INTERNACIONAL Científicos chilenos logran producir vinos con bajo alcohol sin sacrificar la calidad

Parrillas de rioba por el genial Fabian Couto


Hoy, dos imperdibles de Villa Urquiza. De ésas que te hacen ir una y otra vez. Y pedir siempre lo mismo. Couto te cuenta por qué tenés que conocerlas si sos del barrio o vas de visita.  

AUSPICIA ESTA SECCION OLIOVITA



1. PARRILLA LA MARY (Av. Constituyentes 4228)

Soy de Belgrano; Villa Urquiza no es mi barrio, pero aprendí a quererlo, y La Mary es una pequeña parrillita de la zona que está entre mis afectos y resulta muy recomendable a la hora de comer bien y a un precio correcto.

Ubicada sobre la Av. Constituyentes, La Mary resulta ideal para comer un día de sol ya que las únicas mesas están sobre la amplia vereda en un domo de plástico transparente climatizado cuando está fresco.

El ínfimo interior solo permite espacio para una amplia parrilla, un adicionista y un pequeño y práctico ascensor para las minutas que descienden desde su planta alta.

Atendido por sus propios dueños, una joven pareja, la atención es siempre por demás amable y el servicio por más llena que la parrilla esté nunca se tarda demasiado en llegar a la mesa.

Esto último es un detalle fundamental, en especial un fin de semana cuando llegás a mediodía casi tarde y con un hambre de órdago…

Para esperar, siempre ponen algo en la mesa, como unas ricas berenjenas escabechadas y buen pan.

parrilla-la-mary

Con dos años en su haber, la calidad de sus carnes y platos caseros se mantiene inalterable. Todo allí es comida sencilla, rica y que denota cuidado en su elaboración.

De las achuras siempre que he comido chinchulines ($45) y riñoncitos han resultado impecables, como así también el matambre, la entraña y el vacío ($ 68).

Si son dos y con hambre, lo más práctico es pedir la parrillada para dos con fritas, que viene con chorizo, morcilla, chinchulín, vacío y asado de tira ($180).

Si algo sobra, no tengan vergüenza en pedir que se los envuelvan para llevar; lo harán sin problema. Si andan por Urquiza, dénse una vuelta a visitar a La Mary.

El vino
La última vez que estuve, quizás por ser un cliente regular, me permitieron descorche. Abrí un Pinot Noir, de los que a mí más me gustan: el Reserva de Salentein, cosecha 2012. Amo este cepaje que, pese a su liviandad, encierra los más bellos atributos de la tierra, fruta jugosa y la carnosidad de las setas. El Pinot de Salentein tiene además un dejo mineral que lo hace muy seductor. Nada más sofisticado que un buen Pinot Noir.





2. EL FACÓN DE URQUIZA (Monroe 4400)

Puede que sea la más reciente de las parrillas del barrio; habrá abierto hace unas pocas semanas, y la verdad es que arrancó con el pie derecho, está trabajando muy bien.

Es una verdad a toda voz que cuando una parrilla al poco tiempo de su apertura se llena es porque se come bien y barato.

En la esquina de Monroe y Mariano Acha, El Facón de Urquiza cuenta con un amplio salón rodeado de ventanales y muy luminoso, las mesas con manteles pulcros y copas para buen vino.

La atención de las mozas es amable y parecieran tener la camiseta puesta para sacar el lugar adelante.

Si bien es cierto que cobran $ 10 el cubierto, tienen buen servicio y como recibimiento trajeron a la mesa berenjenas en escabeche y dos empanaditas tan ricas que pedían bis.

parrilla-el-facon-de-urquiza

Las pastas, como los Sorrentinos de jamón y mozzarella, se veían muy bien ($69); y las minutas más que abundantes. Vi pasar unas fritas provenzal tamaño torre…

Mi sugerencia, si son dos, que es lo que comí y que estaba impecable: la Mixta Facón: asado, vacío, entraña, matambre de cerdo y bondiola con fritas (160$). Me sorprendió la calidad de la carne y lo tierno y sabroso del matambre.

Los postres son los tradicionales del gusto porteño: el flan da para compartir y viene con dulce de leche o crema, sin cargo ($35).

La parrilla cuenta con buenos combos para delivery; un pollo deshuesado con fritas: $ 125.

De momento, el pago es solo efectivo.


El vino:
Mi tarea es probar y comentar vinos, y en este caso me dejé llevar por las ganas de tomar un vino blanco y por la curiosidad de probar un vino de mi juventud y poder evaluar su presente: Etchart Privado Torrontés 2012. El torrontés, si bien sus orígenes se remontan a la antigua Francia, es  luego del Malbec el cepaje que mejor se da en la Argentina, sin lugar a dudas, especialmente en Salta y el NOA. No es cuestión de pedirle peras al olmo, pero el Etchart Privado Torrontés fue pionero en su género y es tenido en cuenta como un muy noble exponente. El vino cumplió con lo esperado; no depositen grandes expectativas si su paladar está acostumbrado a los actuales. Es un torrontés Old-School con la tipicidad del cepaje, frutal y muy florado, súper-aromático y con buena estructura, lo cual lo hace permisivo para un chorro de sifón o unos hielitos. Un imbatible en ventas y en su relación precio-calidad. En el Facón de Urquiza lo pagué $60.

Comentarios