fueron pensados partiendo de la premisa de utilizar ingredientes que estuviesen disponibles en París 1890, época que inspira la esencia de Oliver’s Club.
Los cocktails Piquant están basados en almíbares de chili picante y wasabi y proponen explorar sabores no tradicionales en la coctelería argentina.
También podés probar los cocktails Classique y Rafraichissant, que proponen reversiones de tragos clásicos como el Negroni, Old Fashioned, Mojito, entre tantos otros.
¿LOS SHOWS?
Música y danza, performances, ilusionismo y presentaciones de artistas, todo dentro de un ámbito íntimo y acogedor.
Además, en la cocina un gran chef prepara algunas delicias para acompañar la coctelería. Oliver’s Club es ciertamente una aventura gastronómica para los que se animen a pasar el umbral de la rutina y de la Buenos Aires que todos ya conocemos.
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