APRENDER 6 claves para descubrir un vino con tan sólo un vistazo

Gustavo Caligiore - Productor de vinos orgánicos Premium ¨Los pequeños y medianos productores tenemos que ser más eficientes y competitivos¨

Gustavo Caligiore - Productor de vinos orgánicos Premium



Está a cargo exclusivamente de la producción y comercialización de vinos orgánicos Premium. Caligiore es propietario y enólogo de Bodega Caligiore, que elabora 80 mil botellas al año. Tiene viñedos certificados implantados con Malbec, Bonarda, Syrah y Cabernet Sauvignon. Los principales mercados de exportación son Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Reino Unido, Alemania y Brasil.

¿Cuál es la situación del mercado de vinos orgánicos a nivel mundial?


El consumo de alimentos orgánicos se mantiene en constante crecimiento a nivel mundial, movido principalmente por una mayor conciencia respecto del cuidado del ambiente, búsqueda de formas de vida más sanas y saludables y la preocupación por el uso de agroquímicos en forma masiva.
Se trata fundamentalmente de un mercado de nicho, pero de crecimiento muy activo y al que se suman cada vez más personas sensibilizadas por la sustentabilidad de las formas en que producen lo que consumen.

¿Cómo se encuentra la producción de vinos orgánicos en el país?

La diferenciación como producción orgánica ha sido y continúa siendo muy importante  fundamentalmente para exportar, pero en los últimos años también en el mercado doméstico, lográndose a veces mejores precios pero especialmente una mayor fluidez para colocar la producción en clientes fieles. A pesar de ello, y creo que como todos los sectores agroindustriales locales, estamos sufriendo severos problemas de competitividad que han afectado notablemente nuestra capacidad para mantener las tasas de crecimiento que experimentábamos años atrás. Los costos de producción y logísticos en dólares vienen sufriendo incrementos fuertes y sostenidos.

¿Cómo anda el mercado interno?

En nuestro caso estamos gratamente sorprendidos por la recepción que han tenido nuestros vinos. Hace dos años atrás nuestras ventas en el mercado interno representaban no más de un 5% y hoy estamos superando el 30%. Gran parte de esas ventas son directas desde la bodega a minoristas, lo que nos permite llegar con precios muy competitivos al cliente final. Ha sido, y es, un largo trabajo, de mucha constancia, para el cual hemos tenido que realizar una  correcta segmentación de clientes, siempre haciendo mucho hincapié en el servicio y atención personalizada. Nos apoyamos mucho en las redes sociales, para mantener un fluido canal de contacto con clientes y consumidores directos.

¿Cómo anda la exportación?

Bastante estable, nos está costando mucho retomar tasas de crecimiento como teníamos hace 3 o 4 años atrás. Los mercados externos en general son muy estables, los precios en góndola prácticamente no se mueven y la competencia internacional es altísima con excelentes vinos en todas las gamas de precios. Lamentablemente, las condiciones macroeconómicas de nuestro país, hacen cada vez más difícil competir en estos contextos internacionales dónde se requiere mucho trabajo, constancia y consistencia a lo largo de años.

Hemos ido sumando nuevos mercados lo que nos ha permitido en cierta forma compensar las caídas de volumen en otros como Estados Unidos y así diversificar riesgos e incluso crecer levemente.

¿Cuáles son los países que más están comprando?

En nuestro caso, el principal mercado es Estados Unidos, luego lo sigue Canadá, el Reino Unido, Alemania y Bélgica. Además hemos retomado recientemente las exportaciones a Brasil.

¿Cuál es la situación de la vitivinicultura argentina?


Creo que la industria tiene grandes oportunidades y dada las condiciones y riqueza que tiene nuestra vitivinicultura en cuanto a climas, suelos, paisajes, tradición,  cepajes, etc., auguran un gran futuro para el sector en el mediano-largo plazo. Lamentablemente estamos atravesando una coyuntura, motivada principalmente por condiciones macroeconómicas ajenas al sector, que es bastante complicada, comprometiendo drásticamente la rentabilidad del sector y que amenaza seriamente a los pequeños productores principalmente, poniendo en riesgo su subsistencia y cuya desaparición o abandono, sería una lamentable e irreparable pérdida para el patrimonio de la industria.

Sin rentabilidad es difícil invertir, sostener los niveles de calidad que exige el mercado internacional, promocionar los vinos argentinos en el exterior, etc.

En su opinión, ¿cuáles son los retos de la vitivinicultura argentina en este momento?


Más allá de la difícil coyuntura actual, el sector tiene grandes desafíos. Estoy convencido que nuestra viticultura debe desarrollar una fuerte inversión en incorporación de tecnología en los viñedos, mecanización agrícola, sistemas de riego, siempre en función de los objetivos enológicos y de acuerdo a la demanda de vinos. Tenemos que ser más eficientes y competitivos para producir, fundamentalmente a nivel de los pequeños y medianos productores. Para lo cual hay que seguir trabajando fuerte sobre la integración de estos productores a la cadena vitivinícola. Pero esta integración tiene que ser real, genuina.

Con el Malbec como insignia, hay que sumar nuevos varietales a través de los cuales Argentina comience también a ser reconocida como productor de calidad. Varietales como Bonarda, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, etc.



 

Comentarios

 
Angel A.Mendoza 2014-11-13 Los vinicultores naturlamente somos optimistas . "Siempre que llovió , paro.." Muy justas opiniones en este articulo .Deseo el mayor exito a este proyecto familiar
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